La violencia contra las mujeres es perpetrada por los varones, silenciada por las costumbres, institucionalizada por las leyes y sistemas estatales y transmitida de una generación a otra.” UNIFEM, 2008.
La afirmación que da título a esta reflexión seguro la hemos escuchado cuando el tema a tratar es “La violencia contra las mujeres”. Recuerdo que, dando una conferencia a un grupo de policías, uno muy serio me dijo “disculpe señorita, pero también las mujeres maltratan a los hombres y son peores, lo que pasa es que nos da pena decirlo”.
En definitiva, hay mujeres que violentan a los hombres, pero los datos muestran de qué lado predomina el maltrato. El testimonio anterior pretende restar importancia o minimizar el hecho; lo más grave es que intenta voltear los papeles y convertir a la víctima en verdugo. Hay quien afirma, sin indicar cifras, que la violencia femenina y la masculina están en igual nivel.
Negar el problema de la violencia, que viven las mujeres en el mundo, se hace a través de “neo-mitos”, como los han llamado algunos colectivos de mujeres (Amparo Marín; 2007); se trata de ataques ideológicos con argumentos machistas, cuya intención es impedir avances en la igualdad social entre mujeres y hombres y perpetuar la violencia. Los “neo-mitos” son muy peligrosos, se repiten tanto que muchas personas los creen.
Los hombres que han marchado por la avenida Reforma de la Ciudad de México, exigiendo un Instituto de los Hombres y tener un día Internacional como tienen las mujeres, tal vez desconocen que se trata de acciones afirmativas temporales; pues es tanta la violencia que hasta una ley se tuvo que crear para intentar pararla: Ley General de Acceso de las Mujeres a una vida libre de violencia (*). Dicha ley define violencia de género como “…expresión de las relaciones de poder históricamente desiguales entre mujeres y hombres, donde predomina la dominación de las mujeres por los hombres, entre otros atributos propios del sistema patriarcal vigente”.
Desde 1999, la ONU conmemora cada 25 de noviembre el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia Contra las Mujeres; esto a raíz del asesinato gubernamental de tres hermanas (Mirabal) en República Dominicana (en 1960) por defender la justicia para las mujeres. ONU Mujeres (2015) declara: la violencia de género sigue siendo una “pandemia global” que ocurre en espacios públicos y privados. En el mundo una de cada tres mujeres ha sufrido violencia física o sexual, principalmente por parte de su pareja, ya sea en el hogar, en la calle o en conflictos armados.
Se habla mucho sobre las mujeres que violentan a los hombres y que se le ha dado poca importancia. Argumentan que, por la situación económica, el varón ha ido perdiendo su rol de proveedor único y el ingreso de las mujeres a los mercados de trabajo ha trazado cambios; y ahora los varones son golpeados por sus compañeras sentimentales. Tal situación por supuesto que debe existir, pero las cifras nos dicen lo contrario y son contundentes:
En México, 46 de cada 100 mujeres mayores de 15 años sufren violencia psicológica, física, patrimonial, económica, sexual y hasta de muerte, reveló INEGI (2012). La Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares (ENDIREH, 2011) y el Instituto Nacional de las Mujeres precisaron que la violencia en el país se basa en el sometimiento, discriminación y control que los varones ejercen sobre las mujeres en todos los ámbitos de su vida: “La afectación de los derechos, la libertad, la dignidad, la seguridad y la intimidad de las mujeres se recrudeció en el Estado de México, donde 56.9% de las mujeres padece algún tipo de violencia por parte de su pareja. En contraste, la entidad con menor tasa de violencia es Chiapas, con 29.8%”.
Frente a “los roles sociales esperados”, la ENDIREH mostró que 29.0% de las mujeres consultadas dijo estar de acuerdo en que “si hay golpes o maltrato en casa es un asunto de familia y ahí debe quedar”; 16.8% manifestó estar conforme en que “una esposa debe obedecer a su esposo o pareja en todo lo que él ordene” y 14.7% percibe que “es obligación de la mujer tener relaciones sexuales con su esposo o pareja”.
Por favor no digan que a las mujeres les gusta el maltrato, ni que su mamá las educó así. Más bien todas las instituciones (familias, escuelas, iglesias, medios de comunicación…) las socializaron de esta forma y este es su trágico resultado, además de la probable dependencia económica, emocional, entre otras.
Has tipos y modalidades de violencias: un estudio del Colegio Jurista (**) indica que “1.4 millones de mujeres” padecen acoso laboral y su agresor tiene un perfil definido: hombre de más de 40 años de edad, casado, con una vida sexual y familiar insatisfactoria, con necesidad de autoafirmarse y controlar; “Las mujeres ocupan 70 por ciento de los trabajos mal pagados, sin prestaciones e informales” señala Alejandra Toriz de Pan y Rosas México, A.C. (**); INMUJERES e INEGI, señalan que pese a tener el mismo nivel y puesto que un hombre, las mujeres recibieron menor salario y tuvieron escasa oportunidad de ascenso o menos prestaciones. Faltaría citar datos de feminicidios, trata de mujeres y otros. La lista de violencias es enorme.
Presento el testimonio que me compartió una mujer, cuando daba cursos a mujeres en reclusión y ella cumplía su larga condena en el CEFERESO de Santa Martha Acatitla, Distrito Federal: “Todos los días me pegaba; tenía una varilla para eso, me dejó toda marcada, pero un día llegó más borracho que de costumbre y yo pude quitarle la varilla y con esa misma le pegue yo; con tanta rabia que traía guardada que le pegué, le pegué, le pegué… no me aceptaron defensa propia por más que les enseñé las marcas y les pedí que hablaran con los vecinos… y aquí estoy. Aquí conocí la libertad.” Esta mujer fue sentenciada por leyes masculinas sin perspectiva de género. Ella reconoce su delito y que será ejemplo de la maldad de las mujeres y maltrato a los hombres. También habría que reconocer que la sociedad ha funcionado de manera cómplice, pues la violencia contra las mujeres ha tenido un permiso social milenario. No es una guerra de sexos, ni de malvadas y buenos; es un problema de salud pública, de justicia social y de democracia. El reto social es enorme.
Referencias:
Marín, Amparo. Revista La otra página. No. 11 del 16 de diciembre de 2007. España.
(*) Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia. Exposición de Motivos. http://www.inmujeres.gob.mx/inmujeres/images/stories/instancias/documentos/ley_mx_si.pdf
(**) Periódico La Jornada. Domingo 22 de noviembre de 2015. P. 14.
Cruz V., Juan C. Semanario Proceso 16 de julio de 2012. México.
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