La infidelidad puede presentarse por infinidad de motivos, de acuerdo a las circunstancias y facilidades que se le presenten a cada individuo, sin embargo, las más recurrentes por las que se genera el mayor número de consultas son las siguientes:
1) Falta de tiempo para entablar una comunicación asertiva En la actualidad, el ritmo acelerado de la vida y las múltiples ocupaciones, dejan a los integrantes de una relación poco tiempo para interactuar y comunicar sus deseos, expectativas, ilusiones u objetivos, convirtiéndose con el paso del tiempo en extraños, perdiéndose la disposición del uno por el otro y dando paso a que ese espacio sea llenado con nuevas relaciones fuera del matrimonio y con las que comúnmente se van estrechando los lazos de interés y afectivos. Esto último ocurre con compañeros de trabajo, instructores, vecinos, amistades o familiares cercanos.
Dicho fenómeno se manifiesta normalmente después de los periodos vacacionales, en los que aumentan obligatoriamente los días de convivencia continua y finalmente se llega a la conclusión de que existen diferencias abismales entre los puntos de vista y deseos de uno y otro.
2) Desconocimiento de las características propias del género
Éste es un elemento muy interesante, ya que aun cuando muchos hablan de la igualdad de género, existen diferencias muy marcadas entre ambos, lo que hace que no podamos tratar las reacciones y comportamiento de hombres y mujeres de la misma forma. Por ejemplo, el hombre regularmente no necesita involucrar sus sentimientos para tener una relación íntima, en cambio las mujeres normalmente sí lo involucran, hecho que las limita a ser más selectivas y buscar un solo individuo; por otra parte, en los procesos de frustración, la mujer cuenta con mayor diversidad de formas para expresar sus sentimientos, el hombre normalmente echa mano de una sola, la agresión; que puede manifestarse de acuerdo a su educación, desde tener actitudes de ignorar a la pareja, hasta el maltrato físico.
Se critica constantemente el continuo deseo sexual del hombre, sin tomar en cuenta que verdaderamente es una de sus características genéticas más arraigadas, lo cual por supuesto, no se comprende por parte de la pareja, y mientras éste busca la intimidad, la pareja prefiere atender a los hijos.
Todo esto y muchas otras características nos diferencian y si las olvidamos o no las conocemos, podemos hacer juicios equivocados sobre nuestras parejas y afectar la buena convivencia.
3)La falta de respeto y la relajación del buen trato
El respeto es un valor fundamental para la sana convivencia de las personas, debido a que el maltrato o incomprensión cotidiana van degradando la relación y destruyendo poco a poco el sentimiento por el cual se unieron. Éste aspecto que muchos hombres olvidan con facilidad, impacta de manera determinante en el frágil sentir de las mujeres. Es una actitud destructiva como un cáncer con consecuencias devastadoras para la relación, ya que nulifica la comunicación e hiere los sentimientos más profundos de la pareja, pues además en múltiples ocasiones se valen de la información más íntima que conocen sobre la otra persona para arremeter en su contra.
El desinterés de hombres y mujeres por la conquista de la pareja y el olvidar que se trata con un ser vivo con sentimientos y no con un objeto inerte que sólo ocupa un espacio en la casa; desgasta a los individuos, abre la posibilidad de buscar en otro lugar y con otras personas el reconocimiento y fortalecimiento de su autoestima.
4)La intolerancia a las ideas y al actuar del otro.
Normalmente las nuevas parejas no tienen problemas de tolerancia, ya que el sentimiento profundo de amor las ayuda a adaptarse fácilmente a las circunstancias que van viviendo en sus primeros años. Sin embargo, con el paso del tiempo esto cambia por infinidad de razones, como las heridas infringidas por faltas de respeto, presiones económicas, cambios hormonales, educación e infinidad de otros factores.
