La aceptación psicosocial sobre la diversidad sexual y las nuevas formas de agrupar familias, nos han llevado a todos a replantear el clásico concepto de qué es una familia. ¿Qué entendíamos por el concepto de familia? Familia era un grupo consanguíneo donde había un papá, una mamá y unos hijitos que iban a desarrollarse y crecer bajo el mismo techo, con una claridad de roles según el género de cada uno, es decir, la madre que amaba incondicionalmente a su pareja, era fiel y abnegada, que deseaba tener y cuidar a sus hijos, un padre guapo y trabajador que iba a proveer al grupo con todas sus necesidades económicas y afectivas, donde nada ni nadie iba a romper el equilibrio establecido y se mantendría protegido por la sociedad y la divinidad.
Después de esta idealización que desde chiquitos nos han inculcado, aprendemos que es muy difícil ser perfectos, diría yo imposible y por tanto, el llegar a parecernos a esta definición está fuera de las posibilidades humanas. Todos y todas, somos falibles, somos imperfectos y eso hace que no podamos cumplir con esta expectativa social, no importa si somos homo u heterosexuales. A pesar de no cumplir con este ideal, seguimos disfrutando de vivir en grupo, de cuidar a nuestros padres y de disfrutar el poder tener hijos y vivir bien con ellos.
Entonces aceptamos las diferencias, las dificultades, las enfermedades y las variables naturales que llegan a nosotros para hacer de la vida familiar y de cada día un reto, para seguir en lo que entendemos como familia, ya sea nuclear o consanguínea, y la extensa, que refiere a las personas que aceptamos como familia sin ser consanguínea. Podemos mantener un imaginario social de pluralidad y la base binaria simultáneamente donde dos son la pareja parental.
Las identidades sexuales de las sociedades occidentales y en especial la mexicana, son mezclas heterogéneas, donde podemos encontrar situaciones diversas desde pedofilia, bisexualidad, transexualidad, feminicidio y filicídio, infidelidad, familias paralelas y mucho más. A pesar de todas estas situaciones que son reales y difíciles, las familias se mantienen. Ya sea con un sólo adulto responsable, con abuelos incluidos o hijos adoptados, todos los grupos son denominados familia. ¿Qué sucede con una pareja homosexual estable unida que desea tener o adoptar un bebé?
La homosexualidad evita naturalmente la concepción, no hay un óvulo y un esperma, habrá dos de lo mismo, por lo que para lograr tener descendencia tendrán que adoptar o buscar reproducirse por clonación. En el Distrito Federal se permite el matrimonio homosexual, ¿qué va a suceder con la adopción homosexual?
El cine ya ha puesto en camino la presente pregunta produciendo un par de cintas cinematográficas donde el cuestionamiento traspasa nuestras fronteras para que vayamos pensando y aceptando que esto puede suceder, y además que puede tener buenos resultados para todos los integrantes, es decir, la adopción en parejas homosexuales brinda la posibilidad de resolver algunas cuestiones de fondo, por ejemplo darle la oportunidad a un par de adultos de ser padres o madres, y de darle a un ser sin familia una identidad de pertenecía.
Así todos ganan, la pareja homosexual, el nuevo bebé, y la sociedad que aclara y resuelve síntomas entre el abandono de un bebé sin padres y de padres sin bebés, ambos con el deseo claro que educar, y ser educados, dando algo más a un ser, es decir que se logra una mezcla de necesidades con un poco de diversidades posmodernas. ¿Funcionará?
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*Las opiniones contenidas en este artículo son responsabilidad del autor.
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