Ya desde el planteamiento estamos enfrentando un dilema, o perdonas o condicionamos, lo que nos lleva a reflexionar la esencia del perdón.
Según el Diccionario de la Real Academia Española: perdón s. m. 1 Remisión de la pena merecida, de la ofensa recibida o de alguna deuda u obligación pendiente. Desde el punto de vista psicoanalítico el perdón es quitar la carga emocional o psíquica del evento, no se olvida, pero ya no importa en la vida presente.
Entonces, al remitir, es decir, perdonar el castigo correspondiente a una falla, no deberíamos condicionarlo; pero desgraciadamente en la realidad de la infidelidad, la cuestión es diferente. La herida emocional es tan grande, la confianza se perdió de tal manera que es casi imposible, en mi experiencia clínica, que desaparezca aun otorgando del perdón.
El fantasma de la infidelidad nunca muere, es decir, nunca desaparece por completo debido a que la conducta humana es predecible porque se graba en el inconsciente; se basa en la repetición del síntoma y se suponen futuras desavenencias al respecto de la recuperación de la confianza perdida en el evento.
La pasión en ocasiones logra ocultar los reales sentimientos de rencor y dolor suscitados en un evento de esta naturaleza, pero basta con terminar de sentir la pasión para que los reales salgan a flote y se confronten con la realidad inaceptable. Algunas parejas basan su terapia de perdón en estos intercambios furtivos de pasión y sexo; algunas otras nunca más llegan a tener intimidad. En el mejor de los casos supuestamente se perdonan, pero a la más mínima insinuación de mentira, duda o sospecha, vuelve la ira que se suscitó al saber de la infidelidad.
Según Walter Riso, existen varias condiciones del perdón:
1. Solamente la persona ofendida puede otorgar el perdón.
2. El perdón requiere tiempo separados, es un proceso.
3. Sólo se justifica si existe rencor u odio.
4. El error se disculpa, la maldad se perdona.
Todo depende del camino que deseemos tomar:
a. El camino del amor. Ya que el amor es puro y no alberga rencor.
b. El camino de la compasión. Es una virtud afectiva donde las razones sobran.
c. El camino de la comprensión. Basado en la empatía.
d. El camino del desgaste. Donde se decide perdonar en un acto de supervivencia para ya no sufrir.
e. El camino de la comparación. El que esté libre de pecado que tire la primera piedra.
Cualquiera que sea tu decisión ¡Suerte en el intento!
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