La intolerancia extrema refleja un hartazgo y alto grado de deterioro de la relación, se pierde igualmente la comunicación y el deseo de resolver pacíficamente las cosas. En contrapartida, es cediendo en nuestros criterios y flexibilizando las conclusiones como se puede lograr una relación con mayor armonía.
5)La falta de comunicación y los tabús.
Los tabús normalmente son situaciones cotidianas que se ocultan por temor a la desaprobación social. Son temas, situaciones o hechos que frenan irracionalmente la actuación y conocimiento humano.
Las diferentes culturas, la educación y creencias, influyen igualmente en el buen desarrollo de las parejas debido a que sin saber por qué, actúan de una u otra forma, que muchas veces les perjudica. El tabú sobre la actividad sexual, es uno de los más determinantes, ya que impacta directamente el comportamiento íntimo de hombres y mujeres, haciendo muchas veces frías e indiferentes las relaciones.
6)La rutina y carencia de variedad.
Las actividades habituales de las parejas con el tiempo se convierten en rutinarias, aburridas y demasiado predecibles, influyendo negativamente en el ánimo de las personas.
Se dejan de descubrir nuevos horizontes, de explorar nuevas alternativas, se opta por la comodidad de la seguridad de lo que se hace cotidianamente, se impide sentir nuevas emociones que reviva el día a día de las parejas y todo esto en su conjunto es lo que provoca que se aprecien más interesantes otras personas.
7)Los problemas económicos.
Se gasta más de lo que se tiene. Es un problema social que por supuesto afecta la condición de las personas y les impone retos que muchas veces no alcanzan, afectando normalmente el comportamiento regular de los individuos, alterando sus estados de ánimo, aumentando su frustración y haciéndolos más agresivos e intolerantes, lo cual como lo hemos comentado anteriormente, destruye las parejas y abre las puertas para la búsqueda de nuevas alternativas.
8)El desamor.
En muchos de los casos se observa que las personas se preocupan más por cumplir con el evento social de casarse, que reflexionar sobre lo que implica el crecimiento común derivado de la unión de esfuerzos y la responsabilidad que cada uno adquiere al pretender formar una familia. Se considera como un hecho puntual y no como un proceso dentro del cual se debe construir y mejorar constantemente.
La relación de matrimonio es un estado que nos vincula más que físicamente de manera emocional, por lo que resulta indispensable mantener una disposición y actitud que continúe manteniendo e incrementando la buena relación y el sentimiento que los une.
Como lo comentamos anteriormente, el respeto, la tolerancia y el tiempo para la comunicación asertiva, son ejes fundamentales para consolidar y mantener una relación sana. Esta actuación cotidiana fortalece los lazos afectivos, haciendo que crezca y madure el sentimiento de unión y armonía.
9)Desconocimiento a los cambios naturales físicos y mentales.
En muchos de los casos las personas señalan no conocer a sus parejas aun cuando llevan años de relación, esto es resultado de no darse cuenta que las personas cambian durante el paso del tiempo. Por supuesto el aspecto físico, las experiencias y los cambios hormonales o psicológicos van transformando nuestro comportamiento haciendo que las parejas desconozcan muchas de sus nuevas actitudes o formas de pensar.
Lo anterior influye en el equilibrio normal de las relaciones, debido a que esa falta de comprensión o adaptación a las transformaciones naturales que experimentamos hombres y mujeres, normalmente se malinterpretan provocando reacciones de angustia, intolerancia o agresión en contra de la pareja que los presenta.
10) El ambiente social.
La influencia de nuestro entorno, ya sean medios de comunicación, amistades o familia, afecta las relaciones cuando éstas se encuentran débiles por falta de confianza, comunicación, amor o consolidación de los acuerdos sobre los objetivos y deseos comunes.
El constante bombardeo de información sobre distintos tópicos recibido externamente por las parejas, provoca muchas veces que cambien sus actitudes o deseos de manera frecuente, confundiéndolos y alejándolos, por lo que deben esforzarse por mantener firmes sus convicciones y principios sobre los cuales basen su relación.
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