Después de más de 30 años de ejercer como gineco-obstetra en la práctica pública y privada, presento unas reflexiones sobre el embarazo, parto y puerperio.
El parto es una condición natural a la que desgraciadamente se le ha dado poca importancia. Actualmente también se ha desvirtuado el concepto de la atención de parto y aunque hay preferencia por prácticas naturales como parto en agua también se quiere “medicalizar” este proceso.
Debemos recordar que la morbimortalidad materno neonatal (cantidad de pacientes y neonatos que se complican o mueren a causa del embarazo, parto y puerperio) aún constituyen un grave tema de salud pública en América Latina, a pesar de ser un problema altamente evitable y que se ha reducido en forma considerable en otros países.
El embarazo y el parto NO son enfermedades, pero tienen riesgo de una complicación puesto que las urgencias maternas son sumamente difíciles de predecir. Por esto, se deben adoptar las medidas necesarias para que las mujeres tengan acceso a los cuidados obstétricos esenciales.
La soberbia, el protagonismo y la apatía de algunos médicos han hecho de este proceso un evento en el que el médico, al cual no se le puede cuestionar absolutamente nada, lleven a la paciente a un parto desagradable y deshumanizado.
El médico debe ser empático con la paciente, debe comprender que existen temores ancestrales en el momento del trabajo de parto y el parto, miedo a morir y temor por la integridad de su bebé; debe saber que el miedo causa una mayor tensión, que a su vez causa mayor dolor y por lo tanto más miedo, cerrando así el círculo vicioso. Debemos ayudar a evitar este círculo, reconfortando a la paciente y haciéndola sentirse bien, saber que el proceso del trabajo de parto puede resultar incómodo, pero que existen algunos mecanismos que pueden ayudar en ese trance. El estar acompañada por su pareja, el sentir apoyo de su médico e inclusive la ayuda de una Doula pueden mejorar el trabajo de parto.
La norma oficial Mexicana NOM 007 – SSA2 – 1993 establece que “no debe de llevarse a cabo el empleo rutinario de analgésicos, sedantes y anestesia durante el trabajo de parto normal, en casos excepcionales se aplicará según el criterio médico, previa información y autorización de la parturienta”.
La Organización mundial de la salud (OMS) recomienda evitar el uso de medicamentos durante el trabajo de parto. Para el manejo del dolor se deben usar preferiblemente métodos no farmacológicos, como la deambulación, el cambio de posición, masajes, relajación, respiración, incluso acupuntura y otros. También evitar la analgesia epidural como un método de rutina para calmar el dolor y preferir la anestesia espinal/epidural a la anestesia general en caso de cesárea.
¿Qué es la violencia obstétrica? Se puede definir como “Tipo de violencia ejercida por el profesional de salud, sobre el cuerpo y los procesos reproductivos de las mujeres”
Podemos resumir este concepto en:
• Trato deshumanizado hacia la mujer embarazada
• Tendencia a patologizar los procesos reproductivos.
• Negación del tratamiento
• Indiferencia ante solicitudes o reclamos
• Regaños
• Burlas, Ironías
• Decisiones médicas sobre el parto sin su consentimiento,
• Esterilización forzada
• No ofrecer alternativas
• Separación de los hijos al nacer
• Privación del apoyo emocional y personal elegido por ella
• Engaño médico: Inducción del parto
• Ambiente falto de intimidad
• Episiotomía rutinaria
Las lesiones del periné posparto pueden estar relacionadas con la práctica de una episiotomía o la aparición de desgarros. Los estudios científicos están a favor del efecto preventivo de la posición vertical de la gestante durante el periodo expulsivo del parto para reducir la incidencia de lesiones en el periné y su morbilidad asociada.
Por último, quiero anotar que la cesárea no debe ser de primera elección.
La cesárea es una cirugía abdominal mayor con el objeto de salvar la vida de la madre y /o el neonato si no puede nacer vaginalmente.
Como cualquier operación, la cesárea tiene riesgos. Estos riesgos aumentan si se hace una cesárea cuando no hay razón para hacerla, o sea cuando es una cesárea innecesaria.
Un médico que maneja los conceptos anteriores, le dará a la paciente la seguridad de que su parto va a ser un evento inolvidable, le va a dar la seguridad de que su parto va a individualizarse, de que los tiempos requeridos para los tres periodos del trabajo de parto son diferentes en cada mujer y por lo tanto debemos respetarlos y con esto evitar (por el hecho de apresurar el parto) maniobras innecesarias que pueden poner en riesgo la vida tanto de la mamá como la del bebé.
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