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Jeanette Rafer

¡Mi esposa está en la menopausia! ¿Qué hacer?



Como todos los cambios en el cuerpo de las mujeres, la Menopausia es otro misterio y como tal, está lleno de temores, mitos, imprecisiones y desinformación. Si una mujer ha vivido como enfermedad cada una de tales transformaciones como la pubertad, la menstruación y el embarazo, es casi seguro que así vivirá la Menopausia. Como contraparte predomina la tendencia a medicalizar cada periodo; siempre hay alguna pastilla o brebaje “maravilloso” para atender cada uno de estos procesos absolutamente naturales y que NO SON ENFERMEDADES.

Básico es señalar el rechazo social hacia ello: ¡Estás menopáusica! Se escucha decir a una mujer que muestra su enojo o malestar ante cualquier situación, incluso sin la edad o relación alguna con la etapa, pero suele señalársele con una gran carga despectiva. Este repudio tiene relación con la imposibilidad de ser madre en esta etapa y se traduce en que la Menopausia cuestiona esa valoración y algunas mujeres hacen eco del desdén expresando que “ya no sirven”. Esta estigmatización se debe a que anteriormente la esperanza de vida era mucho más corta y el climaterio se relacionaba con el final de la vida. Hoy, en el siglo XXI, las mujeres son todavía jóvenes cuando la menstruación se retira y aún tienen proyectos por emprender.

¿Cómo se define a la Menopausia o climaterio? Una etapa de irregularidades menstruales que se manifiesta con el cese de la menstruación y ocurre entre los 40 y los 50 años aproximadamente. Reitero que NO ES UNA ENFERMEDAD, es la secuencia de etapas naturales que inicia con la menarquia (primera menstruación). Es una función de la fertilidad de las mujeres. Entre las transformaciones más frecuentes, está que los ovarios dejen de madurar. Cuando estaba vigente la menstruación, cada mes salía un óvulo alternando cada una de las trompas hacia la matriz; pero como las hormonas (estrógenos) dejan de producirse ya no hay embarazos y se rompe ese ciclo (Lozano, Itziar; 1992: 90-91).

Cada mujer es diferente y vive de forma distinta sus ciclos: reportando bochornos o sudoración diurna y nocturna. Cansancio, trastornos de sueño, dolores de cabeza, irritabilidad… y se hace hincapié en la aparición de la osteoporosis, pero es un hecho que tiene relación con la salud general. Por ejemplo, la osteoporosis, no se presenta de forma automática por la Menopausia, ayudan mucho la ingesta de refrescos (más los de cola por el fósforo que contienen), fumar, la falta de ejercicio, la no exposición al sol…

Hay quien vive el climaterio como duelo o pérdida porque coincide con cambios en el contexto que se había vivido: fin de la capacidad reproductiva, (ya no puede ser madre); disminución de la belleza física; síndrome del “nido vacío” (reencuentro con la pareja sin las/los hijos) y quizá con mayor desapego; tal vez papá y mamá ya son mayores y pueden tener enfermedades o ya partieron. El temor de ir dejando atrás la juventud en una sociedad que centra sus valores en exaltar la velocidad para el triunfo, la belleza, fuerza física y la adquisición de bienes materiales. Todo esto puede deprimir a cualquiera, sobre todo si lo enfrenta en soledad.

¿Qué pasa con la sexualidad? Al estrógeno se le ha llamado la hormona de la libido, pero en la respuesta sexual no es el único factor; influye y mucho, la compañía sexual, la estimulación, el estado de ánimo, el espacio para el encuentro, el tiempo… Datos del 2011 del Centro de Estudios del Envejecimiento de la Duke Univesity en Estados Unidos, indican que: 72% de mujeres mayores de 40 años reconocen haber mejorado su experiencia orgásmica, respecto a sus años juveniles; 19% señaló no haber tenido cambios y 80% de parejas estables siguen teniendo sexo luego de 70 años, al menos 1 vez por semana. Lo que, si puede bajar la libido, más que la Menopausia es: el estrés, la depresión, la dificultad de conseguir pareja; la sequedad vaginal; efectos diversos de medicamentos recetados para alguna enfermedad, todo ello es ajeno a la Menopausia.

¿Qué hacer? Prepararse para la vejez cuando todavía se es joven y cuando ya se aproxima; no olvidar: subirse a la báscula con bastante frecuencia; visitar dentista, oculista… actuar de forma preventiva. Ejercicio diario de preferencia compartido con personas cercanas; buscar información seria, no todo lo que aparece en el Internet es científico ni cierto. Actitud positiva; tener un grupo de amigas para hablar del tema; contar con redes de apoyo y no perder EL SENTIDO DE HUMOR.

¿Por qué no ver la Menopausia como ventaja? Si detestabas la menstruación, pues celebra que por fin ¡se acabó!

Puedes hacer el amor sin consultar el calendario, sin píldoras, sin temor a un embarazo. Tener menos responsabilidades maternas. Mucha experiencia y mayor seguridad. Menos inhibiciones (sin fingir orgasmos). Nuevo diálogo con hijas e hijos, si los hay. Nuevos retos. Independencia. Mayores ingresos.

La filosofa y escritora Graciela Hierro recomendaba “conocerse, aceptarse y amarse” lo decía a las mujeres en sus cursos en la UNAM, pero va para toda la humanidad. Si estas informada, puedes reconocer que cada etapa tiene beneficios. Si vas teniendo cambios sustanciales, puedes pensar que te estás volviendo loca, de ahí la importancia de saber qué está pasando, comunicarlo a la gente cercana enfatizando NO ESTAR ENFERMA, solo estás viviendo un tiempo especial, una etapa natural y requieres cuidar tu cuerpo de forma particular y pedir apoyo de todas y todos. Cada mujer vive los cambios de su vida dándole su toque especial. Las mujeres que disfrutan lo que están haciendo, valorarán el envejecimiento y la menopausia y asumirán el protagonismo de su cuerpo, su salud, su sexualidad y su vida sin temores, ni confusiones y con muchas certezas. La información te da poder, así que ¡Adelante, a vivir!

Referencias:

Hierro, Graciela (2005). Las reinas: protagonistas y agentes activas de su madurez.

http://www.jornada.unam.mx/2005/07/04/informacion/83_reinas.htm

Lozano, Itziar (1992). Sobre el cuerpo y nuestra identidad. Sexualidad, maternidad voluntaria y violencia. CIDHAL. México.

Brown, Paula / Laskin, Diana (Compiladoras) y Mujeres de Boston (1993). Envejecer juntas. Las mujeres y el paso del tiempo: datos para afrontarlo con optimismo, conocimiento de causa y decisión. Ediciones Paidós. Barcelona.

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