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Raúl Miranda

¿La sexualidad ayuda a nuestro estado emocional?



Frecuentemente nos plantean, como dudas sobre la actividad sexual; si es bueno o no tener una vida sexual activa. Hay temporadas de la vida donde se tuvo una sexualidad activa satisfactoria y por diferentes razones, la vida sexual de una persona gradualmente va disminuyendo en su frecuencia y en el grado de satisfacción que proporciona o por otro lado las condiciones de vida en un momento dado, no permiten una vida sexual activa como se piensa que pudiera llevarse, entonces surge la duda ¿si debe dedicarse tiempo para mejorar la vida sexual?, se empieza a debatir mentalmente entre los pros y los contras.


Es indudable que una vida asexual es posible y quienes voluntariamente han elegido este estilo de vida afirman que no es indispensable la sexualidad para una vida plena. En esta contribución mi propósito es ayudar a quienes han considerado modificar su vida sexual preguntándose ¿si vale la pena dedicar esfuerzo, tiempo y energía para mejorar su vida sexual?, así como considerar los riesgos o potenciales peligros de la vida sexual.

En esta ocasión nos centraremos exclusivamente en la relación de la vida sexual con la vida afectiva.

Iniciemos por los beneficios que en el estado de animo tendremos con una vida sexual activa satisfactoria.

Enumerando algunos efectos benéficos importantes sin pretender hacer una lista exhaustiva creo que entre los más relevantes puedo señalar los siguientes:

Desde luego hablo de relaciones sexuales en condiciones adecuadas, que deben responder positivamente a las preguntas, ¿Con quién? ¿Cuándo? ¿Donde? ¿Cómo? e incluso ¿Por qué?

Cuando para todas estas preguntas tenemos una respuesta con connotación positiva el resultado de la vida sexual será indudablemente benéfica, en caso contrario cuando alguna de estas preguntas tiene una respuesta negativa la experiencia emocional será indudablemente negativa en el afecto.

La sexualidad no es solo un reflejo fisiológico, involucra significados que matizan los sentimientos.


Tomemos la primera pregunta: ¿Con quién tener relaciones sexuales?


Es determinante que la respuesta sea positiva, en primer lugar, con alguna pareja que nos despierte atracción sexual, que estimule nuestro deseo. El caso contrario sería sentirnos obligados o comprometidos a involucrarnos con alguien que no sólo no nos parezca sexualmente atractivo sino en el polo opuesto incluso pudiera ser repugnante.


Que sea una persona, que dentro de nuestro esquema de valores sea una persona idónea, es decir que sobre ella no recaiga alguna prohibición, por ejemplo, que esté dentro de cierto rango de edad aceptable para la propia persona, si es demasiado mayor o demasiado joven puede no ser idóneo. Otro ejemplo, que no esté involucrado en otra relación, etc.


Así construimos una representación mental de la persona idealizada para el deseo sexual, que incluye, características físicas, características de personalidad y aun de origen sociocultural, paralelamente también creamos una situación ideal de un encuentro erótico tan variado como cada persona existe, hay quienes fantasean en una atmosfera romántica o tal vez llena de audacia como en un lugar publico o en la playa o en un yate etc., e igualmente importante es dar respuesta a la pregunta de ¿por qué? Porque tener relaciones sexuales en ese momento; porque estoy enamorada/o, porque quiero experimentar, porque lo merezco, etc.

Si estas preguntas en su mayoría se responden positivamente será una experiencia plenamente satisfactoria, si solo algunas condiciones se reúnen dará pauta para una experiencia conflictiva, es decir será parcialmente satisfactorio, pero igualmente parcialmente inaceptable, y cuando todas las respuestas son en su mayoría negativas los afectos que se despiertan serán profundamente negativos y perturbadores como los describiremos a continuación.

Cuales entonces son los beneficios positivos de una sexualidad activa:

Mejora de la autoestima y mejora autoimagen: el sexo aumenta la autoestima. La sensación de ser aceptado sexualmente por una pareja aumenta nuestra percepción de ser una persona digna de ser amada, afirma nuestros sentimientos de seguridad y autoconfianza lo que crea percepciones positivas de nosotros mismos, en el desarrollo de la personalidad las primeras experiencias sexuales son definitorias de una consolidación de una identidad positiva y confianza en sí mismo.


