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Manuel Hernández

Reanudar mi camino sin ti.


No es lo mismo terminar a tu pareja que ella te termine a ti, y la diferencia radica en que muchas de las veces llega de forma inesperada o por más que lo veías venir simplemente no estabas list@ para que el amor de tu vida se fuera de tu lado y te negabas a aceptar que esto pudiera ocurrir.

El incidente se puede vivir como si un dementor te arrancará los momentos de felicidad y con la ruptura se llevará sueños, ilusiones, expectativas, momentos de todo tipo: lindos, tiernos, alegres, chistosos, de enojos y diferencias por detalles que al analizarlos resultan absurdos… y ahí estás triste, sin aliento, sin deseos de hacer nada, extrañando a la persona amada y quizá con mucha angustia por saber qué está haciendo, por saber si algún día volverá, por saber si aún siente algo por tí y con la interrogante ¿Cuánto tiempo va a pasar para que me pueda recuperar de un golpe como este? Escuchas canciones en la radio y todo te recuerda a esa persona y es inevitable que afloren las lágrimas producto de los recuerdos sintiendo un profundo vacío que ahoga. Quizá vienen a tu mente más interrogantes del tipo ¿Por qué se fue? ¿Qué hice mal?... Pasado un tiempo algunos prometen que no los volverán a lastimar o que no se volverán a enamorar. Cualquier parecido con la realidad puede ser mera ¡coincidencia!... El caso es que muchas historias que pasan por la consulta de la práctica clínica y que escuchamos en las personas cercanas a nosotros tienen una connotación similar. Las crisis en general tienen dos polos, uno en donde uno se queda paralizado y otro en donde uno madura la experiencia, aprende y se hace más fuerte, y ¡en la materia del amor aún nos falta mucho por aprender, por entender, por cambiar, por renovar y por aceptar! Si aprendes a valorarte y a amarte por lo que eres y puedes dar, la partida de esa persona no te hará sentir despreciad@, humillad@, poco atractiv@ y en consecuencia será difícil que tomes acciones que te hagan sentir avergonzad@ o devaluad@ porque en el fondo sabrás que terminó porque no funcionó. Aceptar: que en gran medida el amor que sentías por la persona amada es producto de un ideal y que al final del día es un ser humano y como tal no puedes esperar que lo vivido al inicio de la relación sea eterno porque entonces estarás en la búsqueda de un amor idílico e infantil. Entender: que tus motivaciones, tus sueños y tu felicidad no pueden depender de una sola persona, dicho en otras palabras: nadie te hace sufrir, te rompe el corazón, te daña o te quita la felicidad, ¡nadie! a menos que tú le permitas cediéndole el control de tu vida y tus emociones. Cambiar: viejos paradigmas que no son más que modelos que confunden ya que en torno al tema del amor se han creado muchas falacias, el amor va más allá de lo que aprendiste en los cuentos de hadas, resulta más provechoso enfrentar tu realidad en lugar de aferrarte a una falsa comodidad por miedo al dolor o a la soledad. Algunas ideas o concepciones que tenemos acerca de las relaciones bien pueden ser renovadas o transformadas a un nivel de pensamiento más funcional, por ejemplo, que quien está contigo tiene derecho a no estarlo y a que ya no le guste lo que eres y que sus decisiones o necesidades no tienen porqué coincidir con las tuyas.

Todos estos elementos quizá cambien tu perspectiva o tu manera de vivir una ruptura, no obstante lo que te puedo compartir es que en gran medida una de las razones por las que cuesta tanto trabajo dejar ir a esa persona que amas, lejos de todos esos bellos momentos y recuerdos que tienes y del cariño que sientes, no es por la decisión de ya no estar contigo, sino por lo que sientes, piensas e interpretas acerca de lo ocurrido y porque muy probablemente le depositaste inconscientemente muchas expectativas que hoy no se están cumpliendo.

Aprende de ésta relación todo lo que puedas, aprende de tu orgullo, de esas discusiones mal manejadas, aprende que en los desencuentros la solución no es alejarse sino acercarse y encontrar las causas de fondo, deja de compadecerte por lo que te hacen o te hicieron mejor trata entender cómo vivía tu pareja las cosas que les pasaban, que sentía, que le dolía y quizá comprenderás su punto de vista y entender que es lo que necesitaba.


Lo anterior facilitará el camino de la sanación…

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