La semana pasada tuve la oportunidad de ser entrevistada por una escritora que venía muy enfática a que yo le ayudara a exponer la idea de que el celular era el responsable de la mayoría de los pleitos que tienen las parejas, e incluso separaciones y divorcios.
Si bien los celulares pueden ser beneficiosos también pueden parecer el tercero que separa a las parejas, y no solo a las amorosas.
Escuchándola me pareció que buscar un culpable frente a los movimientos del amor y del desamor romántico y llamarlo celular es un reduccionismo y una proyección de otra cosa.
Entiendo que cuando aparecieron los celulares y el gran uso que se puede hacer de ellos, cambiaron muchas cosas y entre ellas la forma del vínculo y de la comunicación entre las personas. El tiempo en que trabajamos y la forma de relacionarnos con nuestros semejantes y las cosas, de cómo hacemos compras o como expresamos nuestros afectos con caritas y símbolos universales.
Se marcaron nuevos espacios y nuevas reglas en la forma de decir y hacer las cosas. Mas fáciles, más rápidas, e incluso instantáneas, nuevos lenguajes y nuevos códigos.
Es un reto para la humanidad hacer un buen uso de una herramienta nueva. Y hay muchas dificultades en la regulación del uso y del abuso de los celulares.
Lo que a mí me parece certero es que no es el celular el problema, sino la forma y estilo de las personas que los utilizamos.
Dependiendo de nuestras características de personalidad, veremos al celular como una parte de uno mismo, como un compañero o como una máquina. Como un baúl de recuerdos, o como memoria alternativa, o como un lugar para buscar otras parejas y creer que la comunicación virtual es más valiosa que la comunicación corporal. También suele suceder que guardamos secretos creyendo que nadie los puede develar y que se mantendrán asi. La agresión y el desafío se transminan al estilo del uso de cada cel.
El problema somos nosotros no nuestras máquinas. Así le explique a la entrevistadora, que el amor tolera muchos celulares en tanto su uso sea en beneficio de estar cerca y no en el perjuicio de mantener mundos lejanos y separados.
Si una pareja es sólida podrá regular el buen uso de sus celulares.
Si una pareja presenta conflictos, entonces la proyección de sus disgustos y sus dificultades se irán a instalar en los celulares.
¿Tú qué opinas?
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