Fantasías, posiciones, tabúes.
El libro que, por excelencia, nos habla de la vida espiritual del ser humano, y de su relación con Dios, la Biblia tiene una visión muy positiva de la sexualidad humana, ya que fue Dios mismo quien nos hizo seres sexuados; ser varón o mujer es parte de lo que significa ser creado a imagen y semejanza de Dios (Génesis 1:26-28 Entonces Dios dijo: «Hagamos a los seres humanos a nuestra imagen, para que sean como nosotros. Ellos reinarán sobre los peces del mar, las aves del cielo, los animales domésticos, todos los animales salvajes de la tierra y los animales pequeños que corren por el suelo». Así que Dios creó a los seres humanos a su propia imagen. A imagen de Dios los creó; hombre y mujer los creó. Luego Dios los bendijo con las siguientes palabras: «Sean fructíferos y multiplíquense. Llenen la tierra y gobiernen sobre ella. Reinen sobre los peces del mar, las aves del cielo y todos los animales que corren por el suelo»); pero no solamente nos creó con diferencias físicas que nos distingan, sino que además de ello, nos creó con la capacidad de sentir placer y disfrutar las relaciones sexuales, pues nos creó con zonas erógenas, terminaciones nerviosas y capacidad de llegar al orgasmo.
Es por ello, que la Biblia no ve nada vergonzoso en las diferencias corporales entre los sexos (Génesis 2:25 Ahora bien, el hombre y su esposa estaban desnudos, pero no sentían vergüenza) y nada vergonzoso en las expresiones físicas de amor de decisiones (Proverbios 5:18-19 Que tu esposa sea una fuente de bendición para ti. Alégrate con la esposa de tu juventud. Es una cierva amorosa, una gacela llena de gracia. Que sus pechos te satisfagan siempre. Que siempre seas cautivado por su amor); o bien (Eclesiastés 9: 9 Vive feliz junto a la mujer que amas, todos los días de vida que Dios te haya dado bajo el sol. La esposa que Dios te da es la recompensa por todo tu esfuerzo terrenal).
Tan importantes es el tema para Dios, que nos dedicó un libro entero para enseñarnos sobre la sexualidad, el amor y la relación de una pareja, El Cantar de los Cantares, aunque la mayoría de las veces Su lenguaje se maneja de una forma muy espiritualizada, la realidad es que nos enseña que la pasión física entre esposo y esposa, es producto del amor, sinceridad y fidelidad entre ambos, llevando la sexualidad mucho más allá de la unión de los genitales. La Biblia no ignora el lado oscuro de la naturaleza humana. Habiendo descrito la bondad de sexo en el plan perfecto del Creador, también nos explica cómo la desobediencia del hombre a Dios estropeó el sexo, del mismo modo que echó a perder todos los demás aspectos de la vida humana, así que la desnudez se convirtió en una cuestión de vergüenza y miedo, y de esta manera, tanto hombres como mujeres se miraron el uno al otro como objeto sexual en lugar de como personas con diferencias físicas (Génesis 3:7-10).
En ese momento, se les abrieron los ojos, y de pronto sintieron vergüenza por su desnudez. Entonces cosieron hojas de higuera para cubrirse. Cuando soplaba la brisa fresca de la tarde, el hombre y su esposa oyeron al Señor Dios caminando por el huerto. Así que se escondieron del Señor Dios entre los árboles. Entonces el Señor Dios llamó al hombre:
—¿Dónde estás? El hombre contestó: —Te oí caminando por el huerto, así que me escondí. Tuve miedo porque estaba desnudo). El sentido de las relaciones, la confianza y la ternura dieron paso a la traición y la dureza.
El libro del Cantar de los Cantares, nos enseña la expresión sin inhibiciones de ningún tipo entre marido y mujer, por ejemplo: Cantares 2:3 La joven Como el manzano más selecto del huerto es mi amante entre los jóvenes.
Me siento bajo su sombra placentera y saboreo sus deliciosos frutos. ¿Qué le dice estos de una relación apasionada, en la que la mujer disfruta a su marido? Y aún continúa con expresiones más apasionadas en el capítulo 513-16: Sus mejillas son como jardines de especias que esparcen aromas. Sus labios son como lirios, perfumados con mirra. Sus brazos son como barras de oro torneadas, adornados con berilo. Su cuerpo es como marfil reluciente, resplandece de lapislázuli. Sus piernas son como columnas de mármol colocadas sobre bases de oro puro. Su porte es majestuoso, como los nobles cedros del Líbano. Su boca es la dulzura misma; él es deseable en todo sentido. Así es mi amante, mi amigo, oh mujeres de Jerusalén. O bien de parte del varón hacia la esposa en el capítulo 7:1-9: ¡Qué hermosos son tus pies con sandalias! Oh, doncella y princesa. Las curvas de tus muslos son como joyas, la obra de un habilidoso artesano. Tu ombligo tiene la forma perfecta, como una copa llena de vino mezclado. Entre tus muslos hay un manojo de trigo, rodeado de lirios. Tus pechos son como dos cervatillos, mellizos de una gacela. Tu cuello es tan hermoso como una torre de marfil. Tus ojos son como los manantiales cristalinos de Hesbón, junto a la puerta de Bat-rabim. Tu nariz es tan fina como la torre del Líbano con vista a Damasco. Tu cabeza es tan majestuosa como el monte Carmelo, y el brillo de tus cabellos irradia realeza. El rey quedó cautivado con tus rizos. ¡Qué hermosa eres! ¡Qué encantadora, mi amor, qué llena de delicias! Eres esbelta como una palmera y tus pechos son como los racimos de su fruto. Dije: «Treparé a la palmera y tomaré su fruto». Que tus pechos sean como racimos de uvas y tu aliento, como la fragancia de manzanas. Que tus besos sean tan apasionantes como el mejor de los vinos, que se desliza suavemente por los labios y los dientes.
Por esta razón es que el apóstol Pablo cuando da recomendaciones en torno a la sexualidad de la pareja dice: (1 Corintios 7:3-4 El esposo debe satisfacer las necesidades sexuales de su esposa, y la esposa debe satisfacer las necesidades sexuales de su marido. La esposa le da la autoridad sobre su cuerpo a su marido, y el esposo le da la autoridad sobre su cuerpo a su esposa).
Así que a la luz de la Biblia, el libro inspirado por el Espíritu Santo mismo, la sexualidad debe ser un tema libre y abierto en el matrimonio, y las relaciones placenteras y para goce y disfrute de ambos,
por lo tanto no debe haber tabúes, ni sentimientos de vergüenza por parte de ninguno, ya que hablando con amor y confianza, cada uno podrá expresar lo que le gusta y no le gusta practicar
durante las relaciones, lo que le produce placer o no, y lo que a ambos les permita vivir una sexualidad al máximo.
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