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Armando Soberanes

Ser esposa, mujer y madre sin perder la sexualidad.


Hermoso tema el de las mamás, muy ad hoc para este mes. El papel de madre es único sin duda alguna y por ello me gustaría tocar varios prototipos, si es que les podemos nombrar así, como su relación con el erotismo, la sexualidad y por supuesto la infidelidad. Quiero comentar que me encantó el artículo de la Psicóloga del mes de abril, en la que destaca de manera sutil y sabia, el juicio hacia la infidelidad, y su probable obsolescencia.

Bien iniciaré con la Tradicional Mamá de nuestro medio, una mujer que se casó por alguno de estos factores en su mayoría: 1. Enamorada, 2. Embarazada (también enamorada). Estos 2 rubros ocupan el 98% de los casos, el restante bien se puede adaptar a las mayorías mencionadas. Nuestra hermosa mujer (no hay mujer fea), se casa con la ilusión del amor eterno, y aquí traigo a colación un comentario de un sabio amigo Oftalmólogo que dice: “El amor eterno dura tres meses”.

Nuestra dama casada llega a un matrimonio con varias expectativas, entre ellas, quizá una de las más importantes: ser madre. Pero tiene que seguir siendo mujer, profesionista, hija, hermana, vecina, amiga, cocinera, lavandera, ama de llaves, intendente, etc., etc. y por supuesto amante. Solamente la mujer con su grandeza puede cumplir tantos roles de manera casi perfecta. Llega a su casa con su novio, ahora legalmente esposo, del cual cuando reflexiona, realmente conoce muy poco, regularmente es tan activo sexualmente que por momentos la esposa piensa que es algún tipo de degenerado sexual, la agarra en todas partes, sala, comedor, cocina, recámara, etc.

En apariencia hay un gozo del binomio, pero lo cierto es que regularmente la mujer tiene poca experiencia sexual y no muy buena, así que le cuesta trabajo adaptarse a su nueva actividad sexual. Ya he comentado, hombres y mujeres somos tan diferentes, y sexualmente quizá más. El hombre tiene erección matutina quiera o no, el hombre se toca su órgano sexual cada vez que orina, el semen se produce y tiene que salir algún día. La mujer no tiene erección matutina, no se toca sus órganos sexuales para “hacer pipí”, no produce semen, y aunque necesita el sexo, este apetito sexual se desarrolla en base a una serie de condiciones que no son motivo de este artículo. La mujer concibe el sexo como la cercanía de su hombre, el placer de su hombre y el suyo relacionado, siempre relacionado al amor. Es por eso entre otras cosas que las mujeres no se masturban como el hombre.

La mujer casada se pone inmediatamente la camiseta, simultáneamente se hace esposa, compañera, amante, y casi siempre en nuestro medio, madre. Llega el hijo(a), y lo asume estoicamente, pierde su figura, un poco de su glamour, ya no hay mucho tiempo para ella, el sexo lo hace más por él que por ella, le da miedo volverse a embarazar, no toma hormonas pues engorda más (Mito), con el condón se embarazó cuando eran novios, el DIU, hace que menstrué más días con molestias (Realidad), el parche, la inyección, que gran carga. Pero no se vence, rápidamente se adapta, se levanta más temprano, prepara el desayuno del esposo, la comida de los bebés (casi nadie tiene sólo uno), hace el quehacer, lava la ropa, va de compras, prepara la comida, y al último, ella… ¿ella? Realmente ella, se baña y arregla mientras sigue cuidando a los niños y haciendo mil tareas. Ya va a llegar él, ése que amo y me ama. Me arreglo lo mejor que puedo, pongo “lindos a los “peques” y… Llega, me ve con un poco de apatía, no me dice como antes si estoy bonita, no me huele; saluda a los hijos, le pregunto cómo le fue y me contesta con monosílabos, se sienta a comer.

La comida, casi nunca es de su agrado total, frecuentemente la compara con la de su mamá “que, si sabe guisar”, termina de comer, se sienta a descansar, no me ayuda con nada, y al llegar la noche ya en el cuarto, me cambio en frente a él, que está viendo la televisión, inicio a platicarle, sin que él me pregunte cómo me fue en el día, no separa la vista de la tele, si obstruyo su visión, se mueve y si mi plática es muy aburrida, le sube más al volumen. “Si me quiere, es sólo que está cansado”. Ya con la luz apagada, no hay un “hasta mañana”, no hay un “te amo”. Pocos minutos después siento un beso en mi cuello, mmm… ¿ahora si me va a decir que me ama?, ¿ahora si me va a escuchar?, ¿ahora si me va a preguntar cómo van sus hijos?, ¿ahora si me va a decir cuánto le gustó mi comida?, ¿ahora si…? ¡NO!, después del beso me volteó, se puso encima de mí, abrió mis piernas, y sin más me penetró, se movió quizá 3 o 4 minutos (Ahora si duró mucho), y terminó, me dio las gracias, se acostó y se durmió… Pobrecito está cansado, como siempre. A ver si la próxima vez… apenas llevamos 20 años de casados.

