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Miguel A. de León

Prevención y manejo del acoso escolar.


“…hoy Alejandro me contó que algunos compañeros lo molestan frecuentemente y me he comprometido con Alex para garantizarle que estaré al pendiente de él…”.

Artículo escrito por. - Mtro. León David Vázquez. *

El acoso entre compañeros de escuela no es cosa nueva, de hecho, muchos de nosotros podemos recordar el hostigamiento de compañeros de clase durante la infancia como un hecho normal, quizá hicimos o nos hicieron en algún momento de la vida. No por ello, el acoso entre escolares, deja de ser preocupante a razón de sus consecuencias:

1.-Genera baja autoestima.

2.-Conlleva al bajo rendimiento académico.

3.-Causa distanciamiento social (se vuelven chicos solitarios).

4.- En algunos casos graves, puede conducir al suicidio.

El vocablo bullying es de origen anglosajón. En 1973, el psicólogo noruego Dan Olweus delimitó el problema y se dio cuenta del notable impacto producido en los niños víctimas de este trato. Han sido muchos los estudios realizados desde ese año hasta ahora, tratando de entender y atacar el problema.

Entre los obstáculos más comunes encontrados para la efectividad del tratamiento y prevención del problema es que buena parte de los profesores consideran a la conducta de acoso entre compañeros como algo “natural” y hasta “deseable” (Díaz-Aguado, Martínez Arias, & Martín Seoane , 2004); según ellos, esta conducta, fortalece el carácter del alumnado, así cierto tipo de bullying, aun siendo visto por los profesores, puede pasarse por alto y ser percibido como una parte natural del paisaje escolar.

Esta apreciación es común dentro de una generación desarrollada bajo formas de educación rígidas y tradicionales. Sin embargo, debemos ser muy claros en nuestro punto a defender: El bullying no es natural, no es deseable, no forma herramientas de socialización sanas; tiene responsables y se puede controlar.

Las causas del acoso escolar son diversas; no hay un consenso que nos diga a qué se debe esta conducta. Quizá está relacionado con una falla en las estrategias de crianza de los padres, una falla del rol de autoridad o la planeación de clases de los profesores; quizá sea el síntoma de una sociedad habituada a la violencia como forma de convivencia, lo cierto es que la prevención y contención de la conducta exigirá tareas de todos los actores. ¿Cómo actuar ante este fenómeno? Lo primero es:

  1. Detectar la conducta. Si es padre de familia o profesor y tiene la duda de que alguno de sus hijos o alumnos está siendo víctima de acoso escolar (lo puede intuir porque comúnmente no quieren ir a la escuela, al grado de llegar a inventar males físicos, pueden llegar llorando frecuentemente, a veces no quieren comer, están comúnmente tristes), responda las siguientes preguntas desarrolladas por el Centro Reyna Sofía para el estudio de la violencia:

- ¿Su hijo o alumno se siente excluido de su salón de clase?

- ¿Su hijo o alumno se siente intimidado por alguien en su salón?

- ¿Su hijo o alumno percibe a su agresor más fuerte?

- ¿Las agresiones que sufre son cada vez de mayor intensidad?

- ¿Las agresiones suelen ocurrir en privado?

Si ha contestado por lo menos a tres de las preguntas anteriores con un “sí”, su hijo/alumno está siendo víctima de acoso escolar y necesita de su ayuda inmediata, sin titubeos. Una buena forma de empezar es hacerlo público.

2. En el caso de los padres de familia, se sugiere hablar largamente con su hijo; identificar el tipo de agresión experimentada por el chico, para reunir información y confirmar las agresiones sufridas; pedir una reunión con el profesor de su hijo y hacerle saber la situación. Pida estrategias claras para la contención de las agresiones, no permita que le digan "haremos algo" y se quede olvidado el asunto. El acoso escolar generalmente inicia excluyendo al alumno y algunas veces puede terminar con lesiones o puede acabar en la comisión de delitos. Todos los días hable con su hijo y respáldelo; en caso de la negligencia del profesor en turno, escale a la siguiente autoridad hasta ver que alguien está conteniendo la conducta de los acosadores. Regrese cada semana a preguntar por avances a la escuela, vuélvase una pesadilla para las autoridades, haga llegar bien claro y fuerte el mensaje del interés en su hijo(a).

3. En el caso de autoridades y profesores, se recomienda no pasar las denuncias por alto; empoderar la denuncia es no sólo deseable sino imprescindible. Algunas situaciones se pueden controlar con la sola actitud del profesor. Pida revisar el reglamento de la institución para contener la conducta de algunos alumnos, tome en cuenta que algunos casos necesitarán intervención psicológica o neurológica. No permita los tiempos muertos; una buena planeación de clases y revisar cotidianamente el abastecimiento completo del material para los alumnos les permitirá un mejor desempeño académico y un mínimo de tiempo para distraerse. Por último, monitoree las áreas comunes; la mayoría de las situaciones de acoso se generan en el patio o en el salón. No permita la exclusión a nadie, esa es la puerta de entrada del acoso escolar.

*Psic. y M.C.M.F. León David Vázquez.

Fuentes

Díaz-Aguado, M., Martínez Arias, R., & Martín Seoane , G. (2004). Prevención de la Violencia y lucha contra la exclusión desde la adolescencia: La violencia entre iguales en la escuela y el ocio. Volumne 2: programa de intervención y estudio experimental. Madrid: INJUVE.

Olweus, D. (1993). Bullying at school: What we know and what we can do. Oxford: Blackwell Publishers, inc.

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