La problemática de encontrar una pareja es hoy más que nunca un tema de actualidad y mucho más difícil de lo que a primera impresión pudiera parecer. Iniciemos con algunas observaciones en el tema de hallar una pareja. Encontrar una pareja para una persona joven que se encuentre en un entorno sociocultural afín a su personalidad y raíces socioculturales es parte de su cotidianidad ya que por el momento de desarrollo que se está viviendo, la mayoría de sus pares se encuentran en la misma circunstancia especialmente en los ámbitos escolares. Pero una vez, que por el propio desarrollo de la persona, se inserta en el mundo adulto, ya sea en un ambiente laboral definido o más aún si la persona permanece dentro de la esfera familia, es en estas circunstancias que la persona verá notablemente disminuidas sus oportunidades de encontrar una pareja en circunstancias semejantes con la disposición de compartir un proyecto de vida que puede incluir en su vida a una pareja. En la vida laboral habitualmente, las personas encuentran a sus semejantes en una situación legal de matrimonio o en una situación de compromiso sentimental y todavía más; en algunos ambientes laborales está explícitamente prohibido establecer relaciones con compañeros de trabajo. Por otro lado, la rutina familiar y social en donde se han generado hábitos por rutinas alrededor de reuniones familiares o reuniones con las mismas amistades en donde ya no existe la posibilidad de encontrarse con personas nuevas y por lo tanto no aparecen nuevas oportunidades de conocer a posibles parejas.
De aquí; se desprenden las siguientes observaciones, tener la oportunidad de conocer nuevas personas no se dará de manera espontánea. Una vez que se cae en la rutina, por ello mismo, lo nuevo no tiene espacio en la vida. La primera recomendación es buscar actividades nuevas que rompan la rutina cotidiana, pero no sólo nuevas actividades, sino que éstas el deben estar orientadas a que proporcionen justamente la posibilidad de encontrarse con personas que en principio pudieran ser posibles parejas, por ello la actividad debe favorecer las interrelaciones con tareas diversas que permitan interactuar y conocer a las personas justamente en su dimensión como personas. Recomendable es que no sea en el ámbito laboral o profesional ya que, en este campo, los intereses personales se verán opacados por los intereses profesionales. Encontrar la actividad idónea puede llevarnos un tiempo, debe ser algo accesible tanto en términos geográficos, económicos, compatible con nuestras actividades cotidianas de manera regular. No debe pensarse en una actividad ocasional para cuando tengamos tiempo, debe propositivamente crearse un tiempo en la agenda para esta actividad que es central en la vida personal. Actividad que desde luego nos pueda poner en contacto con personas afines que puedan tener disposición de tener relaciones nuevas. Una vez determinada dicha actividad se debe ser constante, es lógico que los primeros encuentros se experimente una sensación de extrañeza ya que se es nuevo o nueva en un determinado ámbito, por lo que tendrá que transcurrir un tiempo razonable para integrarse a este nuevo ambiente, y poder adquirir una sensación de familiaridad y cierta pertenencia y sólo entonces es que se podrá aprovechar la actividad que se desarrolle como un medio para conocer a otras personas lo cual desde luego requerirá también mayor tiempo, en este punto será muy importante no perder de vista nuestro propósito, y podremos ubicar aquellas personas en primerísimo término que por su situación personal se encuentren en la disponibilidad de conjuntar un proyecto de vida que incluya a la pareja, este punto es esencial ya que de inicio se debe dejar de lado todas aquellas personas que no tenga la disponibilidad de este proyecto, de lo contrario nos veremos en situaciones de mucho riesgo de ser potencialmente dañinas. Así, en cuanto tengamos información de que una persona, es casada, está comprometida sentimentalmente, no termina de completar una separación o un duelo por una pérdida de pareja habrá que dejarla de lado. Subrayo: Serán estas condiciones que hagan dejar de lado a alguna determinada persona por muy encantadora que pudiera parecernos. En segundo lugar y solamente una vez comprobada la primera condición, podremos dar cuenta de la atracción recíproca que pudiera darse, y la sugerencia es que, en esta recíproca atracción, se debe iniciar poniendo atención en aquellas personas en quienes notemos, que se ha despertado una atracción o al menos un interés hacia nuestra persona, seguidamente tener conciencia de lo atractivo que sería para nosotros esa persona como compañero o compañera.
Seguido lo cual y tal vez el paso más difícil será tener una disposición de apertura y mandar señales de interés a esa persona, aproximarnos y dar pie a que pueda iniciarse una interacción amistosa, aún estamos en una etapa de exploración y de aproximación inicial, ya que sabemos bien que una atracción inicial no siempre se confirma con el trato, por lo que justamente debemos propiciar un trato informal sin compromiso que nos permita no sólo conocer á la persona, sino reconocer los sentimientos que ella nos despierte y especialmente la forma de relación que se pueda ir construyendo a través del tiempo.
Sí el trato cotidiano durante varias semanas confirma que le somos atractivos a esta persona al igual que recíprocamente nos despierta atracción; que el trato en el proceso de pareja es justo lo que buscamos, será el momento de aproximarse físicamente y sexualmente; será en este ámbito aún más que se confirme o se rectifiquen las impresiones iniciales.
Desde luego habrá quien piense que toda esta demora podrá sabotear algunas posibles parejas, en efecto así es, aquellas parejas constituidas por una fuerte reacción inicial, un flechazo, o por un crush sexual no serían parejas que tuvieran un horizonte de posibilidades de estabilidad para futuro, aunque por otro lado pudieran ser experiencias gratificantes pero transitorias. Aquí estoy haciendo énfasis en la posibilidad de establecer una relación estable a largo plazo.
Actualmente entre adultos de mediana edad y mayores suelen apresurarse decisiones para vivir juntos, desde mi perspectiva esto no es lo más recomendable ya que nuestra herencia biológica nos condiciona a una necesaria fase del cortejo, ante una nueva posibilidad de pareja que por su propia naturaleza deja de lado los comportamientos habituales de una persona modificándolos transitoriamente para agradar a esta posible nueva pareja. Y no es sino con el tiempo que estas conductas transitorias irán, gradualmente, dando lugar a la personalidad tal como es en realidad, quien finalmente será con quien convivamos en pareja en el largo plazo. Es entonces cuando se puede llevar a cabo la decisión de un compromiso amoroso mas allá de lo sexual a largo plazo.
Espero que estas observaciones les sean útiles si están en esta condición de estar en búsqueda de una pareja estable, ya sea por primera vez o sea después de una decepción amorosa de una separación, un divorcio o una viudez.
Yorumlar