Hoy en día, con la visión humanista hacia las personas, se habla del amor propio como la base de la motivación y el desarrollo personal. En términos técnicos, el amor propio se conoce como autoestima, que es el valor, aprecio y consideración hacia sí mismo.
Entre las implicaciones del amor propio podemos hablar del autoconcepto, que es la percepción que se tiene sobre sí mismo a partir de un juicio de valor, así como de la evaluación de habilidades y capacidades y del lugar en el que nos ponemos respecto a la comparación que hacemos con otros.
Nuestra autoestima influye en la manera en la que percibimos lo logros y fracasos, así como en la forma en la que nos relacionamos, pues de esto dependerá en gran medida el tipo de comunicación que tengamos con los otros a partir del aprecio o valor que pidamos hacia nosotros directa o indirectamente.
Las personas con una autoestima funcional se enfocan proactivamente hacia la vida, esto quiere decir que buscan desarrollarse de manera eficaz, armoniosa y útil; además de construir, continuamente, un ambiente cercano agradable en la medida de sus posibilidades y capacidades. Asimismo, sus relaciones las forman a partir de expectativas reales que cumplan con sus ideales de crecimiento y desarrollo.
El amor propio implica respeto por uno mismo, tanto a las debilidades como a las virtudes; confianza en las propias habilidades, así como a la capacidad de generar y desarrollar nuevas; capacidad de autocrítica y de tolerancia y aceptación de evaluaciones externas; seguridad para desenvolverse y aprender cosas nuevas; habilidad para comunicar de forma libre, directa, honesta, apropiada y congruente opiniones, pensamientos y emociones. El amor propio implica cuidado personal, en lo físico y en lo psicológico.
Dentro del amor propio está el autoconocimiento, que es la capacidad que tenemos para conectarnos con nosotros mismos, percibirnos y reconocernos como personas, diferenciarnos del entorno y otros individuos y nos da la oportunidad de la autorreflexión. Además, juega un papel importante en la percepción y regulación de nuestras emociones. Nuestro autoconocimiento nos ayuda a saber que nos gusta y que no, a identificar nuestras necesidades de manera objetiva, a identificar nuestras habilidades y motivaciones para alcanzar nuestros objetivos y a planificar nuestras metas de forma realista.
El amor propio influye de forma significativa en la forma en la que establecemos relaciones de pareja, ya que una relación de pareja funcional implica amor, confianza, libertad, tolerancia, seguridad, cuidado, comunicación eficaz; de modo que si esto no se desarrolla en el ámbito personal, existirán pocas probabilidades de que se pueda desarrollar exitosamente en la relación de pareja.
Al momento de buscar o elegir pareja, las características o expectativas que tendrás de la otra persona, así como el tipo de vínculo que se construye, será determinado por el amor propio de cada persona. El autoconocimiento te permitirá saber qué cosas te agradan o desagradan del otro, así como poner límites y hacer acuerdos saludables dentro de una relación.
El amor propio te ayudara a relacionarte de forma sana con personas que nutren tu vida, a mantener una actitud positiva ante las situaciones y evitará que el encontrar pareja sea una cacería desesperada para evitar el estar solo.
El amor propio es la base del amor que das y pides al exterior. Piensa, si conocieras a alguien como tú ¿lo elegirías como pareja?
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