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Carolina Grajales Valdespino

Inteligencia Artificial ¿amenaza u oportunidad?

Dra. Carolina Grajales Valdespino

Que no decline nuestra capacidad de crear

Imaginar, soñar, deliberar, planear, en fin,

Pensar por cuenta propia y tomar decisiones


¿Cómo saber si el presente artículo, una tarea escolar o una publicación científica la elaboró quien la firma o es producto de la inteligencia artificial (IA)? O ese video donde una conocida persona invita a invertir en una empresa ¿es real o se trata de un intento de fraude? Estos son solo un par de ejemplos que contribuyen en percepción negativa de las tecnologías, verlas como amenaza, pero su existencia en nuestras vidas requiere una doble revisión y una reflexión a conciencia.


La inteligencia artificial (IA) entre sus múltiples significados es definida como una disciplina de las ciencias de la computación. Una serie de capacidades cognitivas e intelectuales establecidas por sistemas informáticos o combinaciones de algoritmos, cuyo propósito es la creación de máquinas que simulan la inteligencia humana para realizar tareas y recopilar gran cantidad de información. (Diccionario de informática s/f)) Se trata de una tecnología que permite que las computadoras simulen la inteligencia humana para llevar a cabo algunas tareas o procesos que creíamos exclusivos de la humanidad.


                A lo largo de la historia, los avances tecnológicos han generado enorme fascinación y al mismo tiempo gran temor. Donna Haraway dice que “La microelectrónica hace de intermediario en las traducciones de trabajo a robótica y a tratamiento de textos, del sexo a ingeniería genética y a tecnologías reproductivas y de la mente a inteligencia artificial y a procedimientos de toma de decisión.” (1991: 20) Y para este punto es importante mencionar que: en el capitalismo, los objetivos de “la expansión mundial de la IA responden a valores tecnoeconómicos, y no a fines humanitarios”. (Linares, Jorge: 2024)


Durante los años noventa, dentro del debate sobre el futuro del empleo a partir del surgimiento de las computadoras, múltiples escritos anunciaban una sociedad sin trabajo. En 1994 el sociólogo Jeremy Rifkin escribió el texto El fin del trabajo donde señalaba que “los robots controlados numéricamente y los ordenadores y sus avanzados ´softwares´ y algoritmos están invadiendo las últimas esferas humanas disponibles: el reino de la mente. Adecuadamente programadas, estas nuevas ´máquinas pensantes´ son capaces de realizar funciones conceptuales, de gestión y administrativas y de coordinar el flujo de producción, desde la propia extracción de materias primas hasta el marketing y la distribución de servicios acabado.  (Rifkin, J.; 1996: 86. Citado por Grajales V., Carolina; 2020; 91-92)


                A treinta años de la prospectiva de Rifkin, ocurrieron los cambios, aunque no en el sentido que el planteaba, pues el capital más bien optó por la flexibilización y la deslocalización de las empresas. Todo ello permitió, apoyado en la tecnología, despreciar la fuerza de trabajo y someter la soberanía de los diferentes Estados-Nación, y la disminución de la clase obrera industrial, aunque no su desaparición. Esta situación no es nueva, ya la describía Karl Marx en El Capital, en el siglo XIX señalando que “El capital constante tiende a crecer más que la nómina de los obreros y entre menos pueda contratar gracias a la maquinización, más beneficios obtendrá el capital.” (Marx, Karl; 1975: 293).


                Otros autores han insistido en el impacto negativo de los avances tecnológicos, como lo escribe Andrés Oppenheimer (2018) “la posibilidad de que, en las próximas dos décadas, el 47% de los empleos, sean reemplazados por robots con inteligencia artificial es muy cercana y esto será una debacle para el trabajo, pues los robots son cada vez más baratos y con la robótica inteligente autónoma logran obtener el mayor provecho de ellos.” (Grajales, V. Carolina; 2020: 93)


Y es cierto que la robótica presenta grandes avances para el capital, estas máquinas pueden trabajar tres turnos seguidos, no usan el móvil en horas laborales, no piden vacaciones, ni aumento salarial, no protestan... Pero ¿han visto en el ámbito militar, el uso de drones guiados por IA para bombardear poblaciones? O cómo afectan el medio ambiente, por ejemplo, con sus nubes de información que residen en “centros de datos gigantescos que consumen cantidades ingentes de energía y agua” (Linares, Jorge; 2024) Y, por otra parte, el Banco Mundial y la CEPAL coinciden en que los países emergentes serán los más castigados con la creciente automatización.

Luego de la economía, la milicia… la IA llegó al campo del conocimiento y la academia. Basta “asomarse” al Internet para conocer algunas de las múltiples herramientas para resumir textos, detectar spam e incluso generar contenido creativo: QuillBot, para detectar si el trabajo está hecho con IA, también revela el plagio y tiene corrector ortográfico; Gamma para elaborar presentaciones en diapositivas; Elicit para hacer resúmenes de información; Gemini y el ChatGPT para hacer investigaciones… todas estas herramientas, si bien son ilimitadas en lo que pueden guardar en sus memorias o “aprender”, no pueden distinguir entre lo posible de lo imposible. Yo hice las mismas preguntas cambiando por ejemplo “ámbito público” y luego anotando “ámbito privado” y me contestó exactamente lo mismo, es posible que respondan con información errónea o irreal.

 

Las herramientas de IA también carecen del razonamiento desde una perspectiva ética, por lo que no pueden distinguir, bajo marcos éticos, lo negativo de lo positivo. No obstante, este panorama, los avances tecnológicos podemos considerarlos como una gran oportunidad para la humanidad: históricamente los grandes temores han existido desde que se presenta una innovación, sobre todo en tema de máquinas; y lo cierto es que también han contribuido a mejorar nuestra calidad de vida en campos como la salud, la educación, la movilidad… En ocasiones las fronteras entre ciencia, ciencia-ficción y realidad social son difusas, como una alucinación óptica y se convierten en un dilema, al mismo tiempo que constituyen una herramienta y una oportunidad.

 

Referencias:

Diccionario de informática en la nube de Microsoft Azure (S/F). ¿Qué es la inteligencia artificial?

Grajales Valdespino, Carolina (2020). Cambios en los mercados de trabajo en México y su incidencia en la feminización de la migración hacia Estados Unidos (1980.2010). Tesis Doctoral. Facultad de Economía. UNAM. México.

Haraway, Donna (1991). Ciencia, cyborgs y mujeres. La reinvención de la naturaleza. Ediciones Cátedra. Universidad de Valencia. España.

Rifkin, Jeremy (1996). El fin del trabajo. Nuevas tecnologías contra puestos de trabajo. El nacimiento de una nueva era. Editorial Paidós Mexicana. México.

Oppenheimer, Andrés (2018). ¡Sálvese quien pueda! El futuro del trabajo en la era de la automatización. Penguin Random House Grupo Editorial. México.

Linares, Jorge. “Los desafíos éticos de la inteligencia artificial” en Revista de la Universidad de México (2024). Inteligencia Artificial. Mayo. UNAM. México.

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