Seguramente el mal sexo en el matrimonio es una causa muy frecuente en la infidelidad, entre otras muchas otras razones. El “mal sexo” surge precisamente por la falta de comunicación, para empezar, en cómo fuimos educados. Si tuvimos papás “liberales” seguramente enfrentaron el tema con naturalidad, pero me parece que son los menos.
No se acostumbraba informar y menos, educar sexualmente a los hijos. Entonces llegamos al matrimonio con grandes lagunas de ignorancia en el tema pero seguimos callados. Empieza la experiencia sexual y difícilmente expresamos lo que nos gusta y cómo nos gusta y en el peor de los casos aguantamos lo que no nos gusta, generando que el sexo sea algo indeseable.
¿Cómo abrir la comunicación sexual entre la pareja? Por el interés verdadero y amoroso que manifieste alguno de los dos, en el que esté dispuesto a arriesgar con tal de mejorar la relación sexual. Pequeños detalles no tendrían importancia si se hablaran, si se pidieran, si se compartieran fantasías, pero… ¿qué va a decir?… Se va a enojar… Se va a sentir…
Mi sugerencia es empezar por reconocer lo bueno que hay en la relación sexual existente, pero siempre se puede aprender, descubrir, experimentar cosas nuevas y ver la reacción. En el caso de nosotras las mujeres, probar con vestimenta más sexy, quitarse el miedo de ir a una “sex shop” (hay una muy grande en la calle de Génova entre Hamburgo y Paseo de la Reforma).
Hay de todo, desde los juguetes más “inocentes” hasta verdaderos instrumentos que a nuestra imaginación no atinamos ni cómo se usan. Pero bueno, es empezar por el principio; cualquier ingrediente novedoso que saque de la rutina a la relación sexual para mí es recomendable.
El sexo en sí, no puede juzgarse. No es bueno ni es malo, es necesario para que la raza humana no se extinga, lo demás se lo agregamos nosotros y en nosotros está calificarlo como bueno o malo. Que si masturbarse es malo, que si la postura tal no es bíblica, que si hablo con mi hijo va a salir corriendo a buscar experiencias.
Conclusión: Nosotros somos quienes calificamos al sexo y lo que me parece es que Dios o en quien creamos, además de la procreación también lo creó para manifestar plenamente amor. Si combino sexo con amor, puedo tener la libertad y responsabilidad de practicarlo y hablarlo libremente.
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