La madre soltera, ilusa, tierna, sorprendida chica de 15, 17, 19 años, iniciando a vivir. Conoció a un muchacho, que se hizo su novio, que le dijo que la amaba, que la llevó a un hotel -en el mejor de los casos- la beso en la boca, unos cuantos besos en los senos, abrió sus virginales piernas y la penetró, le dolió, tiene miedo, pero es su novio, la ama, ¡vamos adelante! Cinco minutos después todo acabó, él me besa, esta extasiado, yo lo beso, ¡se me olvidó el condón!, tengo miedo, ¡nah! no va a pasar nada. Salgo feliz del hotel, a él lo noto raro, pero me ama. Pasan unos días que él no me habla igual, lo noto extraño, y yo pues ya tengo 15 días de atraso de mi regla, es normal a veces me pasa. Ahora tengo náuseas, me siento rara, llevo casi 20 días de atraso, le dije a mi novio, se enojó conmigo. ¡ESTOY EMBARAZADA! ¿Qué voy a hacer?… ¡Mi familia me va a matar!

Un par de años después en casa de su mamá, sin esposo, sin novio, sin carrera, con un trabajo mal pagado, con muchas ilusiones, pero con pocas probabilidades de realizarlas, con su hijo, luchando por la vida, tratando de no ser el blanco de los depredadores, tratando de volver a amar y ser algún día amada. Del sexo ni hablar, cada vez que alguien se me acerca es para acostarse conmigo, la familia me censura, y yo tengo miedo de volver a embarazarme, cuido a mi hijo. Con frecuencia escucho a la familia decir: “Es que fracasó, ya vez salió con su panza”. Mi hijo no se llama fracaso, lo amo y trataré de darle lo mejor. La pregunta es: ¿a los 17, 19 o 21 años se sabe lo que es mejor para un hijo? En el supuesto caso de saber que es lo mejor, ¿se cuenta con los recursos, preparación y posibilidades de poder dárselo?

¿Cómo sería esa madre ideal en nuestra sociedad? La que se casó enamorada y con el amor de su pareja, aquella que es tomada en cuenta en todo, sin dejarle toda la responsabilidad, la que es conquistada todos los días, a la que se le hace el amor pensando siempre en ella, su placer y su confort. A la que se conquista todos los días, la que recibe un piropo, una tarjeta, una flor, un pellizco en la nalga y un beso antes de dormir y al despertar. Esa mujer a la que se le agradece y reconoce con amor y cariño todo lo que hace por sus hijos, por su esposo, por la casa. Esa mujer que al terminar de comer es ayudada por su compañero a recoger y lavar los trastes. Esa mujer que cuando quiere hablar, su esposo apaga la tele y la escucha extasiado de los temas que ella toca. Aquella mujer que al quitarse la ropa frente a su esposo es bañada con la mirada combinada de amor y deseo de su hombre. Que cuando le hacen el amor, su hombre se toma todo el tiempo que se necesite para que su ella tenga uno o más orgasmos y duerma plácidamente. Esa mujer que dormida siente como su hombre la ve fascinado y cuida su sueño. Esa mujer que esta hoy a nuestro lado, que ha sacrificado tanto por nosotros.

Señores amemos a nuestra pareja, demostremos nuestro amor. Ella no está dispuesta a dar su vida por nosotros. Ya la dio, lo menos que podemos hacer es amarla con intensidad. Si no lo hacemos, puede ser que alguien venga y la ame por nosotros, o lo que es peor, que nunca alguien la ame y muera casada, sin el amor de un hombre, pero con su presencia insensible y egoísta que se perdió del placer de conquistar, amar, cuidar y mimar al ser más fascinante de la naturaleza: LA MUJER, LA MADRE, LA HIJA, LA HERMANA… LA AMANTE.

Tu Mujer, no olvides lo maravillosa que eres, pide, y exige se te trate como tal. Merece cada buen trato que desees, gózalo al recibirlo y repudia cualquier mal trato, aunque sea de omisión. Exige respeto y amor, vive feliz después de todo, de eso se trata vivir. “La vida es corta hay que vivirla feliz”.

¡FELIZ DIA DE LA MUJER! ¡FELIZ DIA DE LAS MADRES!

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