En general, el tema de salud va relacionado con nuestra manera de ser, nuestra personalidad y la actitud con la que enfrentamos las diversas situaciones que nos ocurren en nuestra vida cotidiana (mente-cuerpo). Las personas que son inseguras, ansiosas y dudan sobre ellos mismos en todos los sentidos, desde cómo perciben el mundo y a su pareja se les dificulta comunicar sus emociones y generalmente somatizan a través del cuerpo.
Muchas veces las personas inseguras y ansiosas incurren en infidelidades o soportan una infidelidad, ya que lo viven como un conjunto de síntomas emocionales que los lleva a buscar un escape emocional de la pareja.
En cambio, las personas que se sienten seguros sexualmente, cómodos con la intimidad y se comunican sin mayor preocupación, tienen menos probabilidades de somatizar y mayores posibilidades de establecer relaciones duraderas en donde el compromiso, el deseo, la intimidad, la sexualidad y la preocupación por el otro se encuentran comúnmente en armonía.
Es inminente que el grado de seguridad de una persona, su capacidad para enfrentar la intimidad de las relaciones y las formas características de manejar la ansiedad son producto de una larga historia de interacciones con figuras de apego. La capacidad de depender del cuidado de otro es fundamental, como también lo es la disposición para que otro pueda depender de nosotros cuando sea necesario. Asimismo, las personas inseguras, generan mayor conflicto en sus relaciones interpersonales o buscan personas que no lo puedan querer, en el contexto de experimentar dudas sobre ellos mismos y sobre los demás.
La intensidad con que se vive la infidelidad y las consecuencias de ésta, dependerán de las particularidades de cada pareja; algunas parejas son capaces de salir adelante solas, mitigando el sufrimiento y recuperando la confianza con el paso del tiempo. Algunas parejas, logran una pseudo-solución, es decir, continúan la relación, abatidas por la desconfianza, e inclusive afectan su salud, como si el rencor se encapsulará en el cuerpo y su modo de expresión es a través de la enfermedad.
Por lo tanto, recomiendo y me parece indispensable recurrir al proceso psicoterapéutico, ya que puede ayudar enormemente no sólo a evaluar nuestra manera de relacionarnos sino también a hacer mediciones y considerar la influencia de la historia de relaciones de un individuo, incluyendo su vida actual.
En la medida que una persona pueda tomar consciencia de las distintas formas de vincularse podrá desarrollar en psicoterapia, nuevas formas más adaptativas de relacionarse con sus personas más cercanas.
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