Hemos notado que la idea de infidelidad es un tema que se presenta con mucha frecuencia en la vida de todas las parejas, muchas veces influidos en mayor medida por los medios de comunicación o las actividades cotidianas que por una situación real.
Esto se acentúa en el caso de las mujeres quienes normalmente tienen más tiempo para cuestionar sobre en dónde se encontrarán sus parejas, qué estarán haciendo y con quién. Su desconfianza se enfatiza si por alguna razón no les contestan el teléfono o si las jornadas de trabajo se prolongan.
En las grandes ciudades se presenta aún más esta situación de celos o de inseguridad sobre una potencial infidelidad, debido a la falta de conocimiento sobre la otra persona y sus actividades pues la vida agitada y el estrés hacen cada vez más difícil la comunicación entre las parejas.
Se nos han presentado casos con situaciones de celos por hechos no comprobados que están a punto de destruir parejas o familias enteras y en gran cantidad de los casos se ha comprobado que dichas acusaciones eran infundadas, sin embargo, el daño a la relación ya se ha dado.
En alguna ocasión una clienta con más de 20 años de casada nos contó que tenía dudas sobre la fidelidad de su marido pues le habían comentado que lo vieron con alguna mujer caminando por la calle y paseando en una camioneta de su propiedad. A raíz de esto ella se mudó de habitación y desde hace un par de años viven en cuartos separados pero cansada de la incertidumbre pretendía divorciarse. Sin embargo, después de una exhaustiva investigación se concluyó que nada de esto era cierto y que su ausencia en el hogar se debía a los cambios de horario de su trabajo pues tenía mayor necesidad de ingreso económico para mantener a su familia.
Por supuesto en esta relación se compusieron las cosas al darse cuenta que todo había sido un error de apreciación pues los celos la cegaron y no veía más allá de lo que los rumores crearon en su imaginación, así que pudieron recobrar la armonía y la cordialidad en su trato y relación.
En el caso de hombres celosos se ha confirmado más la infidelidad ya que su propia naturaleza los hace más distraídos de su entorno y de las actitudes de su pareja así que cuando ellos perciben algo “raro” prácticamente es un hecho.
Los celos son una constante entre hombres y mujeres, pero esto depende de su grado de comunicación, educación y confianza ya que es bien sabido que su principal causa es la inseguridad en sí mismos y en su entorno, lo que proyecta el grado de compromiso que tienen para con sus parejas.
Es muy triste que los celos basados en meras suposiciones lleguen a destruir familias enteras. Hemos encontrado muchos ejemplos en los que los hombres buscan encelar a propósito a sus parejas por inseguridad a sus capacidades sexuales o físicas y alardean de supuestas relaciones en sus trabajos o con mujeres más jóvenes para crear un interés hacia ellos, creando con esta actitud un ambiente con peores circunstancias. Estas estrategias y actos indirectos para llamar la atención demuestran en gran medida, la falta de comunicación y entendimiento de uno a otro y la falta de madurez en la relación.
Las llamadas telefónicas, mensajes escritos, chats o demás indicios combinados con actitudes distantes y horarios irregulares, pueden hacer pensar que efectivamente existe alguna situación real de infidelidad, pero es recomendable confirmarlo pues suele ser sano cuando es de manera puntual y aislada, pero si se vuelve algo constante en la pareja o si se identifican celos enfermizos es recomendable buscar la ayuda de un terapeuta.
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