Es de gran importancia señalar en primer término que la violencia en la pareja, desde luego es contemplada por la ley en su código civil del Estado al que pertenezca.
Se entiende por violencia cualquier tipo de maltrato, desde el desprecio hasta los golpes; y por co-dependencia a la necesidad de seguir conviviendo con una persona, aunque nos afecte de forma física, moral o psicológica, ya sea por conservar una familia, un hogar, unos hijos, una pareja o una forma de vida.
No es fácil identificar el mal trato, por lo que hay que tomar ciertas precauciones para no caer en violencia intrafamiliar y dado el caso, proceder de forma penal contra el agresor.
En caso de divorcio necesario, es fácil comprobar la violencia gracias a un dictamen pericial elaborado por un psicólogo, el cual indicará si la persona ha sido víctima de mal trato.
También es posible comprobar los abusos mediante testigos presenciales, que pueden ser familiares o personas ajenos al domicilio conyugal.
En cuanto a los hijos, se recomienda que no sufran algún tipo de agresión o sean testigos de ella para prevenir daños psicológicos que pueden derivar en problemas de conducta.
Es conveniente hacer saber a nuestro lector que, en casos de violencia, debe acudir al c. Juez de lo familiar para remediar o poner fin a la situación, iniciando un proceso de divorcio.
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