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Roberto Stevenson

La belleza del amor sexual



La Biblia es una guía infalible para TODO, incluyendo las relaciones sexuales. Pablo dijo a la iglesia: “el esposo debe satisfacer las necesidades sexuales de su esposa y la esposa debe satisfacer las necesidades sexuales de su esposo”.

La norma es que, el deber conyugal NO puede ser negado y el sexo NUNCA debe ser utilizado como un arma para manipular o castigarse entre uno y otro. He escuchado algunos casos en el que la esposa, para conseguir algo niega la intimidad a su esposo hasta que el hombre frustrado diga: “ándale lo que tú quieras”, espero que jamás les suceda. Porque no debe de haber abstinencia dentro del matrimonio excepto por acuerdo mutuo, por temporadas breves.

La Biblia hace énfasis en la plena mutualidad de la sexualidad. Coloca las relaciones sexuales en un terreno más elevado que la mayoría de las culturas, donde el sexo se considera como un privilegio para el hombre y una obligación para la mujer.

En algunos círculos religiosos la mujer que busca o quiere iniciar la relación sexual es mal vista, pero eso es un mito ajeno a la sana doctrina. En Cantar de los Cantares (libro incluido en las Escrituras) vemos un ejemplo de una mujer excitada iniciando la intimidad: “Ah, sí me besaras con los besos de tu boca… ¡Grato en verdad es tu amor, más que el vino! ¡Hazme del todo tuya! ¡Date prisa, llévame oh amado mío a tu alcoba!”

Algunas mujeres no se permiten excitarse o iniciar el amor porque temen perder el control o ser rechazadas, pero en el ejemplo bíblico notamos cierta urgencia, y demanda en su plegaria y no le está pidiendo que la lleve por un helado a la Michoacana, ni a jugar damas chinas a la recamara. Es tiempo de dejar atrás mitos y temores, y disfrutar lo que nuestro creador nos ha regalado.

Jesús dijo: “Dad y se os dará” este es un principio dinámico que funciona en la vida espiritual y económica, pero también funciona en cuanto a la intimidad matrimonial. No es solo pensar en lo que puedo obtener, sino en lo que puedo dar a mi cónyuge, es vivir para hacer a mi pareja feliz, es necesario dejar mi egoísta forma de ser en cuanto a la sexualidad.

Después de casi 30 años de aconsejar a parejas en el área sexual, he visto que muchas parejas albergan una idea equivocada de asociar el sexo con algo malo o sucio; lo que yo quiero que sepan es que la Biblia jamás ha enseñado tal concepto.

El acto conyugal es una relación hermosa e íntima compartida entre un hombre y una mujer comprometidos ante el Señor. Es un elemento unitivo y una afirmación de que “los dos se pertenecen”. Él dijo: “fructificad y multiplicaos”, y esto fue dado antes de la introducción del pecado en el mundo, por lo tanto, sabemos que la primera pareja en la tierra experimentó plenamente el gozo del amor físico.

Pido a Dios que enriquezca la vida amorosa de todos los matrimonios que lean este artículo.

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