Si bien el divorcio muchas veces podría interpretarse como un “triunfo sobre el desamor”, el triunfo sobre este desamor no necesariamente implica que los hijos también salgan beneficiados de la separación conyugal. Hablar con los hijos sobre el divorcio, implica, antes que nada, ser coherentes y no conflictuarlos más de lo que ya están.
Si los niños pudieran poner en palabras algunos de los conflictos que enfrentan con sus padres, ya sea que estén en vías del divorcio, o ya divorciados, estos podrían listarse de la siguiente manera:
• Necesito que los dos se involucren en mi vida. Platíquenme, escríbanme cartas, llámenme por teléfono, vayan a los festivales del día de la madre y del padre; quiero que mis amig@s sepan que sí tengo papá y mamá.
• Por favor esfuércense y traten de no pelear sobre asuntos que tengan que ver conmigo, cada vez que lo hacen siento que hice algo malo y que pelean por mi culpa.
• Papá, cuando hables de mamá por favor platícame solo de cosas buenas, o no digas nada, porque no me gusta que quieras que tome partido en contra de ella.
• Mamá, cuando hables de papá, por favor platícame solo de cosas buenas o no digas nada, porque no me gusta que quieras que tome partido en contra de él.
• No necesito conocer a tus novias o novios, cuando sepas que ya tienes una relación estable, entonces y solo hasta entonces, preséntame a tu pareja, aunque no me guste. Con el tiempo aprenderé a aceptar tu nueva vida.
• Si quieres comunicarte conmigo, hazlo directamente, no me envíes mensajes a través del otro porque a veces no los recibo o los recibo incompletos o deformados y eso me confunde. No me gusta ser un@ intermediar@ entre los dos.
• Quiero y anhelo disfrutar tiempo con cada uno de ustedes, por favor no sean celosos, ni traten de imponerse el uno ante el otro. Aprendan a ponerse de acuerdo y a respetar lo pactado. No manipulen el tiempo para lastimarse, porque quien sale más lastimad@ soy yo.
Cuando llega el desagradable momento de tener que comunicarles a sus hijos que van a divorciarse, el primer consejo que puedo darles es que anticipen las dudas y ansiedades que sus hijos puedan llegar a tener. No dejen dada al azar, este es uno de los temas, que, aunque hayan decido divorciarse, tendrán que enfrentar como pareja. Prepárense y estarán en mejores condiciones para ayudar a sus hijos en la difícil tarea de atravesar esta situación. Si no saben cómo hacerlo, busquen apoyo profesional, traten de no improvisar porque es un momento de extrema sensibilidad.
Son seis puntos los que estimo esenciales para este momento:
1. Sean honestos y digan la verdad en función de la edad de sus hijos.
2. Refuercen en todo momento el mensaje de que son amados.
3. Siguen siendo pareja parental, no se están divorciando de sus hijos por lo que deben ser coherentes con los mensajes que les envían.
4. Respeten en todo momento a su ex-pareja.
5. Eviten cualquier comentario que pueda generar sentimientos de culpa en sus hijos.
6. Escuchen lo que sus hijos tienen que decir y si es necesario, tendrán que tener nuevos encuentros “como pareja” con sus hijos hasta que estos hayan comprendido que el divorcio es inevitable.
No hay niño que no resienta el divorcio, estén alertas a cualquier señal que indique dificultades para adaptarse a su nueva situación: trastornos del sueño, dificultad para concentrarse, episodios de furia, disminución del desempeño académico, abuso de substancias, depresión, trastornos alimenticios, autolesiones y abandono de actividades que solían amar, entre otras.
No permitan que cualquiera de estos síntomas avance, consulte a un terapeuta para recibir orientación.
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