Tratar el tema de adopción, en el que se den consejos a una familia de cuando es el momento ideal en que se debe de decir al hijo que es adoptado.
Hay un principio que nunca falla: “conocerás la verdad y serás libre”, es decir, no hay mentiras rosas, blancas, piadosas, que sean buenas, ya que toda mentira, tarde o temprano, traerá consecuencias desastrosas.
Desde hace 21 años, soy presidente de un patronato que apoya una institución que promueve la adopción, y he visto desfilar cientos de niños a los que hemos podido bendecir al entregarlos en una familia con un papá y una mamá, quienes les procuran amor, educación, valores, etc. y en cada caso, recomendamos lo mismo:
Desde el primer día, háblele con la verdad, ya que niño o niña, irán creciendo con esa verdad en su mente y en su corazón, nunca habrá sorpresas, nunca se sentirán engañados, sino amados, aceptados y sobre todo, agradecidos, es cierto, cada etapa de crecimiento y madurez, irán haciendo más preguntas y cada vez, las preguntas serán más profundas, y tal vez, hasta difíciles de responder, como, “¿crees que si mi mamá me viera hoy, me aceptaría?” y otras más por el estilo, pero siempre estarán conscientes de la confianza, apertura y transparencia de sus padres.
Sucede completamente lo contrario en aquellas familias que pensando que bien hacían, ocultaron la verdad, haciendo creer a sus hijos que eran hijos biológicos, y cuando llegó el momento que los padres creyeron oportuno, o bien que por alguna razón u otra, los hijos conocieron la verdad, todo fue un caos, una verdadera catástrofe, un rompimiento en los corazones, en las relaciones, en la confianza, lo cual a la larga, es muy difícil de restaurar, pues los hijos llegan a pensar incluso, que fueron robados, arrebatados del seno materno, olvidando en un minuto el amor de sus padres adoptivos y viéndolos o tratándolos como desconocidos o delincuentes.
Peor aun cuando se llegan a enterar por alguna otra persona que no sean sus padres, tíos, primos, abuelos, vecinos o cualquier otra persona, pues en esos casos, se siente vulnerado y hasta burlado, objeto de hazme reír de los demás.
Así que, una vez más, podemos aseverar: conocerás la verdad y la verdad te hará libre.
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