Tomar la decisión de terminar una relación es algo muy difícil y doloroso por todo lo que implica, para muchas personas es de por sí ya una afrenta que los sumerge en una depresión y muchos sentimientos encontrados y si a eso le sumamos, el tener que darles una noticia como ésta a los hijos, se vuelve un proceso aún más complicado.
Desde mi punto de vista existen dos líneas en la pareja, el primero tiene que ver con todos los asuntos que conciernen estrictamente a sus integrantes y el segundo lo que incluye a los hijos como es: su educación, los valores y principios que se les pretenden inculcar y de acuerdo al tema que nos compete el darles noticias como el divorcio de sus padres.
Lo previo me da la pauta para decirte a ti lector, que si estás justo en el momento de una separación el primer tip o mejor dicho, la primer sugerencia que te puedo hacer es, que en la medida de lo posible evites mezclar todos tus sentimientos de dolor, enojo, frustración que tienes hacia tu pareja con las negociaciones y acuerdos que se generen en torno a los niños, ya que es justo lo que más los lastima, los confunde, los llena de temor y les hace más traumático el pasar por una crisis de vida como ésta.
Incluso existe tanto en el marco legal como en el psicológico un trastorno llamado Síndrome de Alienación Parental, el cual se caracteriza por una serie de reacciones a nivel emocional en los niños cuyos padres los utilizan como un medio para afectar a la expareja.
Un segundo tip es hablar con tus hijos y explicarles que papá y mamá ya no pueden estar juntos lo cual implicará que vivan en casas distintas, de la mano de lo anterior, es fundamental que disipen cualquier duda o fantasía que les haga creer o sentir que es culpa de ellos o que en algún sentido ellos fueron los causantes de tal situación.
El tercer tip: explícales que el amor y el cariño que les tienen no va a cambiar, que van a seguir conviviendo con sus padres y que la principal diferencia de dicha convivencia es que con papá (como usualmente sucede) las visitas serán más esporádicas o de acuerdo a lo establecido entre ustedes o bien, por un juez.
Cuarto: poner atención a la etapa del desarrollo en la que se encuentra tu hijo puede ser un punto que ayude a ponerle atención a aspectos más específicos, por ejemplo: entre los 3 y los 5 años temer quedarse solos y ser abandonados, además de que a esta edad el pensamiento mágico les puede generar ideas o creencias irracionales que sólo acentuaran la angustia. Entre los 6 y los 12 años llegan a tener la expectativa de que sus padres vuelvan a estar juntos aun cuando ya tienen mayor capacidad de darse cuenta de los problemas o dificultades que existían entre sus padres. Los adolescentes experimentan angustia, miedo, soledad y hasta culpa.
Sumado a lo anterior, busca en la medida de lo posible respetar o mantener la rutina que tenían para realizar sus actividades.
Procura que verbalicen sus sentimientos y que sepan que por más que vean a sus papás tristes, confundidos o angustiados todo se irá acomodando poco a poco. El darles la certeza o la confianza a través de comentarios realistas y positivos les dejará el mensaje de que en la vida se pueden atravesar momentos dolorosos que nos ponen a prueba y que se vale sentirse triste, enojado, con sentimientos encontrados y demás, pero que al final del día uno puede salir airoso y fortalecido de dichas situaciones.
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