“La forma más común de renunciar al poder es pensando que no lo tenemos” Alice Walker (1944) Escritora estadounidense.
¿Qué hacer ante una situación totalmente fuera de tu control?
Llegas desde la Ciudad de México a Zacatecas, una admirada y hermosa ciudad (como lo vienes haciendo desde hace años), luego de varias horas de carretera llegas con la mínima cantidad de gasolina, sabiendo que pronto llenarás el tanque y continuarás rumbo al Norte… ¡Oh sorpresa, no hay gasolina! Te dicen que afuera de la ciudad, en la carretera, si hay y ante las alarmas que emite tu auto y las luces que prende haciendo señales de que el preciado líquido está acabándose, ya en la carretera, no queda más que formarse en una fila (un tanto ficticia como parece ser el desabasto) donde el empleado te aclara “si quiere fórmese, pero no se lo recomiendo, no tenemos la menor idea de cuándo vendrá la pipa con gasolina”.
Ante esta situación que te llena de impotencia, sorpresa, coraje… te preguntas ¿qué hacer? Sólo queda formarse. Durante las más de 8 horas de espera surgió el sentimiento “de grupo” entre quienes decidieron permanecer en la fila: el apoyo de las y los empleados de las empresas de venta de alimentos se expresa de múltiples pequeñas maneras; por supuesto surgen los liderazgos de quienes “cuidan que se respete la fila” y se organizan con “papelitos” numerados, que todos acatan como si fueran certificados de pertenencia; se planean estrategias para cuando llegue la añorada pipa con gasolina y evitar que los “otros” rompan la fila. Paralelamente protestan vía Twitter, Facebook y cuanta red conocen… todo con tal formalidad que contagia y terminas asumiendo lo que te toca. Una protagonista importante fue la gerente de la gasolinera que legitimó la fila y acudía a platicar tratando de dar explicaciones, aunque tampoco tenía información, le preocupaban las personas locales y quienes venían de fuera: turistas nacionales y connacionales procedentes de Estados Unidos.
Todo esto me remite a pensar en el estreno de un nuevo año, lo cual brinda múltiples oportunidades sobre cómo planear el fortalecimiento propio ante circunstancias imprevistas que se presentan cotidianamente. En esta inesperada situación observé cómo había personas que tendían a plantear propuestas organizativas y de planeación, aunque fueran acciones mínimas. Más allá de manifestar autoestima positiva, cuya importancia reside en sentirse importante, reconocer el valor propio y hacer oír su voz ejerciendo derechos, esto no es suficiente; lo corroboré con quienes de forma natural o aprendida desplegaban cierto poderío o empoderamiento, intentando transformar la realidad, pese al estrecho margen de maniobra que tenían.
El empoderamiento, este término que parece estar de moda y lo retoman organizaciones nacionales e internacionales, agencias de cooperación al desarrollo, de género y programas de gobierno; se escucha en entrevistas radiofónicas o televisivas infiriendo que quienes escuchan conocen y comparten su significado, lo que lleva a distorsionarlo. Como concepto tiene su origen en las ideas sobre Educación Popular de Paulo Freire (1970) y se acuñó en la Conferencia Mundial de las Mujeres en Beijing (1995) donde se propone incrementar la participación de las mujeres en la toma de decisiones y acceso al poder. Por su origen y utilización se ha convertido en un concepto un tanto difuso que cada quien le ha dado su propia definición. Alguien me decía que empoderamiento le sonaba algo así como “encab…. (enojamiento)”, ese sería el término menos confuso y en parte tendría razón.
Pero empecemos por su significado proveniente del inglés empower y del sustantivo empowerment en español se ha traducido como “dar poder” y “conceder a alguien el ejercicio del poder” (Venier, Martha; 1996) Poderío o apoderamiento. Por ampliación podría “dar poder y facultades” o “hacerle y hacerse poderoso” ser dueña/dueño de algo (León, Magdalena, 1997) .
Entonces, empoderar señala acción y empoderamiento significa que la persona se vuelve agente activo como resultado de su responsabilidad en cada situación concreta y al tomar el control de su vida, logra la habilidad de definir sus propias agendas o programa de actividades en la vida, con el fin de crear su proyecto propio.
El empoderamiento surge a partir de la concientización, lo cual incluye la reflexión crítica, la acción transformadora y un cambio de mentalidad: “el proceso educativo que produce la capacidad crítica en las personas surge de un diálogo sobre las situaciones significativas en sus vidas” (Freire: p. 52) y el contexto del aprendizaje es el grupo con el diálogo como vía.
En la experiencia de la gasolinera y aunque muy breve (8 horas) se comprobó como un grupo mixto desarrolló su capacidad para organizarse, intercambiar información; investigar soluciones creativas frente a un problema inédito; de forma espontánea se reforzaron las capacidades de beneficio mutuo y “promover un objetivo común de compartir riesgos, ventajas y responsabilidades”. Afirmando así su derecho a exigir un servicio (mismo que lograron), dando un nuevo sentido al poder tradicional que se manifiesta pasando sobre los otros; en cambio se demuestra que el poder con (otras/otros) sirve para lograr transformaciones a través de un grupo líder que estimula la actividad colectiva, lo cual permite compartir el poder y favorece el apoyo mutuo, construyendo desde dentro el poder interior, a partir de sí mismas/mismos.
El concepto es muy bueno, lo complejo es apropiarse del mismo y aplicarlo en la vida cotidiana dentro de las situaciones diversas que te colocan en una posición de vulnerabilidad, que te impide darte cuenta del poder que tienes para innovar, aunque sea de forma mínima, los escenarios que presentan tales circunstancias ¿Por qué no tomar la decisión de arriesgarte y hacer cambios para ti necesarios, ahora que estamos estrenando año?
Referencias:
i Walker, Alice (1997). El color púrpura. Plaza & Janes Editores. Barcelona. ii Freire, Paulo (1970). Pedagogía del oprimido. Siglo XXI Editores. Uruguay- iii Venier, Martha. ¿Por qué “apoderar”? México. Boletín 67. El Colegio de México, mayo-junio. 1996. i León, Magdalena (1997). Poder y empoderamiento de las mujeres. Facultad de Ciencias Humanas. Universidad Nacional de Colombia. ONU Mujeres (2013) http://www.quartiersdumonde.org/uploads/evento/documento/52/Concebir_el_liderazgo_con_perspectiva_de_genero_ES.pdf
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