(…) Donde empiezan los líos
es a partir de que una mujer dice
que el sexo es una categoría política. Porque (…)
puede comenzar a dejar de ser mujer en sí
para convertirse en mujer para sí,
constituir a la mujer en mujer
a partir de su humanidad
y no del sexo, (…)
Roque Dalton (1935-1975)
Poeta Salvadoreño.
La pareja, la pareja… tanto su inicio, desarrollo y ruptura son motivo de múltiples emociones: desencanto, odios, resentimientos, también canciones, poemas y por supuesto nuevos propósitos. Es tema recurrente en las charlas familiares, en los espacios laborales, la farándula, en fin. En febrero predominan las tarjetas, los buenos deseos, la alegría y mucha celebración. Tal vez quisieras que dure mucho, mucho más...
Estas manifestaciones son placenteras, sin embargo, los obstáculos presentes en las relaciones humanas y en el vínculo de pareja los encontramos con igual facilidad: por un lado el machismo, ese discurso de la desigualdad tan usual que ya ni se percibe, basado en la creencia de que las mujeres son inferiores a los hombres; por otro, la misoginia (temor y odio a las mujeres).
Por ejemplo:“Aunque la conducta del esposo sea censurable, aunque éste se entregue a otros amores, la mujer virtuosa debe reverenciarlo como a un dios. Durante la infancia, una mujer debe depender de su padre; al casarse de su esposo, y si él muere, de sus hijos, y si no lo tiene, de su soberano. Una mujer nunca debe gobernarse a sí misma.” (*)
Y es que nos encontramos a muchos países, leyes y personas que suscriben las Leyes de Manu, el libro sagrado de la India. Pareciera exagerado, pero hay lugares donde son vigentes estas ideas, pues la situación de muchas parejas no ha cambiado tanto como en ocasiones pensamos.
El machismo y la misoginia son vigentes hoy; pensar que todas las mujeres del siglo XXI tienen ingresos, toman decisiones, ejercen sus derechos… es generalizar. En nuestro país nos podemos dar cuenta de que hay muchos Méxicos y cada mujer es diferente, su condición está en función de su edad, conocimiento de derechos, acceso a la educación, estado civil, clase social entre otros aspectos.
Ante tales planteamientos viene a cuento el poema de Roque Dalton, arriba colocado y de forma muy básica, ser mujer en sísería aquella que acepta los roles y estereotipos dictados socialmente sin cuestionarlos; tiene que “pedir permiso”; es la “señora de”, acepta las infidelidades y las violencias. Aquí la equidad está ausente y eso es un grave problema. Mujer para sí sería la que ya tomó conciencia de que la relación de pareja, como cualquier otro vínculo humano, involucra una relación de poder y como tal, requiere marcar límites, señalar derechos; es quien sabe que puede tomar decisiones sobre su cuerpo, su salario, su tiempo; se reconoce como una humana con autonomía y libre albedrío.
A lo anterior habría que añadir la fragilidad de los vínculos humanos en tiempos de la modernidad y decidir si hay deseo real de insertarse en una relación duradera, lo cual requiere tener la voluntad de lograrlo. Estamos ante personas desesperadas por “relacionarse” y al mismo tiempo con el temor de perder la libertad al “estar relacionadas”, sobre todo “para siempre”, pues como sugiere el sociólogo Zygmunt Bauman, (1925-2017) debemos considerar que: “el sentimiento de inseguridad que esa fragilidad inspira y los deseos conflictivos que ese sentimiento despierta, provocando el impulso de estrechar los lazos, pero manteniéndolos al mismo tiempo flojos para poder desanudarlos.” (2005: 1-2)
Imposible dar consejos ante tal incertidumbre; el mismo autor refiere cómo se ha extendido buscar la autoayuda para estos casos y considera que por más asesorías “no hay consejo posible que pueda hacer que un círculo se vuelva cuadrado.” (2005-3) cada pareja establecerá sus rutas, sólo se sugiere reflexionar sobre algunos aspectos:
1. Analizar cómo va la comunicación. Si esta se restringe a monólogos: sí, no, “mmmhhh” o si ante comentarios y preguntas aparecen como respuesta largos silencios... habría que tomarlo muy en cuenta y ponerlo sobre la mesa. El problema sería que sólo una de las partes diera importancia a la situación y no ambos.
2.- Crear un espacio exclusivo con la pareja, lo cual es un reto frente a la “falta de tiempo”. Se trata de tener al menos una vez por semana una cita exclusiva con la pareja: desayunar, tomar un café, caminar u otro, será cuestión de acordar e inventar sus lugares.
3.- Revisar el respeto mutuo, si hay bromas hirientes, “apodos cariñosos” que molestan; descalificaciones en público... quizá sea señal de que hay algún problema más profundo y habría que develarlo y hablarse.
4.- Tomar en cuenta cómo se vive la intimidad. ¿Se observan cambios esenciales en cuanto a la sexualidad? ¿Falta de interés o cambios sensibles en la frecuencia de los encuentros? ¿Infidelidades? Habrá que platicar y si es necesaria la ayuda profesional ¡adelante! Puede haber avances o decidir terminar la relación.
5.- Hacer acuerdos sobre dinero y gastos. Abordar en equipo este rubro: compartir ingresos y gastos; hacer movimientos de dinero de forma conjunta; aun siendo jóvenes plantearse un plan de jubilación. Tener una comunicación constante sobre este aspecto ahorrará malos entendidos.
6. Atender los reclamos de la pareja en relación con lo doméstico: como “tapar la pasta dental”, “tocar la puerta del baño antes de entrar”; “lavar el plato usado”; definir quién tiende la cama. Esto se traduce en cuidar los pequeños “grandes desencuentros” que produce la relación cotidiana.
Así, en este mes que se ha nombrado del amor y la amistad, cuando todo se llena de corazones, chocolates y demás invitaciones a consumir, vale la pena analizar qué está pasando en tu relación de pareja y considerar que la única “vacuna” para mantenerla viva es la prevención, basada en el diálogo continuo para que sea realmente un dulce sueño y nunca una terrible pesadilla.
Referencias:
(*) La mujer crucificada.
Bauman, Zygmunt (2005). Acerca de la fragilidad de los vínculos humanos. FCE. Buenos Aires, Argentina.
Dalton, Roque (1980). “Para un mejor amor” (Fragmento) en Poemas clandestinos. Universidad Autónoma de Puebla. México.
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