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Laura Valenzuela

Los 5 principales errores que cometen las parejas en sus relaciones y que repercuten en lo legal



1.- En mi opinión, uno de los principales errores que cometen, consiste en que no se comunican antes de casarse y aún después, respecto al número de hijos que desean tener y cuándo tenerlos, o incluso si desean o no procrear. Esta falta de comunicación y de acuerdos, repercute con posterioridad en discusiones innecesarias en cuanto al cuidado, manutención y convivencias con los hijos, llegándose a generar rupturas e incluso el abandono de los hijos, sirviendo la falta de acuerdos, en ocasiones como un pretexto para “justificar” que no se hacen cargo de los hijos, porque no querían tenerlos.

Desde luego, la falta de comunicación en este aspecto, llega al extremo de que ni si quiera existen acuerdos respecto a la utilización de métodos anticonceptivos, los cuales, desafortunadamente en este país, son utilizados en su mayoría únicamente por la mujer y en muchísimos casos a escondidas, para evitar conflictos.

2.- Otro error reiterado, consiste en la fantasía de que un hijo va a venir a resolver los problemas que enfrentan como pareja, generando en ocasiones que la mujer se embarace sin haberse puesto de acuerdo previamente con su compañero, lo cual además agrava los problemas, tanto porque no existió una decisión consensuada entre ellos, como porque es un hecho que los hijos no vienen a resolver problemas de nadie, ya que evidentemente se enfrentan ante una nueva circunstancia de vida que implica más responsabilidades, decisiones que tomar, mayores gastos, etcétera.

3.- Desafortunadamente se ha destacado en las encuestas que la gran mayoría de las parejas no hablan sobre temas económicos, como si se tratara de un tabú, mucho menos elaboran acuerdos, por lo que asumen, según sus experiencias familiares, lo que espera cada uno del otro, sin comentarlo siquiera antes de contraer matrimonio o decidir formar una vida en común, lo cual también genera problemas. Se dan casos de en qué, por ejemplo, la mujer trabajaba antes de cohabitar con su pareja y ella, sin platicarlo, asume que la tienen que mantener; también se dan casos a la inversa, en que el varón da por hecho que cuando se case o viva con ella, dejará de trabajar, porque así fue educado; otro escenario se presenta cuando la mujer trabaja y no quiere aportar dinero para el sostenimiento del hogar, porque ella opina que eso no le corresponde.

En fin, hay un sinnúmero de combinaciones y cada una de ellas puede funcionar, dependiendo de la educación, cultura y creencias de cada quien, y siempre y cuando deriven de consensos, ya que las presunciones, en muchos casos no son compartidas por ambas partes.

4.- La falta de planeación en general para formar una familia, que implica un todo, desde lo más simple que puede ser en dónde van a vivir, hasta el número de hijos y la forma de mantenerlos, generan conflictos durante la vida en común de una pareja. Pareciera como si viviéramos en un país de fantasía, en el que la gente asume que sabe lo que el otro quiere y además tenemos una omisión en la educación de origen; no nos enseñan a dialogar sobre ciertos temas y a veces se juzga a quien lo intenta, porque se estima que es “inapropiado” abordarlos.

5.- Por último, considero recurrente en muchas parejas, la circunstancia de que cuando tienen hijos, se olvidan de cultivar su relación y se dedican a ser padres únicamente, generando que, cuando los hijos crecen y se separan de la casa de sus padres, la pareja se enfrenta ante sí como un par de desconocidos que no saben qué hacer con sus vidas en común, olvidaron que el origen de su familia eran ellos y se dedicaron a formar a los hijos, olvidándose de sí mismos, lo cual genera conflictos de separación y divorcio, porque ya no tienen una vida en común y mucho menos un proyecto que compartir en su edad madura.


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