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Jeanette Rafer

Los juegos del deseo, ¿me controlo o me dejo ir?


¿Qué nos pasa cuando deseamos algo?.

Cuando somos atraídos por algo o por alguien nuestro cuerpo cambia, nuestras expresiones lo demuestran y nuestra conducta corporal lo manifiesta:” por nuestro cuerpo habla el deseo…”

La Psic. Miriam del Campo Yecora, española plantea que:” seducir es mostrar nuestra intimidad mediante actos expresivos, comunicativos y relacionales, dirigidos a poder interactuar con el otro. Para ella es una comunicación auto reveladora que permite el interactuar con ese otro que deseamos…”

Así. el seducir es el conjunto de expresiones y manifestaciones para gustar, atraer, mostrar o insinuar que deseamos algo o a alguien…así, llamamos su atención y mostramos una disposición que lleva a comunicarse con ese otro/a deseado. Comunicación no verbal que puede generar dificultades y problemáticas difíciles de evitar si dicho lenguaje es utilizado sin el autocontrol esperado.

Seducir y seguir el deseo llevan a comportamientos con meta, con sentido y motivación de gustarle al otro, de ser aceptado y por ende de conseguirlo y por ello se manipula y justifica una conducta dada con la finalidad de lograr la meta.

Gestos, miradas, movimientos corporales y nuestra voz son los canales para seducir y no todos conllevan una intención sexual. Se puede seducir con fines de un ascenso en el medio profesional o para obtener un satisfactor. En ocasiones el deseo es tan poderoso que no se miden las consecuencias de su logro y lleva a conflictivas relacionales complicadas y difíciles de resolver.

En los estudios del Dr. Adam Kendon, basados en películas de pareja filmadas en parques y paseos públicos, señalan que la mujer muestra su sexualidad “para atraer al hombre y luego lo tranquiliza mediante un comportamiento infantil: miradas tímidas, cabeza inclinada hacia un lado y gestos suaves como los de un bebé y el hombre trata de demostrar su masculinidad parándose muy erguido, gesticulando agresivamente para después tranquilizarla con comportamientos infantiles.

El deseo en el hombre es la búsqueda de la conquista, de asegurar una relación afectiva, de cazar para satisfacer su deseo sexual, es conseguir un fin, es mirar a la mujer que le gusta.

La mujer tiene dos deseos: su satisfacción sexual y seducir por seducir dado que para ella logar despertar el deseo en el otro es saborear una conquista más que un placer sexual.

Para los fines de la seducción en especial cuando se sienten atraídos por el otro se manifiestan reacciones fisiológicas tales como: enrojecimiento de mejillas, sudoración, pupilas dilatadas y aquellos aprendidos para incrementar el atractivo personal según la cultura y medio social al que se pertenece:

Gestos de seducción:

El hombre se arregla la corbata si la lleva, se trata de quitar el polvo de su camisa, chamarra o saco; con su mano se arregla el cabello, los lentes, entrecierra los ojos y adopta una mirada íntima que sostiene más de lo normal, pasa sus dedos por sus labios, gira el cuerpo hacia la mujer y si está sentado abre sus piernas como símbolo de disposición genital.

La mujer se toca el cabello, se alisa la ropa. Se coloca una o ambas manos en las caderas. Dirige su cuerpo y un pie hacia el hombre.

Lanza largas miradas íntimas e intenso contacto visual. Cruza y descruza las piernas con lentitud frente al hombre, indicando el deseo de ser acariciada. Emplea un tono de voz bajo o susurros para conseguir el acercamiento. Muestra dilatación pupilar, sus mejillas se enrojecen y con frecuencia sacude la cabeza para echar el pelo hacia atrás o apartarlo de la cara.

Juego de seducción, juego universal que se lleva inscrito en la piel, juego instintivo e impulsivo difícil de controlar. Sólo a través del aprendizaje y auto conocimiento se puede llegar al autocontrol

. ¡Tú decides!!


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