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Jeanette Rafer

Sexualidad de los hijos, ¿qué digo y qué no?


Abordar el tema de la sexualidad con los hijos es una situación muy difícil de afrontar por algunos padres, por ser todavía un tabú. Sin embargo, la sexualidad es un contenido abierto tanto en medios publicitarios como en las escuelas. Por ello, los padres de familia y en especial las madres, deben de estar preparados para enfrentar la curiosidad de sus hijos y promover un espacio de confianza y naturalidad, facilitando al hijo poder compartir cualquier tema, por complicado que sea.

Primero: el tema se trata cuando la curiosidad o el deseo de saber se hacen presentes. Los padres no abren el tema. Si el niño pregunta, se le cuestiona el porqué de su interés antes de dar cualquier información, puesto que es frecuente adelantarse a las inquietudes del pequeño.

La AAP (Asociación Americana de Pediatría) en su publicación El cuidado de los niños en edad escolar: De 5 a 12 años de edad, señala que las preguntas frecuentes de los niños preescolares son:

• ¿Cómo llegué a tu panza?

• ¿Dónde estaba yo antes de estar en tu panza?

• ¿Cómo salí?

• ¿Por dónde salen los bebés?

• ¿Por qué las niñas no tienen pene?

Estos especialistas consideran que entre los dieciocho meses y los tres años se le debe enseñar al niño las partes de su cuerpo, con los nombres correctos: pene, vagina, brazo, nariz, etc. Entre los cuatro y cinco años, el interés por los órganos sexuales es más evidente y pueden llegar a tocar los genitales de sus amiguitos, es en ese momento cuando comienzan a cuestionar a sus padres acerca de la diferencia de los sexos.

Cuando los padres tocan el tema de manera temprana, deben hablar del cuerpo, no del acto sexual. El interés en los órganos genitales es saludable y natural. Se debe explicar que el nudismo y los juegos sexuales en público no son correctos.

Entre los cinco y siete años de edad, las preguntas son más elaboradas al tratar de relacionar la sexualidad y el tener bebés. Los pequeños buscan e inventan explicaciones sobre el funcionamiento corporal y las respuestas son consultadas con los amigos. Es una etapa en la cual los padres deben haber logrado manejar el tema con naturalidad, dado que lo aprendido en ese periodo los acompañará toda su vida y les facilitará, o no, tener relaciones saludables de adulto.

Entre los ocho y nueve años dan inicio los cambios previos a la pubertad. Dependiendo de cada hijo y de la apertura lograda, los temas a tratar son en relación a la actividad sexual, a los métodos anticonceptivos y a las enfermedades de trasmisión sexual. Además de la importancia de evitar embarazos.

Algunas de las preguntas frecuentes durante esta etapa, según los especialistas de la AAP son:

• ¿Qué edad es necesaria para que las niñas tengan bebés?

• ¿Por qué los niños tienen erecciones?

• ¿Qué es la menstruación?

• ¿Cómo se tiene un coito?

• ¿Por qué algunos hombres gustan de otros hombres

Preguntas y más preguntas… en medida que las respuestas sean congruentes, claras, simples y directas sobre el tema sexual, se permite al niño desarrollar un concepto sano que le facilitará relaciones saludables en el futuro.


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