Al hablar acerca de las disfunciones sexuales femeninas, lo que se señala es la problemática que se presenta con el deseo sexual, con la excitación sexual y con el orgasmo. Es una problemática que afecta la calidad de vida. Cuando se manifiesta es recurrente, persistente y se presentan durante un espacio de tiempo y en varias ocasiones, la sintomatología puede derivarse de lo biológico u orgánico, psicológico o por la cultura.
Se pueden presentar desde el inicio de la vida sexual (Primarias) o después de haber vivido el deseo sexual, la excitación y los orgasmos (Secundarias). También se puede presentar a la masturbación o con la pareja siendo una disfunción sexual “Global” o de manera “Parcial”, cuando todo funciona normalmente y sólo al tocarse aparece; o “Selectiva” cuando se presenta en circunstancias específicas, como en el caso con una pareja en especial.
Las causas orgánicas pueden ser debidas a problemas de tiroides, hormonales, diabetes, hipertensión o perfiles altos de colesterol.
Dentro del ámbito psicológico, la depresión, la ansiedad, los problemas de personalidad, disfuncionalidad con la pareja o el abuso, son posibles causales de disfunción sexual.
La cultura es otro de los factores que influyen en la vivencia sexual dado que genera culpa, vergüenza o ignorancia hacia el disfrute de la propia sexualidad.
Las disfunciones frecuentes en la mujer son:
1.-Deseo sexual hipo activo:
Casi nunca o nunca siente las ganas de tener una experiencia erótica.
Casi nunca o nunca tiene fantasías o pensamientos sexuales o eróticos.
Si reflexiona, se da cuenta de que sus “ganas” o deseo ha disminuido respecto a su frecuencia en el pasado.
Ha disminuido o es ausente la frecuencia con que la mujer inicia o promueve la actividad sexual.
2.- Deseo sexual hiperactivo:
El nivel de deseo de la mujer sobrepasa los límites esperados. Esta disfunción se llama también “conducta sexual compulsiva”, lo cual significa que se presenta con tal frecuencia e intensidad que interfiere con las actividades cotidianas dado que:
Ve sus pensamientos y sentimientos invadidos por el deseo sexual, que permean su vida.
Siente un deseo sexual tan frecuente e intenso que tiene que dejar de trabajar o hacer otras actividades para satisfacerse.
Siente que no puede controlar su deseo sexual y postergar su satisfacción.
Continúa con esta conducta (que puede ser solo masturbación o en pareja) a pesar de que le genera problemas laborales, sociales y de pareja.
*¿Quieres saber cuáles son otras Disfunciones Sexuales Femeninas? No te pierdas la segunda parte del artículo de la Dra. Jeannette Raifer en nuestra revista de abril.
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