He aquí, solamente esto he hallado: que Dios hizo al hombre recto, pero ellos buscaron muchas perversiones...
Tal parece, que estas palabras se refirieran a este tiempo, pero en realidad fueron escritas hace más de 2,700 años, y también se dijo en aquel entonces por el sabio: ¿Qué es lo que fue? Lo mismo que será. ¿Qué es lo que ha sido hecho? Lo mismo que se hará; y nada hay nuevo debajo del sol. ¿Hay algo de que se puede decir: ¿He aquí esto es nuevo? Ya fue en los siglos que nos han precedido. Aquello que fue, ya es; y lo que ha de ser, fue ya; y Dios restaura lo que pasó. Interesante, pues no es la primera vez que en la historia de la humanidad ocurre un destrampe sexual, ya ocurrió en las tristemente célebres ciudades de Sodoma y Gomorra, ya ocurrió durante el esplendor de la cultura y conocimiento de los griegos y también durante el tiempo de los poderosos y crueles romanos, y así podríamos citar otros ejemplos menos famosos, como el de los filisteos, hititas y muchos más.
¿En qué terminaron cada una de estas civilizaciones? Sus finales fueron trágicos, su esplendor, inteligencia y sabiduría para muchas áreas, ciencias y artes de la vida, al parecer no les fueron de mucha utilidad en cuanto al tema de la sexualidad se refiere, pues cayeron en perversiones de todo tipo, justamente como las que hoy en día miramos por doquier, pensando que modernidad, avance, progreso y mente abierta equivale aceptar que el uso de la sexualidad es meramente diversión, que las cosas que por naturaleza y sentido común, llamamos malas y las rechazamos, ahora debemos tolerarlas, aceptarlas y verlas como algo bueno.
Curiosamente la sexualidad es fuente de vida o de muerte, de salud o enfermedad, de placer o de tragedia, en todos los sentidos.
Matrimonios pueden ser felices por aprender a disfrutar su sexualidad entre ellos y mantenerse como parejas únicas por varias decenas de años, literalmente, hasta que la muerte los separa o por el mal uso de la sexualidad o libertades que se dan el uno, el otro o ambos, los destruye, los separa, los hace infelices.
Por la sexualidad, un individuo puede vivir felizmente toda su vida al lado de la persona que ama, o puede vivir un remolino que lo hunde con relaciones tormentosas, hasta que llega al borde del suicidio.
La modernidad no se demuestra con una sexualidad desenfrenada, aceptando como normal tener muchas parejas, ni metiéndose en experiencias swingers, ni bisexuales, ni de ningún otro tipo de las llamadas preferencias.
Dios hizo al hombre con la capacidad de ser feliz, nos creó un varón para una mujer, y una mujer para un varón, el problema es que el ser humano ha buscado la felicidad por medio de las perversiones, de lo desconocido, de lo que genera curiosidad.
Amig@ lector, le animó a avanzar en la busca de la felicidad en el diseño original del Creador, Jesús.
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