La violencia es un hecho que ha caracterizado a la humanidad. Es una dinámica de amo y esclavo que es válida para cualquier ser humano, no distingue raza, religión, sexo edad o género.
Y si bien estamos acostumbrados a que sea el varón el que ejerce la violencia activa y la agresión física sobre la mujer o los niños, sabido es que las mujeres también utilizan la violencia sobre los mismos hombres. Habrá que dejar atrás algo de los mitos que hemos recibido en la transmisión cultural para poder adentrarnos en la conflictiva intra psíquica del varón. Y reflexionar sobre este fenómeno que atenta contra el equilibrio de las familias estables a las cuales queremos acceder.
Ser o nacer hombre no define su forma de ser o sus responsabilidades sociales, pero si sus expectativas psicosexuales. Se espera que sean rudos, y tengan tres F, es decir, feos fuertes y formales, y si no son así , entre ellos mismos serán catalogados como femeninos. No es fácil ser varón! ¿Habías pensado en eso?
Mencionaré algunos escenarios vulnerables en la vida de los hombres y, especialmente, en sus vinculaciones amorosas. La observación de las fragilidades de los hombres requiere una visión que se distancie del estereotipo cultural del hombre en tanto persona fuerte y dominadora.
El niño se desarrolla a través de la identificación con la figura paterna y materna, y desarrolla la fantasía de tener un hijo en el vientre asi como su mamá. Podrías creer que esta fantasía mimética con la maternidad, es fuente de envidia y de frustración cuando el pequeño toma conciencia de que su condición de varón le impedirá gestar.?
La resolución de estos conflictos permite que el niño afiance sus propias potencialidades, incorpore las riquezas psíquicas de la sexualidad y del género masculino, y, a través de la creatividad y sublimación, acceda a nuevas y saludables organizaciones mentales donde pueda mezclar la fuerza y la ternura en su mismo rol.
La figura del hombre-padre es fundamental en el desarrollo incipiente del niño, el futuro varón masculino establece una precoz identidad. En el niño coexisten la identificación a la madre y al padre en su ruta hacia la construcción de su masculinidad y la des-identificación con la madre. Así logra integrar su narcisismo para saber quién es y dejar atrás eso de querer tener bebés, y entender que fecundar será su parte en el evento de la maternidad.
Reconociendo su cuerpo, y sus características, el varón tendrá a su padre o figuras sustitutivas masculinas como modelo, siempre compitiendo para llegar a ser igual o mejor que ellos. Un camino sin fin, de buscar tener la misma fuerza, la misma belleza, el mismo o más poder que sus hombres significativos. Angustias que cargarán en si mismos en el camino del desarrollo.
Un último punto que desearía remarcar refiere a la responsabilidad del varón en la relación sexual.
La angustia de perfección en el desempeño corporal sexual, es decir, la erección, mantenimiento de la misma, penetración y eyaculación son un ejercicio que corresponde al sexo masculino. El aprendizaje de este ejercicio se da de forma natural, sin que haya quien inicie o enseñe al varón a ser exitoso en estos menesteres. Las dudas o temores que puedan tener son individuales y tienen obligatoriedad de cumplir con su parte y con su pareja para lograr su definición como individuos exitosos.
Las mujeres pueden tener relaciones sexuales y fingir, mentir, soñar, fantasear, sentir o no, exagerar. etc., sin embargo, la responsabilidad de la ejecución será del varón.
¿Cómo se califica cada varón en su desempeño corporal?
¿Cómo la agresión femenina lastima o califica a su hombre?
¿Cómo reacciona una mujer cuando esto no funciona bien?
¿Cuál es el camino para hacer equipo con la pareja sexual?
La violencia contra el hombre puede tener múltiples causas.
A pesar, lo que es más importante es que si el varón es violentado por una mujer, es imperativo salirse de una dinámica violenta que no ayuda a nadie y perpetua un malestar que es posible suspender.
Si estas en una situación difícil pedir ayuda puede ser una buena alternativa.
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