En el año del 2004, aparece por vez primera una ley de protección Integral contra la Violencia de Género y dice:
“: “Todo acto de violencia (…) que, como manifestación de la discriminación, la situación de desigualdad y las relaciones de poder de los hombres sobre las mujeres, se ejerce sobre éstas por parte de quienes sean o hayan sido sus cónyuges o de quienes estén o hayan estado ligados a ellas por relaciones similares de afectividad, aun sin convivencia. (…) que tenga o pueda tener como resultado un daño o sufrimiento físico, sexual o psicológico para la mujer, así como las amenazas de tales actos, la coacción o la privación arbitraria de la libertad, tanto si se producen en la vida pública como en la vida privada” Declaración sobre la eliminación de la violencia contra la mujer AG ONU, 1993: “Todo acto de violencia basado en el género que tiene como resultado posible o real un daño físico, sexual o psicológico, incluidas las amenazas, la coerción o la privación arbitraria de la libertad, ya sea que ocurra en la vida pública o en la vida privada”.
Es una realidad que en la intimidad de las relaciones entre hombres y mujeres ha existido una desigualdad dado que aún en el día de hoy, en muchas partes del mundo el control sobre la mujer es algo implícito en las relaciones humanas y la violencia es el tinte que colorea dichas relaciones.
La necesidad de control, el menosprecio hacia lo femenino ha sido la tónica relacional entre ambos sexos…
En nuestro País en una de las encuestas efectuadas señalan:
En el caso de México, Aguilar detalló que de acuerdo con la Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares 2016, del Inegi, 61.6% mujeres ha experimentado cualquier tipo de violencia en su vida y “esto es la antesala de la forma más cruel de violencia que es la forma más extrema: el feminicidio”.22 ago. 2016
Y… El porqué de ello:
La violencia es como un mecanismo de control social de la mujer y sirve para reproducir y mantener la dominación masculina.
La conducta violenta hacia la mujer es una conducta aprendida y transmitida de generación a generación
Las normas sociales minimizan y justifican una actuación violenta del marido o aún de la mujer. Razones tales como: estrés, alcohol, de personalidad son posibles causales, más no justifican en sí, la violencia ejercida hacia la mujer.
Modelo androcéntrico, dado por la conducta sexual, fomenta en gran parte una actitud violenta hacia la mujer.
Patrones de hipermasculinidad favorecen la existencia de agresividad hacia la mujer.
Modelos sexuales existentes, los cuales generan tensión entre hombres y mujeres.
Errores y falta de una comunicación asertiva ante las dificultades del vivir, generan en sí violencia hacia la mujer.
La violencia provoca: depresión, ansiedad y posibles trastornos de salud mental o la muerte temprana de la mujer.
Ante esta situación dada por aprendizaje o por cultura, tanto hombres como mujeres deben de afrontar y modificar normas culturales arraigadas en la cultura y modificarlas en aras de una convivencia sana y sin violencia.
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