Existen numerosos artículos, incluso libros dedicados a intentar ofrecer un análisis o una reflexión sobre estos hombres cuya línea psicopatológica se entrelaza por líneas que nos pueden llevar a decir que uno y otro es lo mismo o confundirnos y perdernos entre esas características tan particulares entre las cuales la que más destaca es el engaño, la mentira, la infidelidad.
En el presente artículo intentaré hacer una distinción entre uno u otro sin perder de vista que los tres comparten características en su interacción con las mujeres tomando como punto de partida la infidelidad, la cual se puede considerar como una traición a la pareja.
A mi parecer en nuestra cultura (México) aún se mantienen ideas-rasgos de una educación con tendencias machistas en donde aparecen heredados mensajes implícitos como los que Díaz Guerrero analizó en su libro “Psicología del mexicano” y que para el tema que pretendo abordar resaltan los siguientes: los hombres son por naturaleza superiores a las mujeres, el hombre debe llevar los pantalones en la familia y el lugar de la mujer es el hogar. Afortunadamente este tipo de pensamiento ha ido cambiando y se han ido modificando no sólo este tipo de ideas sino también algunas leyes que respaldan y validan a la mujer como una persona favoreciendo entre muchas otras cosas su desarrollo personal y profesional.
No obstante, algunos hombres cuya ideología se mantiene explícita en sus acciones al ser mujeriegos y buscar el reconocimiento de otros por tener “la cualidad de tener a cuanta mujer desean”. Lo interesante aquí es que implícitamente lejos de ser personas felices y completas por tener siempre a una o varias mujeres a su lado, en el fondo hay sentimientos de frustración y de soledad misma que tratan de compensar en cada infidelidad, algunos otros fueron lastimados en su masculinidad por tener en su historia a un padre rígido, autoritario que fue violento con otras mujeres.
También existen aquellos que eligen no comprometerse y eligen un estilo de vida en donde la huida después de haber obtenido lo que buscaban es el mensaje.
Algunas mujeres pareciera que tienen un imán para vincularse con mujeriegos en esa eterna búsqueda de su “media naranja” o de su “hombre ideal”, basta con poner atención y querer ver la realidad para identificar a un hombre mujeriego ya que de entrada suelen ser magnánimos, con mucha labia, cuidan mucho su imagen, les gusta hacerse notar y no son capaces de controlar sus impulsos sexuales.
El diccionario define al mujeriego como el hombre que frecuenta sexualmente a muchas mujeres. Por ende, determina al hombre que no se sujeta a la fidelidad.
De una manera semejante un Don Juan es un hombre que necesita seducir y “se enamora” (sentimiento que es tan efímero, que podríamos afirmar que nunca se da) de cada mujer con la que establece un vínculo, pero una vez que consigue su objetivo la abandona, aquí el mensaje es que sólo les interesa sentirse victoriosos por la conquista y obtener placer.
Dicho en otras palabras, el Don Juan por lo regular es un individuo narciso al que no le afecta en lo más mínimo lastimar los sentimientos de la mujer, con tal de lograr su objetivo sexual. Tiene una habilidad destacada para halagar a las mujeres, es decir, saben darle a cada mujer lo que ella está necesitando. También son de una personalidad agradable, galanes y con tendencia a mostrarse lindos. Su interés central se encuentra en el poder, la fuerza, la virilidad y el tamaño, hay un deseo de ser más fuertes y poderosos que los demás y el tener objetos que simbolicen estas cosas como son en primer lugar las mujeres, en segundo lugar, dinero o cosas materiales.
Freud dice que cuando aman no pueden anhelar y cuando anhelan no pueden amar, es decir, en cada mujer con la que un Don Juan se vincula hay una búsqueda de la figura materna y un intento de recuperarla desde una fantasía edípica que de concretarse tendría que abandonar a la mujer porque implicaría tener relaciones con su madre.
El concepto de Don Juan se origina de una comedia del siglo XVII en la que Don Juan es un hombre que se dedica a engañar, seducir, violar, asesinar y mentir a toda mujer que se encuentra a su paso con el único fin de tener relaciones sexuales con ellas.
En último lugar, el Casanova es un sujeto de una pasión descomunal cuya esencia consiste en una gran capacidad de poder amar a las mujeres, siempre andan en busca de un nuevo amor, lo interesante de estos hombres es que se dice que detrás de ellos hay una homosexualidad no admitida.
Giacomo Casanova nació en 1725 en Venecia, no fue un hombre exclusivamente de conducta inmoral, provocador y jugador, también sobresalió siendo violinista, matemático, poeta, novelista, historiador y filósofo, sin embargo, no ha pasado a la posteridad por ninguna de estas actividades, sino por la que de todos es conocida: ser un conquistador y su libro “La historia de mi vida”.
Corinne Maier expresa en una entrevista sobre su Libro “Casanova o la ley del deseo” que este personaje es apreciado con frecuencia “como una especie de Don Juan versión light. Y es cierto que Casanova es una suerte de primo de Don Juan, adora las mujeres y va de una a otra, sólo que, al contrario de Don Juan, no las abandona: se las ingenia siempre para que lo dejen y después les encuentra un marido”.
En el amor no hay casualidades, hay señales que nuestro inconsciente lee en el sexo opuesto y que determinan por qué una persona en especial nos cautiva, por ello es esencial no dejarnos llevar por el arrebato pasional o por nuestra necesidad de completud, ya que nos puede llevar a caer en un espejismo creado por nuestras fantasías inconscientes, más que en la posibilidad de establecer una verdadera relación.
*Las opiniones contenidas en este artículo son responsabilidad del autor.
Comments