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Ma. del Pilar Rodríguez

El amor en el 2020



En nuestra sociedad narcisista, ya no hay límites a los deseos y por tanto ya no hay nada que desear. Todo parece posible y de la impresión de que todo nos es debido. Hemos perdido el sentido de la renuncia pulsional. Este importante cambio ha afectado a la psicopatología de los individuos, que jamás se han sentido tan decepcionados y que buscan desesperadamente la forma de aumentar su autoestima.

Existen personas, hombres o mujeres, que no solo son peligrosos para sus víctimas, sino también peligrosos para su círculo de relaciones, pues conducen a la gente a perder sus puntos de referencia.

¿Qué es el poliamor?. No existe una estructura formal de relaciones poliamorosas. Alguien puede tener dos amantes como relación principal y otro como relación secundaria, o ser bisexual y tener amantes de dos géneros, o estar en un trío en el que todos sean amantes de todos y a la vez tengan relaciones esporádicas. Hay personas poliamorosas que viven con uno o varios de sus amantes, en la misma o distintas habitaciones, otras que prefieren vivir en casas separadas, otras que están criando un hijo con dos madres y un padre, etc. Sea cual sea la estructura, lo importante es que funcione y que sea acordada por todas las partes implicadas con sinceridad y respeto. Es una red de relaciones íntimas.

¿Quiénes son posibles personajes dentro del poliamor?. Dentro de las psicopatologías actuales la perversión narcisista consiste en el establecimiento de un funcionamiento perverso en el seno de una personalidad narcisista. La personalidad narcisista de acuerdo con el DSM.IV, que es un manual de clasificación internacional de las enfermedades mentales, la personalidad narcisista se describe como sigue y tiene que presentar al menos cinco de las siguientes manifestaciones:

  • El sujeto tiene una idea grandiosa de su propia importancia;

  • Lo absorben fantasías de éxito ilimitado y de poder;

  • Se considera “especial” y único;

  • Tiene una necesidad excesiva de ser admirado;

  • Piensa que se le debe todo;

  • Explota a otro en sus relaciones interpersonales;

  • Carece de empatía;

  • Envidia a menudo a los demás;

  • Tiene actitudes y comportamientos arrogantes;

Perversión es un término derivado del latín pervertere (dar vuelta), empleado en psicología, psiquiatría y sexología para designar, a veces de manera peyorativa y otras valorizándolas, las prácticas sexuales consideradas desviaciones respecto de una norma social y sexual.

El paso a la perversión tiene que ver que estas personas narcisistas, al no disponer de sustancia, se conectan al otro y, como una sanguijuela, intentarán sorber su vida. Al ser incapaz de establecer una relación verdadera, solo puede crearla en un registro “perverso” de malignidad. Indiscutiblemente, los perversos sienten un placer enorme y vital al ver sufrir y dudar a los demás, del mismo modo que gozan al someterlos y humillarlos. La perversión constituye un fenómeno sexual, político, social, psíquico, estructural, transhistórico, presente en todas las sociedades humanas.

En los medios de comunicación aparecen periódicamente sucesos que afectan a personajes importantes o mediáticos y tratan de mentiras, fraude y estafas a gran escala. No solo esos individuos pueden prosperar, sino que ni siquiera necesitan ya disimular sus fechorías, que cometen con arrogancia. Los aspectos que los caracterizan (megalomaía, seducción, mentiras y ausencia de escrúpulos) se han convertido en nuestra época en cualidades que se requieren para triunfar.

En las relaciones poliamorosas suelen existir reglas y acuerdos que definen lo que las personas esperan de la relación y qué comportamientos son aceptables. Estas reglas son muy variadas, ya que no existen dos relaciones poliamorosas iguales. Las personas que participan en la relación pueden acordar libremente sus condiciones. En general, se suele recomendar que estas reglas sean flexibles para que puedan revisarse a medida que la relación evoluciona.

Quien se decide a llevar una vida poliamorosa no suele estar buscando simplicidad, sino una vida más plena, y para que las relaciones poliamorosas funcionen hacen falta mucha conciencia, honestidad y comunicación.

Lo anterior, resulta bastante complicado. Mi hipótesis de trabajo es que estas relaciones poliamorosas son terreno fértil en el que este tipo de patología actúan para maltratar y dominar a personas que están en situación de debilidad o que se sienten débiles aún sin serlo, acaban permitiendo que personajes sin escrúpulos, como los perversos narcisistas arriba descritos, las utilicen y se aprovechen de ellas. Podemos pensar que dentro del poliamor puede haber patologías como las descritas anteriormente. Es decir, que en una relación poliamorosa puede haber un narcisista perverso que bajo la influencia de su grandioso yo, intentan crear un vínculo con un segundo o tercer individuo, atacando muy especialmente su autoestima.

En nuestra sociedad la mayor parte de la gente considera la monogamia como la única opción viable y para muchos es incluso la única opción ética, sobre todo cuando hablamos de familias con niños. El movimiento poliamor se encuentra en una fase comparable otros movimientos de hace varias décadas, luchando por ser más visibles en la sociedad, por ser aceptados como una opción legítima y por tener los mismos derechos que las parejas monógamas.

Empiezan a realizarse diferentes investigaciones científicas sobre el poliamor y las relaciones no convencionales, que sugieren que ciertas ideas preconcebidas frecuentes (como que las relaciones poliamorosas son menos estables y más problemáticas o que crecer en una familia poliamorosa afecta negativamente al desarrollo psicológico de los niños) son completamente infundadas.

El poliamor es actualmente una opción minoritaria y poco conocida. Muchas personas poliamorosas se sienten aisladas, y algunas ni siquiera saben que lo que hacen o quieren hacer tiene un nombre. También es frecuente sentir culpabilidad o inadecuación por desear algo que la sociedad en conjunto suele considerar inviable e incluso egoísta. Las personas que llevan una vida poliamorosa también pueden encontrarse en la situación de no poder hablar con sus amistades de los problemas que tengan en sus relaciones porque a ellas les parece que el problema es la relación en sí misma, el hecho de que sea poliamorosa. Gran parte de la gente poliamorosa lo mantiene en secreto, contándoselo sólo a las personas de más confianza, para evitar la discriminación en el trabajo y en otros ámbitos.


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