A lo largo de nuestra trayectoria hemos observado una gran cantidad de parejas con problemas de infidelidad o de agresión mutua, lo cual crea un gran distanciamiento en ambas partes.
Continuamente nos preguntamos por qué parejas que deberían tener una buena relación debido a que tienen una importante cantidad de afinidades se destruyen entre sí y abandonan sus relaciones.
Identificamos de manera constante que la falta de conocimiento y de una abierta comunicación entre las parejas es una de las causas principales de sus desavenencias, por lo que si hubiese más una amistad que un compromiso creemos que las cosas fluirían con mayor naturalidad, sin tratar de aparentar cosas que no son, eliminando tabúes y abriéndose de manera más franca como lo hacen un par de amigos.
La idea de aparentar un rol o estereotipo al momento de formar un hogar, muchas veces elimina la posibilidad de abrir canales de comunicación honestos, pues la preocupación primordial es manifestar más una posición de jerarquía o poder que llevar una relación franca y de conocimiento mutuo.
Muchas parejas con el devenir del tiempo olvidan esa relación amistosa, fresca e innovadora, así como sus experiencias comunes de sus primeros años. Muchas veces hemos visto a hombres con excelentes posiciones económicas y con responsabilidades laborales muy grandes perder a sus familias por que han ocupado más tiempo en buscar sus triunfos profesionales o laborales que en el cuidado y atención de su pareja, creyendo que por el hecho de colmarla de objetos materiales sustituirán su deseo de contacto físico y sentimental, de atención y cariño.
De igual manera, comúnmente las mujeres se nulifican como parejas al concentrar todo su tiempo, esfuerzo y cariño en sus hijos; y en estos últimos años, agazapadas también en un ritmo laboral que las absorbe cada vez más y de manera paulatina en la feroz lucha por la subsistencia.
Estos ejemplos nos muestran cómo el romper el equilibrio de las cosas, tendiendo más hacía un cierto lado, puede llevarnos a perder todo por lo que se está luchando, descuidar lo más importante que es la pareja, los hijos y en sí el hogar, creyendo que se está haciendo lo correcto sin darse cuenta que lo que se está propiciando es un distanciamiento y destrucción progresiva de sus relaciones, lo cual deriva en la separación de la pareja.
Es indispensable no perder de vista la importancia que tiene una buena comunicación y tiempo de calidad a solas con la pareja, así como no dejar pasar las oportunidades de continuar abonando atención, cariño, tolerancia, respeto y amistad.
*Las opiniones contenidas en este artículo son responsabilidad del autor.
Comments