Durante la actividad sexual se desprenden en nuestro sistema cerebral diferentes sustancias químicas como son endorfinas, oxitocina y otras que están asociadas a sentimientos de felicidad, sentimientos de calma y satisfacción y una disminución notable a reaccionar afectivamente con irritabilidad y depresión.


Cuando se tienen relaciones sexuales satisfactoria se genera un ciclo virtuoso involucrando sistemas de placer y recompensa dentro de nuestro sistema neurológico y por lo tanto se condiciona un deseo de repetir la experiencia por lo tanto hay un aumento de la libido, mayor confianza sexual, más disposición a experimentar sexualmente, aumenta la frecuencia de actividad sexual, se piensa mas frecuentemente en el sexo, puede aumentar la actividad masturbatoria, en general se reporta un estado de mayor felicidad, sensación de mayor bienestar subjetivo y reducción general de estados de estrés, de manera que el sexo de mejor calidad aumenta la felicidad.

El sexo en una relación aumenta el nivel de compromiso y conexión emocional con la otra persona. La sexualidad permite experimentar una mayor intimidad y cercanía con una pareja sexual, aumenta la sensación de unión y mejora la intimidad emocional, expresar amor a través del sexo aumenta la probabilidad de que las parejas se establezca como tal, a largo plazo, por ello una buena integración sexual de la pareja se asocia positivamente con una tasa de separaciones más baja. El sexo satisfactorio está fuertemente ligado a una percepción subjetiva de tener una mejor calidad de vida.

Ahora bien ¿la actividad sexual puede desencadenar afectos negativos?


La respuesta es "sí". Cuales son entonces los efectos negativos de una sexualidad activa. ¿Que condiciona que los afectos que se despierten con la actividad sexual sean negativos en vez de positivos?, Que las condiciones en que se llevan a cabo, es decir las respuestas a las preguntas planteadas inicialmente de: ¿Con quién? ¿Cuándo? ¿Donde? ¿Cómo? ¿Por qué? se respondan negativamente.

Por ejemplo si se tiene sexo con una persona no deseada e incluso con una connotación de repudio, este mismo afecto se deriva de una relación sexual, entonces la persona independientemente de su género, es decir sea hombre o mujer, se va sentir autodevaluada, se sentirá sucia e indigna para sí misma, se piensa que esta experiencia es más frecuente entre mujeres, pero igualmente un hombre puede experimentar afectos desagradables cuando tiene relaciones sexuales con una pareja repudiada o devaluada por ejemplo cuando se tiene sexo con una prostituta o se tiene sexo homosexual y la persona no acepta su orientación homosexual, lo que sentirá es repudio por si mismo y auto denigración


Si la persona no es correspondida o tiene sexo con “quien sea”, de manera indiscriminada, en vez de sentir felicidad puede sentir que aumenta su sensación depresiva convirtiéndose en sensación de vacío y pensamientos de culpa y sentimientos de autorreproche.


Si por ejemplo el sexo en sí, está calificado negativamente por una educación represiva, y se ha educado a la persona en que “todo lo sexual” es reprobable, bajo o sucio; involucrarse en cualquier conducta mínimamente erótica contaminará con sentimientos negativos la imagen personal y la persona sentirá sentimientos de repudio contra sí misma, así como sentimientos de culpa.


El sexo como ya dijimos fisiológicamente esta relacionado con circuitos neurofisiológicos de satisfacción y placer por lo que una actividad sexual puede utilizarse como mecanismo regulador de sentimientos desagradables como la ansiedad y la depresión, entonces existe una actividad sexual con un componente compulsivo ya que actúa como una adicción para efecto de evitar sentimientos mas graves de ansiedad o depresión. Entonces se presenta una conducta hiper erótica pero el componente emocional no es la satisfacción sino la evitación del dolor emocional

Mientras que el sexo es generalmente benéfico, un segmento de la población en realidad reporta sentimientos desagradables en lugar de sentimientos positivos después de tener relaciones sexuales en algunos casos la sensación desagradable llega a ser tan intensa que la sola idea de estar expuesta a una potencial expresión erótica es suficiente para despertar intensos sentimientos de angustia y hasta alcanzar ataques de pánico constituyéndose en fobias que condicionan conductas de evitación fóbica ante cualquier mínima alusión a la sexualidad, impidiéndole tener relaciones de pareja o conflictuando relaciones interpersonales de manera severa.

Finalmente regresando al planteamiento inicial ¿vale la pena invertir energía, tiempo y esfuerzo en mejorar la vida sexual?, Mi respuesta es indudablemente sí.


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