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Adriana Gómez

Romper patrones, violencia desde casa.


Más del 25% de los alumnos sufre de bullying, es decir están expuestos a agresiones constantes y viven sintiéndose torturados.

Si tomamos en cuenta que todos los actos de la conducta humana provienen de nuestras experiencias infantiles, podemos entender que la influencia esta, con figuras agresoras y crueles, operan desde el inconsciente años después como centros de mando y dictan patológicamente el comportamiento antisocial. Por ello es necesaria la urgente intervención desde la infancia y la familia.

Cuando un pequeño vive en un ambiente familiar de violencia, comienza a tomar fotos de distintos escenarios de la casa y estás fotos se quedan en la mente del niño; más tarde, al revelar el rollo se convierten en modelos a seguir. Estas conductas se organizan en núcleos psicopáticos, los cuales, al detectarse tempranamente, podrán cambiar y controlar el rumbo de diversos actos destructivos.

El hogar es el núcleo donde el individuo se forma. Cuando llega a la escuela ya ha internalizado una gran variedad de patrones de relación con otros, dependiendo por supuesto de la forma en que sus padres se relacionan entre ellos, con sus hijos y con las demás personas.

La violencia se aprende y la violencia se aprende en casa. Un niño testigo de violencia en casa tiene 15 veces más probabilidades de convertirse en víctima o en agresor que un niño que no lo es.

La violencia psicológica se genera a partir de una falta de sintonía en los mensajes, esto genera en el niño frustración y esta frustración lleva a la violencia. El niño se enoja porque sus padres no responden a sus necesidades básicas, así como internas. Este modelo de relación se lleva fuera de casa. Los niños pueden llevar este problema a la escuela y aquí es donde comienza el fenómeno del bullying o violencia escolar.

Algunos factores que provocan el bullying:

• Ausencia o rechazo de los padres.

• Refuerzo positivo de la agresividad.

• Empleo de violencia física o emocional en casa.

• Historia familiar de conductas antisociales.

• Exposición continua a la violencia.

¿Cómo detectar si alguien es víctima de bullying?

• Si falta o no quiere ir constantemente a la escuela tiene miedo de asistir a clases

• Presenta bajo rendimiento escolar.

• Se ve triste o deprimido.

• Puede presentar trastornos del sueño: insomnio, pesadillas, no poderse levantar por las mañanas.

• Somatizaciones (dolor de cabeza, estomago, náuseas, etc.).

• Llanto frecuente.

• Evita ir a la escuela inventando excusas.

• Desinterés en su aspecto físico.

• Aislamiento.

• Cambios en el apetito.

• Cambios de humor repentinos.

• Dificultad para estudiar.

• muestra desesperanza para el futuro.

• Deseos de cambio de escuela.

Recuerda que la labor no concluye al descubrir quién es víctima de bullying, debemos trabajar mucho para evitar romper con patrones de violencia desde casa y esforzarnos para crear modelos de socialización sanos y no degenerativos para poder convivir con nuestra familia y nuestros iguales.


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