¿De qué nos protege el tener amigos? ¿Por qué parece ser tan importante que una persona sin importar su edad, logre tener amigos y amigas? Por ahí dicen que es un mito la amistad entre un hombre y una mujer, ¿qué hay de cierto?
Ya el año pasado tuvimos la oportunidad de ponernos en contacto con nuestros lectores para poder comentar algunas reflexiones alrededor del día de San Valentín, de cómo podíamos definir y diferenciar el amor, el enamoramiento y la amistad. Por lo que en esta ocasión me gustaría hacer algo un tanto diferente, como, por ejemplo, considerar para qué y por qué es importante el valor de las relaciones amistosas.
Me parece que los seres humanos nacemos de uno en uno, pocas veces nacen dos y menos tres al mismo tiempo. Es decir, desde el vientre materno aprendemos a estar solos y al mismo tiempo acompañados y cubiertos por nuestra madre, al nacer todo cambia.
Los bebés requieren cuidado y amor y es sólo después de varios meses de vida que toman consciencia de sus necesidades sociales.
La amistad es una necesidad humana que protege al individuo de la soledad, el miedo, el terror al abandono, la indefensión y al mismo tiempo, provoca el ofrecer a acompañante una posible relación con una compañía para el crecimiento de cada día.
Si se logra establecer una relación de amistad con alguien, estamos en el terreno de dar y recibir, de aceptar las necesidades de compañía de dos personas que han considerado que solos están peor que bien acompañados. Si esto se consolida como algo que les gusta a los dos, donde los dos integrantes se enriquecen, podría desarrollarse una línea afectiva que ayude a vincular los sentimientos de agradecimiento y gusto por estar juntos, ya sea que estemos hablando de un hombre una mujer, un niño, una niña o una persona de la tercera edad. ¡¡¡Es increíble, pero para la amistad no hay edad!!! Sólo hay el gusto de la compañía, y si se ofrecen alegría y solidez emocional el futuro para ambos suele ser más agradable.
La gente sola muere antes que la que suele permitirse estar acompañada. ¿Es por ello que se cae en la infidelidad? Se puede tener pareja y aun así sentir soledad.
No es fácil mantener una amistad, requiere atención, tiempo, deseo de estar, hay que cuidarla tanto como se cuida a uno mismo, es un proyecto que requiere mucho trabajo.
A veces las parejas comienzan así, desde la base de la amistad, y entonces tienen en su fase inicial convivencias diferentes que los pueden deslizar al terreno amoroso, ¿qué será más sólido, el amor o la amistad?
A mi me parece que la amistad es menos lábil que el amor.
Los integrantes amistosos pueden lograr una ligazón afectiva de aprecio fuerte y generar que las personas quieran estar juntas, pues en sí, la amistad implica un compromiso íntegro de cuidados mutuos, de respeto a las diferencias y de apertura a nuevas aventuras comunes.
Además de que amigos puede haber varios simultáneamente y suelen estar tanto en pareja como en grupo, las opciones son ilimitadas.
En el amor, que es un sentimiento más exclusivo, los compromisos son más específicos, cargados de erotismo, de lineamientos sociales e institucionales, con bases de procreación y de larga duración.
Si los amantes mantienen al mismo tiempo su amistad, seguro podrán cuidar su relación frente a las dificultades de todos los días. Incluso es más fácil encontrar la solución de los problemas cotidianos usando las bases de la amistad. Y así, generar estructuras y proyectos mutuos, más allá de su propio narcisismo para acompañarse por largo tiempo a pesar de que los conceptos del amor se modifiquen con el paso de la convivencia cotidiana.
*Las opiniones contenidas en este artículo son responsabilidad del autor.
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