Dr. Raúl Miranda Arce.
Hace unas semanas me consulto una joven con un dilema: ¡Raúl no se que hacer! Hace tiempo conocí a un joven, nos sentimos atraídos siendo el casado, tuvimos una relación esporádica porque yo tengo a mi “sugar”. Después de un tiempo se separa y me propone tener una relación formal, la verdad es que me la paso bien con él pero no tiene los recursos para darme la vida que yo quiero, En cambio mi “sugar” me da todo lo que necesito, había estado bien con él hasta que conocí a este hombre. Por su causa descuide a mi “sugar” y ya quiere dejarme. Quiero despegarme de este hombre y volver a mi estabilidad con mi “sugar”.
No es la primera vez que tengo en consulta a jóvenes mujeres con una relación con un amante mayor que ellas con quienes tiene una relación de intercambio financiero por compañía, así como algunos hombres mayores que tienen alguna amante. Sin embargo, es la primera vez que me solicitan apoyo para dejar a la pareja de quien está enamorada que desestabiliza su relación Sugar Daddy/Sugar Baby.
Entre las generaciones jóvenes es un término ampliamente conocido y en alguna medida normalizado en las últimas dos décadas, tan es así que en redes sociales abiertamente se plantean relaciones donde se busca un “Sugar”, en las plataformas de búsqueda de pareja se explicitan los términos de la relación que se busca.
¿En qué consiste esta relación con un sugar daddy?
" Es una relación de pareja en donde una persona mayor y más rica (el "sugar daddy") proporciona dinero, regalos y/o experiencias a cambio de compañía, amistad y/o intimidad con una persona más joven y menos acomodada (el o la "sugar baby") que frecuentemente es una mujer pero también puede ser un hombre.
También existe la contraparte de una mujer mayor, adinerada que es la Sugar mami o en ocasiones también se le llama Cougar con un hombre o mujer mas joven.
Se ha estudiado estas relaciones y los investigadores han encontrando que hay diversos factores que las determinan describen cinco principales: (1) motivaciones, (2) expectativas, (3) negociaciones, (4) justificaciones y (5) mantenimiento. Las sugar babies se sienten atraídas por un sugar daddy principalmente por razones financieras y emocionales, como la necesidad de pagar la universidad, la búsqueda de aventuras emocionantes y el deseo de experimentar un estilo de vida lujoso. Las expectativas de las sugar babies buscan principalmente compañía, atención y apoyo financiero, pero que también esperan tener cierta libertad y autonomía en la relación.
Es una relación abiertamente negociada; las sugar babies y los sugar daddies negocian los términos de la relación, incluyendo los límites de la intimidad, los gastos y las actividades compartidas. Las sugar babies justifican su participación en estas relaciones, por medio de diversas estrategias; como minimizar los aspectos sexuales, enfatizar los aspectos emocionales y señalar que la relación es temporal o experimental. Las sugar babies y los sugar daddies suelen mantener relaciones a largo plazo. Estas relaciones habitualmente implican buenos niveles de integración como pareja incluyendo, comunicación, confianza y satisfacción mutua.
Hay autores que por otra parte señalan riesgos de explotación y o abuso especialmente por el diferencial socioeconómico del que la relación generalmente parte. Aunque en ocasiones la explotación y abuso principalmente financiera pero también emocional es desde la sugar baby hacia el sugar daddy que frecuentemente aqueja de inseguridad y baja autoestima a pesar de su mejor condición socioeconómica.
Tal vez los términos sean una novedad para viejos patrones de relación, en México antaño el concepto de casa chica era muy conocido, al igual que aquel refrán popular “Habrá muchas capillitas pero solo una catedral”. Sin embargo, es importante señalar una diferencia central y es que estas solían ser relaciones clandestinas y socialmente reprobables, aunque eran frecuentes no eran socialmente aceptadas. La diferencia es que estas relaciones ahora no son clandestinas y en ciertos contextos sociales son aceptadas así una joven puede presentarse ante su círculo de social con su “sugar” y la persona mayor del mismo modo sin temor al rechazo o reprobación social. Aunque esto no siempre fue así.
La condición de mistress en las cortes europeas era una posición social y amorosa ocupada por una mujer que mantenía una relación sentimental con un hombre de la nobleza, generalmente casado y con un estatus superior al de la mujer. Esta posición se consideraba una alternativa aceptable al matrimonio formal y proporcionaba a las mujeres ciertos beneficios y privilegios en la corte. Las mistress solían ser mujeres cultas, elegantes y refinadas, que se convirtieron en confidentes y consejeras de sus amantes. También podían desempeñar un papel importante en la política de la corte, ya que a menudo se les permitía participar en las discusiones y decisiones políticas. Además, estas mujeres podían disfrutar de una gran libertad personal y financiera, lo que les permitía tener su propia residencia y asumir roles sociales que estaban fuera del alcance de las mujeres casadas. A pesar de las ventajas de esta posición, las mistress también enfrentaban desafíos significativos, como el estigma social y la falta de estabilidad financiera y emocional ya que dependían de su benefactor.
