¿Has oído hablar de los hijos misiles?...
Es una de las formas en que los profesionales de la salud mental denominamos a aquellos hijos de una pareja que está en conflicto, y que se envían mensajes a través de ellos. Cuando la pareja mantiene la imposibilidad de comunicarse entre ellos, cuando él no se atreve a decirle algo a ella, cuando se dan flojera uno al otro, cuando se gritan por cualquier cosa, cuando el odio es más fuerte que el amor y las palabras ya no alcanzan para expresarse, es muy común que sean los hijos de esa pareja quienes los ayuden a tener contacto, uno con el otro.
Se refiere a una situación involuntaria, e incluso inconsciente. Es decir, que los participantes no siempre son claros que están participando en una función de pleito y porque aceptan participar. Se vuelven estilos relacionales a los que las familias se acostumbran.
Y porque misiles? Porque en la mayoría de los eventos los mensajes, ya sea verbales o no verbales, llevan una dosis de coraje, frustración, molestia y muchos de esos sentimientos que nos dejan tóxicos. Muchas veces es más fácil expresar el odio y sus derivados sobre los hijos que sobre el conyugue. Los hijos, que se encuentran en medio de sus padres, y que tiene el derecho de poder amarlos a los dos, ayudan a sus padres . Si mamá envía un mensaje tóxico a papá, la bomba la carga el hijo , así al momento de la expresión del mensaje el padre que lo recibe difícilmente podrá mantenerse neutral frente a las palabras o conductas del mensajero.
El hijo está cumpliendo con sus padres, se siente bien de ayudarlos y al mismo tiempo envía y recibe la transmisión de todo eso que no han podido contener, entonces los pequeños reciben ataques por los dos lados armando una red complicada que explota como bomba o como misil. Este cúmulo afectivo es traumático y acumulativo. No se requiere de que una pareja este separada o divorciada para que esto se desarrolle, sucede en cualquier situación de conflicto familiar.
Es muy común observar este hecho cuando se desarrolla el síndrome alienación parental. Los hijos quedan atrapados en un ring de pleitos, donde los padres se desacreditan uno al otro. El dolor psíquico y el sufrimiento están en cada célula de todos los integrantes.
Estas palabras van a que todos los padres, hagan consciencia de que este medio de comunicación por mensajería solo pone todo de cabeza y empeora los conflictos, en lugar de ofrecer una solución para mejorar.
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