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Carolina Grajales Valdespino

¿Por qué hay mujeres que necesitan estar con un hombre?

Actualizado: 19 jul 2023


“Más vale sola que mal acompañada”

“(…) Mujer orgullosamente sola, se siente, en cambio, venturosa y cálidamente acompañada, y ni por asomo se considera una persona solitaria.”

Carmen Alborch, 2007

Cada persona tiene su especificidad y ello determina su forma de pensar, ser y hacer. En cuanto a la necesidad de las mujeres en general, de tener a su lado un compañero de vida, se han creado diversos mitos y en muchas culturas, se tiene muy arraigada la idea de que el anhelo por tener una vida estable al lado de una pareja, es mayor en las mujeres que en los hombres.

Existen razones de sobra para tal creencia, pues en la sociedad mexicana es común construir escenarios futuros para las niñas con frases como: “aprende a guisar para cuando te cases” o “cuando tú seas madre…”, sin siquiera poner en duda que tal vez decidirán no casarse o no ser madres, así, la vida en pareja se plantea como un destino manifiesto, reforzado por los cuentos infantiles de príncipes salvadores o de héroes que rescatan mujeres débiles que necesitan un protector a su lado.

De ahí que lo “normal” todavía dicte que las mujeres asuman el rol tradicional de madre-esposa-ama-de-casa que corresponde a lo femenino en el espacio doméstico-privado y lo masculino se relacione con el jefe de familia-proveedor y atañe a lo público. Puede que esto parezca una generalización, pero es vigente según los fines culturales, es sólo cuestión de observar y sucede aun cuando ellas aporten recursos económicos al hogar.

Esto ha ido cambiando de forma muy lenta a partir de la Revolución Francesa y luego con mayor velocidad desde los años sesentas del siglo pasado, en parte por el ingreso de las mujeres a la educación superior y al mercado de trabajo, lo que ha hecho que las mismas tengan sus propios recursos y proyectos de vida; lo cual propició su acceso a la independencia económica, a defender derechos y adquirir ciertas posiciones que antes eran impensables, por considerarse espacios eminentemente masculinos. El camino no ha sido fácil y todavía queda mucho por andar, si bien hay avances, no son para todas las mujeres, pues hay lugares donde se vive con siglos de atraso por la constante violación de sus derechos, así como las costumbres y prejuicios, entre otros.

La soledad es un tema complejo pues no es igual “tener” que vivir sola a tomar la decisión deliberada de vivir sola; se trata de una alternativa de vida reflexionada. La soledad se relaciona con independencia o autonomía y si la relación en que vives se vuelve un problema constante por resolver y luego de intentarlo todo sigue sin funcionar para ambos, “más vale sola que mal acompañada” y evitar vivir en soledad junto a una pareja. Quizá al principio sea difícil, sobre todo por la crítica social o situaciones en que se espera llegues acompañada; poco a poco irás asumiendo, todo depende de tu determinación y la seguridad con que te conduzcas.

Por cierto, el término solas en inglés “singles” que incluye a todas las que no tienen pareja, sin especificar si son solteras, divorciadas, viudas, separadas o que nunca se han casado. Lo importante es aprender a estar sola y darse cuenta que vivir sola por elección, no implica aislarte o volverte ermitaña, porque de seguro tienes una familia, un grupo de amistades solidarias que no preguntarán por qué no te has casado o vuelto a emparejar.

Por otra parte, un estudio llevado a cabo en la Universidad de Toronto en Canadá dirigido por Stephanie Spielmann (2013), reporta que tanto mujeres como hombres comparten niveles semejantes de preocupación por la soltería y este temor les conduce a vincularse con personas que, en otra situación jamás aceptarían como pareja.

Esto desmorona el mito señalado, pero cabe aclarar que socialmente, en nuestro entorno cercano, es posible dar cuenta de cómo en pleno siglo XXI hay espacios donde predomina la tendencia a denostar a las mujeres que no tienen pareja y también hay mujeres que se aterran de pensar en quedarse solteras y pueden soportar una relación de violencia o infidelidades continuas con tal de no estar solas.

Tal vez algunas mujeres recuerden haber ido por la calle con 4 ó 5 amigas y no faltó algún varón que preguntara “¿por qué tan solas mamacitas?”. Sin importar el tamaño del grupo, puede considerarse que van “solas” porque no las acompaña un hombre y de ahí se derivan una serie de bromas y frases negativas respecto a las mujeres solas, habrá que hacer oídos sordos y tener la certeza de que tu valor no se mide por tener un hombre contigo. Esta visión ha ido cambiando y la soltería femenina va en aumento como no se había visto con anterioridad. Cabe aclarar que no soy militante de la soledad, considero que la vida es más fácil con amor, con un cómplice y compañero de mil batallas, pero eso no implica aceptar a cualquiera.

En soledad puedes explorar sobre ti misma y conocerte, saber tus capacidades, atributos y debilidades, este conocimiento te permite ser más autónoma, libre y finalmente poder vivir en armonía contigo misma y con el mundo que te rodea, y ayuda en la aceptación de ti misma lo que incrementa tu estima propia. Y qué tal si “se abre el cielo” y llega ese personaje que ni siquiera buscabas, por estar ocupada en construir tu personal proyecto de vida, así que más vale sola que mal acompañada, porque hoy empieza el primer día del resto de tu vida.

Referencias:

Alborch, Carmen (2007) Solas. Gozos y sombras de una manera de vivir. Editorial Temas de hoy. Madrid, España.

Spielmann, Stephanie S.; MacDonald, Geoff; Maxwell, Jessica A.; Joel, Samantha; Peragine, Diana; Muise, Amy; Impett, Emily A. Settling for less out of fear of being single (Resolver el temor a la soltería). Departamento de Psicología, Universidad de Toronto. Resultados publicados en la Revista Journal of Personality and Social Psychology. Vol 105(6), Dec 2013, 1049-1073

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