Una de las mistress más destacadas de la historia fue la actriz y escritora francesa Françoise-Athénaïs de Rochechouart de Mortemart, más conocida como Madame de Montespan. Madame de Montespan fue la amante del rey Luis XIV de Francia durante más de una década, y se convirtió en una de las mujeres más influyentes y poderosas de la corte francesa. Nacida en 1640 en el seno de una familia aristocrática, Madame de Montespan se casó a los 19 años con Louis Henri de Pardaillan de Gondrin, con quien tuvo dos hijos, su matrimonio fue infeliz, y pronto busco una salida a su vida convirtiéndose en la amante del rey Luis XIV, se ganó su confianza y afecto, ejerció una gran influencia sobre el rey, y se convirtió en una figura clave en la corte francesa. Fue una escritora prolífica, se interesó por la ciencia y la medicina, y financió la construcción de un hospital en París. Posteriormente fue acusada de brujería lo cual nunca fue probado, perdió su posición y se retiró a un convento, donde pasó el resto de su vida, su legado literario y cultural sigue siendo una parte importante de la historia francesa. Otro ejemplo fue el Rey Felipe de España y su hijo y sucesor el Rey Carlos II de España quienes tuvieron una vida amorosa tumultuosa teniendo varias amantes. Por otro lado, una figura notable en la historia de la nobleza europea justamente por no aceptar la posición de mistress, que por su condición social seria lo que le hubiera correspondido y lucho hasta lograr convertirse en legitima esposa fue Ana Bolena la segunda esposa del Rey Enrique VIII de Inglaterra, aunque al no poderle dar descendencia de un hijo varón que él deseaba termino en la guillotina acusada de adulterio. Antes de casarse con Ana Bolena, Enrique VIII tuvo varias amantes.
En la Europa medieval y renacentista, la concepción del amor y la relación de pareja comenzó a cambiar, y la figura de la pareja ideal se transformó en una pareja unida por el amor y el afecto mutuo, en lugar de una unión arreglada por intereses económicos o políticos, poco a poco instaurándose el amor romántico como condición de un amor genuino y requisito indispensable para el matrimonio, no solo sustituyendo sino desdeñando y rechazando los intereses económicos como motivo fundamental para comprometerse en matrimonio.
El amor romántico es un concepto cultural y socialmente construido que se refiere a una forma de amor que se basa en la emoción y la pasión, y que se caracteriza por una relación de intimidad, compromiso y exclusividad entre dos personas. A menudo se presenta como un tipo de amor idealizado y muy valorado en la cultura occidental que se convirtió en condición legitima para el matrimonio especialmente durante todo el siglo XX. En la cultura popular, el amor romántico se representa en películas, novelas y canciones como una forma ideal de amor, llena de pasión y emoción.
En el amor romántico, se espera que las dos personas involucradas experimenten una conexión emocional profunda y un fuerte deseo mutuo de compartir experiencias y construir una vida juntos. Esta conexión emocional se basa en sentimientos de afecto, atracción física, admiración, respeto y cuidado mutuo. El amor romántico también se caracteriza por un compromiso emocional y una exclusividad sexual. Se espera que la pareja se apoye mutuamente y trabajen juntas para superar los desafíos y las dificultades que puedan surgir en su relación. Además, se espera que mantengan y fortalezcan su relación a lo largo de toda su vida.
Si bien el amor romántico ha sido una forma muy valorada en nuestra cultura, no todas las relaciones de pareja se basan en este tipo de amor, y algunas parejas establecen relaciones amorosas basadas en diferentes formas de conexión emocional. Hay una creciente conciencia de que la idea del amor romántico puede ser excesivamente idealizada y poco realista, y que puede crear expectativas poco realistas en las relaciones de pareja.
La idea de que las personas deben tener la libertad de elegir a sus parejas en función de su propio deseo y no simplemente por consideraciones económicas o de estatus social ha prevalecido. Las personas se trasladan a las ciudades y se alejan de sus lugares de origen teniendo más libertad para elegir a sus parejas y formar relaciones. Hemos sido testigos de un cambio en las actitudes hacia el sexo y la sexualidad se empezó a ver la sexualidad como una parte natural y saludable de la vida.
La sexualidad también estaba fuertemente regulada por las normas sociales y religiosas, se esperaba que las personas se abstuvieran del sexo antes del matrimonio y que mantuvieran relaciones sexuales únicamente con su cónyuge. Las relaciones sexuales fuera del matrimonio eran consideradas inmorales y estaban sujetas a la censura y el castigo social.
Pareciera que antiguas formas de relación basadas en intereses económicos y beneficios financieros vuelven por sus fueros y cada vez son mas visibles y aceptados por las nuevas generaciones.
Dr. Raúl Miranda Arce.
Comments