Ser o no ser, tener o no tener, poder o no poder… ¿Qué es lo que las parejas necesitan para sobrevivir? El tema de este mes nos invita al cuestionamiento sobre el narcisismo y sus diferentes formas de expresión en la interacción con la pareja que uno elige, ya sea esta homosexual o heterosexual. Ya sea estable o pasajera, oficial o extra oficial.
El narcisismo es definido como el amor que se tiene a uno mismo, y también se puede entender como la persistencia de una fase del desarrollo humano psicosexual en que el amor esta puesto en la misma persona dejándola imposibilitada para amar a alguien más. Hay una parte sana en quererse a uno mismo que tiene que ver con el auto cuidado, la auto conservación, el verse bien y sentirse bien. Pero cuando las dosis de amor propio son de más y en vez de equilibrar el amor propio con el amor hacia los demás, se queda la mayoría de la libido o de la energía amorosa en él mismo, las cosas van un poco difíciles cuando de parejas se trata. Es decir más interés en la misma persona que en la otra persona. Una persona narcisista gusta mucho de ser el centro de atención de los otros, por lo cual estará haciendo cosas para ser visto, atendido y reconocido, y buscará una pareja que lo pueda estar reconociendo y admirando. Aquí podríamos hablar de una mujer deprimida que es realzada por el varón o una mujer con una actitud complaciente que tolera todas las reglas que la estructura le impone, que se somete, aunque sea por un rato. Una mujer que al principio genera una dependencia hacia la personalidad grandiosa de un gran hombre exhibicionista y conquistador. Los varones sufren de búsqueda de reconocimiento y las mujeres sufren de búsqueda de protección, y todo esto es válido y valioso en tanto ambos estén equilibrados y no sea más importante uno que el otro. Me refiero a que el narcisista va a pedir mucho y su pareja tendrá que dárselo para estar equilibrados. ¿Y qué pasa cuando las cosas ya no salen tan bien? ¿Qué se requiere para poder convivir y estar con una pareja? Muchas cosas, pero aquí quisiera enfatizar la capacidad de amar y de entrega, de complacer al otro, de hacerlo sentir importante, pero el narcisista está limitado para pensar en alguien más que no sea el mismo o ella misma, pues es difícil que se consideren las necesidades de las dos personas que están en la pareja. Negociar es muy importante para hacer acuerdos y resolver problemas, y es lo que creo que hace falta cuando el narcisismo de uno no deja ver al otro. En estos casos son frecuentes las guerras de poder, de medir fuerzas para ver quién puede ser más que el otro lo cual desestabiliza, agrede, desmoraliza a los participantes, aunque sea uno el que gane las batallas. El amor es muy sensible y la confianza mucho más. El equilibrio radica en que ambos estén atendiendo sus necesidades, aunque estas sean inconsciente o neuróticas, acuérdate que todos tenemos un poco de locos, ¡pero solo un poco!
*Las opiniones contenidas en este artículo son responsabilidad del autor.
Comments