Es importante definir una y otra palabra delimitándolas al contexto matrimonial. Cuando hablamos de fidelidad ésta va dirigida al cónyuge. La lealtad tiene que ver con una causa, con la defensa del matrimonio como institución.
Buscando en Google diferentes opiniones para la preparación del presente artículo, me encontré con un artículo escrito por la sexóloga Flavia Dos Santos, sustraído de su libro “Poliamor, Más allá de la Infidelidad”. Me pareció novedoso, atrevido, desafiante a las creencias culturales, me invitó a la reflexión y aunque hay algunos puntos en los que no estoy de acuerdo, los invito queridos lectores a enfrentar con valentía las ideas que ella plantea. A sacar sus propias conclusiones, basadas en sus creencias, pero no las heredadas, sino las que ya pasaron por su reflexión, por su propio visto bueno.
Ella plantea que los vínculos más fuertes en una pareja son el amor y la lealtad. La infidelidad la entiende como un impulso natural del ser humano del deseo sexual hacia otras personas que no son su pareja, no como exclusividad sexual.
La lealtad la entiende como la manifestación de amor, admiración, respeto por el otro, pero no como “propiedad privada”. “Lealtad es conservar una conexión y el deseo de compartir sueños en pareja, además de una comunicación verdadera y respetuosa. Que no es ventilarse las mutuas infidelidades, pero tampoco exigir monogamia eterna.” Controversial sin duda.
Para ella la deslealtad puede darse en personas que son fieles sexualmente, pero que no soportan ni respetan a sus parejas. Viven criticándolas, apartan su vida no la comparten. ¿Cómo negar que tiene razón?
Todo se reduce a un problema de comunicación: las parejas dejan de hablar de ellas mismas, de temas sexuales, de sus sueños, sus deseos. No sienten confianza de expresar sus deseos reprimidos y menos proponer formas para satisfacerlos. Si se hablara, habría más compenetración conyugal, desapareciendo temores y forjando compromisos.
Existen muchos mitos en torno a la monogamia. La opinión de la especialista es que es una conducta que se aprendió en la infancia, pero para ella esto es anormal pues la estabilidad constante es materialmente imposible. Lo natural es que el ser humano está en constante movimiento y crecimiento.
En conclusión y de acuerdo con la mayoría de las ideas expresadas por la sexóloga, es más importante la lealtad que la fidelidad. Con una visión y entendimiento claro de lo que es la lealtad, es más fácil perdonar a la persona infiel, pues lo fundamental que es compartir su proyecto de vida, sus sueños, sus inquietudes, y mantener su relación de pareja incólume.
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