Como ya he abordado en artículos anteriores, la desigualdad de género y los roles psicosexuales asignados en cada cultura, ha hecho mella en el desempeño, profesional, laboral, económico y social, especialmente de las mujeres.
Desde el punto de vista antropológico, es necesario que no se trastoque el rol de las mujeres al cuidado de los hijos, los bienes y la alimentación de la familia. En esta generación de cambios frenéticos, los modelos de familia han evolucionado de las maneras más caprichosas. Por lo que dicho rol es generalmente delegado a los familiares, la servidumbre y en algunos otros casos a la pareja.
Desde la sociología, me parece adecuado señalar que tal actitud raya en la discriminación, ya que, si bien es cierto lo anterior, también es necesario considerar a las mujeres que han sido capaces de incursionar en actividades anteriormente reservadas para el sexo masculino, han abierto camino y han incluso sido capaces de triunfar en dichos roles.
Psicológicamente hablando, no es necesario que sea la mujer la que se encargue de una labor tan transcendental como la crianza y educación de los hijos; siempre y cuando el hombre tome este rol y lo desempeñe a lo mejor de sus capacidades. De ser así, no habría dificultad alguna para los hijos al comprender que sus necesidades básicas están siendo cubiertas ya sea por una u otra de las figuras parentales.
Ahora bien, el reciente crecimiento de ambos padres trabajadores ha venido a dar al traste con dicho equilibrio en los núcleos familiares. Lo anterior, derivando en niños que presentan una dualidad de comportamientos antes imposibles de pensar, de privados-sobreprotegidos. Todavía hace diez años, los niños presentaban depravación en las necesidades básicas y por ende en su desarrollo evolutivo o sobreprotección que de igual manera causa inmadurez en el desarrollo psicosocial y evolutivo.
En conclusión, el tema de este artículo no debería ser sobre la competencia entre géneros sino acerca de las repercusiones que ésta tiene en el desarrollo integral de nuestros hijos. Un tema para reflexionar…
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