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Carolina Grajales Valdespino

Si la relación causa dolor ¿vale la pena seguir?

Actualizado: 17 jul 2023



“En este mundo no se consigue nunca lo posible si no se intenta lo imposible una y otra vez”. Max Weber (1919)

Parece común señalar que las relaciones humanas son complejas, y sí lo son. Por ello, coincidimos con Weber en cuanto a intentar lo imposible varias veces en este rubro; el contexto de estrenar año resulta ser uno de los mejores motivos para emprender acciones al respecto, pues permite replantear propósitos o generar cambios en el sentido de mejorar y enriquecer el proyecto de vida ejecutado hasta ahora.

Las relaciones, contigo misma/mismo, con la pareja, la familia, las amistades y los espacios laborales, requieren de revisiones constantes y renovación de acuerdos y contratos verbales, a veces incluso legales, sobre todo si tales vínculos se han deteriorado hasta el punto de volverse conflictivas, tóxicas o dañinas para sus integrantes.

Relaciones tóxicas es un término más o menos reciente y se ha aplicado a muchos tópicos. Sin embargo, resulta muy concreto para mostrar cierto tipo de lazos que pueden darse en todos los ámbitos: pareja, familia, trabajo.

Así como la presencia de toxinas enferma los cuerpos y quebranta su funcionamiento, las relaciones humanas se van deteriorando progresivamente cuando existen elementos que perturban la dinámica de interacción. Hay algunas señales que ayudan a identificar si estás en una relación tóxica, como:

• Tener una relación dependiente.

• Si antes de tomar una decisión se piensa si le molestará a la pareja o persona con quien se interactúa.

• Estar frente a una persona que tiende a pensar de forma negativa ante la vida.

• Presencia de celotipia, envidia y competencia.

• Presencia de infidelidad de la pareja.

• Predomina la ausencia de respeto hacia el otro/otra, sea por creencias, prejuicios y en general durante los diálogos e interacciones.

Las relaciones humanas, con niveles importantes de disfuncionalidad, muestran innegable toxicidad para sus miembros al no permitir el crecimiento individual, contaminar a otros miembros con sus problemas, inhibir la libre expresión afable y perturban a la vez emociones y conductas. (Andrade, JA. Et. Al.; 2013) En ocasiones vives una relación en donde al expresar tus opiniones, en lugar de iniciar un diálogo o una relajada comunicación, te encuentras como respuesta una corrección a las palabras que emitiste, los decibeles que aplicaste y lo incorrecto de tu forma de pensar. El tema puede ser cualquiera, se trate de algún juicio sobre una canción popular o las tesis de Marx… no importa, el caso es que no dijiste lo que “debe ser” o lo esperado por la persona con quien interactúas; puede tratarse de tu pareja, tu hijo o tu jefe, el hecho es que se trata de una persona tóxica, nulamente dispuesta a aceptar la diversidad de ideas.

Algo muy grave es el no respetar la intimidad del otro/otra, como revisar su bolsa, celular, redes sociales, etc. Las personas tenemos derecho al secreto. Tu historia de vida es tuya y puedes decidir empezar de nuevo cuando inicias con una pareja y no por ello está obligada/obligado a presentar tu “currículo sexual” como muestra de amor. Pero en una relación tóxica esto es imposible, pues una persona tóxica jamás aceptará este derecho, tratará de absorberte y mimetizarse contigo.

En el trabajo, cuando solicitas un permiso, no necesariamente tienes que explicar todos los motivos del permiso, aunque si trabajas con una persona tóxica, querrá la ruta crítica de todos tus movimientos. (Caro, Isabel.; 2007: 139-150)

Algunas distorsiones:

• Falta de confianza y credibilidad en la otra/otro con quienes se relaciona. Esto denota la falta de confianza propia.

• Tendencia a centrarse en detalles y perder el contexto global. Un ejemplo: acuden a una fiesta, ve lo que no salió bien y entonces todo estuvo horrible porque el pastel era muy dulce y olvida lo otro: la orquesta tocaba increíble y nunca pararon de bailar, se divirtieron, pero se centra en un solo detalle para descalificar todo el evento.

• La sobre generalización: Un hecho muy recurrente, el uso de “Yo nunca…” “Tú jamás…” “Los hombres siempre…” lo cual afecta cualquier relación.

• La falta de respeto hacia la persona, sus ideas y su discurso, predomina en cualquier tipo de relación tóxica.

Cuando resalta el miedo en lugar del respeto, se minimizan anhelos y sueños; hay presencia de control a toda costa sobre las personas con quienes se vive la relación; vigilancia sobre su tiempo, amistades, forma de vestir, dinero y todo tu entorno; además de violencias de todo tipo como psicológica, sexual, laboral, física… Sin duda estás en una relación tóxica. ¿Se puede hacer algo para rescatar sus emociones y su físico en la búsqueda de prosperar y eliminar el daño de la relación sin llegar a la ruptura?

Primero preguntarte si ¿el amor tiene que doler y si en realidad quieres seguir? Porque aquél refrán de “quien te quiere te hará sufrir”, ya está obsoleto. ¿Vale la pena sufrir por amor? Los contextos han cambiado y el año apenas empieza, así que, si cerraste con rituales el 2014, pues a estrenar el 2015 con otros rituales. Algunas claves para estrenar año:

1. Identificar tus sentimientos, capacidades, necesidades y potencialidades.

2. Aceptarte como persona valiosa, única e irrepetible.

3. Colocarte en el centro de tu vida, cuidándote como la persona más importante (no tiene que ver con el egoísmo, sino con tomarte en cuenta). Si tú no te valoras cómo podrás valorar o las/los otros.

4. Situarte en la vida como una persona que actúa con autonomía, esto te da confianza en tus capacidades y logros.

5. Establecer relaciones de solidaridad, reciprocidad, sin depender de las personas.

Qué tal empezar el año disfrutando tus actividades, cuidando tu salud corporal, mental, dándote el tiempo que mereces. Querer ser mejor que ayer, sin buscar ser mejor que el otro/otra. Al reconocer tu valía podrás darte cuenta que el amor no tiene por qué causar dolor y una vía es ejercer tu ciudadanía en las relaciones humanas: hacer oír tu voz, tus necesidades, derechos y tus obligaciones, por propia iniciativa y construir propósitos personales y colectivos de amor, paz y justicia para este 2015 que apenas empieza. ¡Felicidades!

Referencias:

Andrade, J. A. Paola Castro, Diana; Angélica Giraldo, Laura; Milena Martínez, Leidy. Relaciones Tóxicas de pareja. 2013. Disponible en: http://hdl.handle.net/10401/6149

Caro Gabalda, Isabel (2007) Manual teórico-práctico de Psicoterapias Cognitivas. Biblioteca de Psicología Desclée de Brouwer. Bilbao, España.

Weber, Max. La política como vocación (1919), en El Político y el Científico, Alianza Editorial, 1967. Pp. 81-179.

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