Si bien sabemos que trabajar todos los días en lo mismo nos puede provocar una neurosis y producir un hastío y aburrimiento, eso no significa que se despliegue una erótica siempre con los colegas o compañeros.
Debemos sí reconocer que para poder tolerar el paso de los días, los meses o los años trabajados en un mismo lugar tiene que haber entre los miembros del grupo aceptación, que implica de alguna manera una especie de gusto por estar con el otro/a y hasta cierto grado de seducción placentera.
Si esta erótica se despliega debemos investigar en esa persona las motivaciones y las causas que lo condujeron a ese contacto ya subido de tono.
Además del aburrimiento mencionado arriba, podríamos encontrar que genuinamente nos enamoramos de otro/a y esto puede suceder sin que uno se lo proponga ya que debido a la cotidianeidad del vínculo más el hecho de “estar” u ocuparse y tener los mismos intereses e inquietudes, nos coloca en situaciones de equívoco.
Estas “equivocaciones” nos hacen pensar cuan compatibles somos y nos sentimos con ese/a sujeto con el cual compartimos tantas horas laborales, que por cierto no es poco el tiempo.
También podemos pensar que el hecho de flirtear con un compañero fortalece y va a aumentar nuestro ego, o le va a dar celos a mi pareja o pasa también por una simple venganza hacia la misma “si lo hizo él o ella; entonces lo hago yo”.
De algo que jamás podríamos sospechar es que una de las causas puede ser una irrefrenable adicción al sexo, que se produce aun estando casado/a.
Creo que hay que cambiar el enfoque pues parece ser que el matrimonio estable y feliz, además de fiel, tiene mala prensa. Las principales quejas tanto de ellas o de ellos tienen que ver con:
¿Cómo evitar caer en la rutina?
¿Por qué ya no me seduce mi esposo/a?
¿Por qué el o la de la oficina cada vez que me mira me produce adrenalina?
¿Por qué me cuesta mantener la pasión con mi pareja?
Resumiendo, comienzan las comparaciones de lo que tengo en casa y con lo que encuentro en el trabajo. Para ir enunciando los mutuos reproches nos haremos una pregunta:
¿Qué es lo que a los hombres más les molesta de sus parejas y viceversa?
Los hombres dicen que las mujeres son muy vuelteras, cuentan que ellas se quejan y hablan mucho pero que no van directo al grano.
Esos son los comentarios más frecuentes. Las mujeres, obviamente ven esto de otro modo. Ellas dicen que sus maridos no las escuchan, que no les prestan atención o simple y llanamente que son aburridos.
A veces debido a la misma rutina laboral, la gente busca cambiar un momento entonces comienza un juego erótico entre los sujetos imposible de parar. Por eso es importante el hecho de conocerse uno mismo, el auto conocimiento ayuda y evita avanzar con una relación que luego no tiene vuelta atrás. Cuando una persona se conoce a sí misma está bien conectada con su deseo, se puede dejar fluir aun sexualmente, si así lo decide.
En cambio, cuando este autoconocimiento es vago y lábil comienzan los deslices culposos con nuestros cómplices cotidianos con los cuales estamos laborando.
Buscar y aceptar una aventura amorosa en el ámbito laboral no es difícil, pues compartes con esas personas entre 8 y 10 hrs diarias; en donde hay momentos de estrés, risas y situaciones de conflicto e intercambios de conocimientos, entre otras cosas. Podemos decir que este tipo de relaciones concluyen con una amistad significativa y valiosa y muchas veces surgen esos romances (que mencioné arriba), que trascienden más allá de las fronteras de la empresa. En más de una oportunidad un sujeto se siente atraído por otro, pero prefiere ocultarlo por miedo.
Las relaciones en una empresa, oficina etc. suelen ser complicadas, ya que no podemos dejar de decirlo y siendo muy objetivos: pueden afectar el rendimiento del empleado/a.
En caso de elegir tener una relación con un compañero/a hay que evitar llevar los problemas personales al puesto de trabajo, pues eso sería una invasión de espacios.
El ámbito laboral es un escenario que requiere madurez para poder separar lo laboral de lo sentimental. Por eso es importante manejar la relación sin que debilite el cargo, puesto o impacte negativamente la imagen profesional.
Es bueno aclarar que dentro de lo laboral es necesario que reine un clima agradable, positivo y por qué no con cierto grado de mutua seducción que no implica nada más que eso, la pura aceptación del otro.
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