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Raúl Miranda

El rechazo sexual en la pareja, ¿por qué sucede?



Aquí en primer término, debemos distinguir entre un rechazo ocasional y un rechazo de manera consistente.

El primero lo debemos considerar como una vicisitud más del proceso de pareja en convivencia cotidiana, por razones naturales y diversas no siempre se tiene la misma disposición hacía un encuentro erótico. Por ello mismo un rechazo ocasional debe ser también motivo de comprensión y empatía. Cuando se convive en pareja, se descubre en uno mismo y en la pareja que no todos los días se tiene la misma disposición para las relaciones sexuales; así, cuando somos requeridos por nuestra pareja para un encuentro erótico en ocasión en que no tenemos esa disposición, tenemos que plantearnos si hacemos ese “regalo” y tratar de apoyar a nuestra pareja para su satisfacción hasta donde seamos capaces, es importante hablar este proceso y determinarlo en pareja, ya que esta discrepancia podrá presentarse alternadamente, ya sea en uno u otro de los miembros de la pareja. De modo que, en otra ocasión en donde el primero ahora sé a quién experimenta el apremio por la satisfacción erótica y su pareja no esté en disposición podrá entonces devolverle en correspondencia ese regalo que mutuamente se otorgan. Estoy hablando de esas ocasiones en donde uno de los miembros vive el apremio de la satisfacción sexual y el otro no tiene deseos o se encuentra en un momento de apatía sexual. Esta es una primera manera de vivir un rechazo parcial, pues cuando no se habla y no se tiene la disposición de hacer el regalo la persona que vive su apremio sin correspondencia puede sentirse profundamente herido, al punto de destruir el amor e inhibir la búsqueda erótica de la pareja en el futuro, muchas veces guardando un resentimiento por mucho tiempo que ha de expresarse en otras áreas de la interrelación de pareja. De modo que debemos aceptar que no siempre que vivamos un intenso deseo sexual nuestra pareja será encontrar con la misma disposición y esto debemos resolverlo en pareja. Es decir, debemos aceptar incluso, el posponer o no llevar a cabo ese día en ese momento un encuentro erótico. Estoy hablando entonces de hoy no acepto, pero mañana seguramente si o mañana será un tal vez. Cuando se habla estas son situaciones que pueden hacer más fuerte la unión de la pareja pues implica consideración, respeto y generosidad.

Otra situación completamente diferente es el rechazo consistente y continuo, en donde uno de los miembros de la pareja de manera persistente no accede al encuentro erótico, o cuando accede muestra un completo desagrado. Esta es una situación que debe verse como un problema clínico, es un problema para el que hay que solicitar ayuda profesional, es un problema que puede estar determinado por conflictos subjetivos de uno de los miembros de la pareja, ya sea que los tenga conscientes para sí mismo o incluso pueden ser procesos inconscientes que se hacen evidentes en los momentos de solicitud erótica. En otras ocasiones la vida erótica de una pareja puede empezar de una manera armónica y satisfactoria hasta que por diversos conflictos no resueltos. Se va deteriorando progresivamente el deseo y la disposición a las relaciones sexuales, hasta que la persona literalmente pierde todo deseo sexual y más aún puede llegar a vivir las relaciones sexuales con repudio. Los conflictos de pareja que conlleven violencia, descalificación, agresión a la identidad del otro, cuestionamiento sobre la permanencia en pareja etc. todo conflicto que genere sentimientos de desagrado con cierta intensidad son completamente antagónicos, de los sentimientos necesarios que disponen a una persona a un encuentro erótico; como son los sentimientos de empatía, de ser querido, de ser aceptado, de sentirse atractivo para el otro. Todos ellos son sentimientos que facilitan y propician los encuentros eróticos, así como sus antagónicos los han de dificultar hasta el punto de completamente matar el deseo e incluso llegar a pensar, fantasear planear o decidir terminar con la relación de pareja.

Por ello es muy importante que si en la relación de pareja se va estableciendo una negativa al encuentro erótico por un rechazo constante consistente se debe buscar apoyo terapéutico que permita sanar las heridas emocionales que ha generado la convivencia ya que, si no se hace, el pronóstico se va inclinando a una separación, que puede ser inicialmente únicamente emocional y posteriormente se deseara incluso la separación física y la conclusión del proyecto de pareja.

En conclusión, un rechazo ocasional es ocasión para refrendar los sentimientos de consideración paciencia y amor por la pareja. Y cuando estamos ante un rechazo consistente continuo nos debe alertar de que haya algo muy serio que nos está pudiendo resolver en la pareja y está comprometida su permanencia.


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