La sociedad líquida, en la que vivimos, donde todo se desvanece con prontitud, se compra compulsivamente para estar al corriente de la moda que el mercado nos ofrece y apabulla impulsado por impactantes campañas publicitarias. La gente desecha lo que aún le es útil para estar al corriente de la moda y vuelven a gastar en lo innecesario.
Estar a la moda, lleva a que la cultura que conocíamos quede relegada y los principios que nos regían como sociedad también. Se podrá preguntar ¿por qué?, ¿para qué? Así sucede en nuestra realidad si presta cierto grado de atención.
¿Por qué las parejas se comprometen a tener una relación? No forzosamente hablamos del compromiso para casarse, también para salir con alguien se dan los compromisos. Las personas se comprometen con la intención de gratificarse y ver con el tiempo que su nivel de satisfacción ha subido. Sistemáticamente realizan su balance, si es positivo está bien, la pareja continua. Si el balance llega a ser negativo (porque hay más perdidas que beneficios) surgen diversas disputas y conflictos entre los miembros de la pareja, mismos que los pueden llevar a pensar en la posibilidad de perderla y no pensar demasiado en el enorme impacto que ello les puede ocasionar. Al pensar en sus quebrantos antes y después de terminar su relación hacen su balance de pérdidas: la de los hijos, de la casa compartida, del dinero común y propio, tiempo, etc. Sumado a todo ello está el impacto emocional imposible de valorar por ellos mismos, de la misma manera que lo hacen con los bienes materiales. Al calor de las confrontaciones generan otro tipo de pérdidas que son generalmente irreparables, la destrucción final del vínculo afectivo que se transforma en irreparable.
En nuestra realidad la relación de una “Pareja Líquida” ha “invertido” en muchas cosas materiales, pero poca dedicación y peso a los afectos. También han gastado dinero en casa, coche, salidas, viajes, etc. Pero muy poco a los afectos y el compañerismo. Cuando la relación deja de funcionar, sus miembros se sentirán tristes y que han perdido muchas cosas. Finalmente, las “Parejas Líquidas” también calculan las pérdidas materiales, muchas veces desproporcionadamente, mucho más que las afectivas. Ya que de una u otra manera perseguirán otra relación que les permitan recuperarse de las “pérdidas” de la relación anterior que fracasó., para alcanzar una mejor vida sexual y amorosa, pero esta vez cuidando la inversión de tiempo y dinero”. Termina siendo como la condición de un negocio, donde quién invierte espera tener ganancias. Y si pierde, espera poder recuperarse de una u otra manera, esta vez “invirtiendo” de forma más cuidadosa para recuperarse de lo perdido en la pareja anterior.
En consecuencia, la idea del compromiso de las parejas líquidas tiene fecha de caducidad. Porque cuando cada miembro de la misma no obtiene los beneficios esperados y fantaseados, inicia un problema, donde en la mayoría de los escenarios no se analiza adecuadamente y deriva en la ruptura del compromiso, como si éste fuera una simple gestión comercial. Estas personas se han extraviado de los valores que imperaron en un momento de la historia contemporánea, y concluyen con una “barata de fin de temporada”. Se liquidan bienes y afectos por igual.
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