Muchos de los problemas de las parejas se deben al desconocimiento tanto de hombres como de mujeres sobre las necesidades y características de cada uno. A esa falta de información se le agregan todo tipo de tabúes y estereotipos que muchas veces los padres engendran en los hijos.
Un tabú comienza al no tratar ciertos temas, normalmente la casa es el principal lugar en dónde estos surgen; es común que los padres no aclaren ciertas dudas con sus hijos porque aún ellos mismos no saben las respuestas; así, podemos entender a un tabú como algo que no se toca ni se profundiza, algo que es mejor soslayar, aunque las consecuencias de esto sea que surjan más incógnitas.
Estos tabúes han seguido de generación en generación, alimentados por la falta de conocimiento sobre la propia naturaleza humana, su evolución y sus necesidades tanto físicas como psicológicas, y al no existir una explicación abierta y certera sobre dichas situaciones.
Las nuevas generaciones van acumulando toda esta desinformación, la cual se ha convertido en una costumbre social que normalmente no se cuestiona y simplemente se acata.
Por ejemplo, podemos citar la confusión con el concepto de machismo; algunos lo interpretan como actos de violencia, sin darse cuenta de que son actos de falta de educación, lo cual ha propiciado un ataque constante a las inclinaciones naturales del hombre como macho -que si bien esta palabra ha adquirido una connotación negativa, no tendría porque ser así- destruyendo la imagen masculina en lugar de atacar su ignorancia, que es la que genera las actitudes violentas y misóginas.
La misma ignorancia ha originado el tabú de la imagen de la esposa, la madre de los hijos y mujer, inmaculada y perfecta, la cual no debe de ser manchada, lo que se ha visto que reprime de manera muy importante a los hombres o esposos sobre sus instintos sexuales y fantasías eróticas, debido a que existe inconscientemente una comparación paralela entre esa esposa, madre y mujer, con la propia figura materna por lo que esta imagen inmaculada no puede ensuciarse con tan bajos instintos, propiciando una “justificada” infidelidad al buscar la satisfacción de esas fantasías fuera de casa.
Esta falta de conocimiento de las necesidades físicas y psicológicas dentro de las parejas crean distanciamiento entre ellas, lo que propicia toda una serie de malentendidos y reacciones que normalmente terminan en conflictos mayores y en su separación.
La comunicación y el entendimiento entre unos y otras es lo que hace la diferencia entre el rompimiento y la estabilidad de las relaciones de pareja.
Los tabúes deben ser destruidos con el conocimiento, la información y la educación de los individuos.
Etiquetado bajo:
fortalecer mi relación
Comments