Un matrimonio puede regir el patrimonio que adquieren de acuerdo a dos regímenes. Sociedad Conyugal y Separación de Bienes. La Sociedad conyugal siempre se va a regir de conformidad a un convenio que firmen los contrayentes, denominado Capitulaciones Matrimoniales, mismo que debe celebrarse ante un notario público.
En las capitulaciones matrimoniales lo más importante que se debe establecer es quien será el administrador de los bienes, así como un inventario de los bienes que se aporten a la misma, las deudas que se tengan al momento de celebrarlas y la forma de repartición de los frutos que se obtengan por los cónyuges.
Para el caso de que no se lleven a cabo las mismas la ley contempla que todos los bienes que se adquieran durante el matrimonio serán propietarios los cónyuges en partes iguales.
La forma de terminar con la misma es por divorcio, porque los cónyuges así lo acuerden o por resolución judicial en la cual se determine que el administrador de la sociedad ha actuado con dolo o tenga una mala administración de la misma.
Es sumamente hacer notar que las capitulaciones que contemplen que todas las ganancias o utilidades serán propiedad de uno de los cónyuges es nula, así como que no se puede renunciar al beneficio de las ganancias que se tengan de la misma, y los derechos de la sociedad conyugal pueden ser suspendidos, su uno de los cónyuges abandona injustificadamente el domicilio conyugal.
Ahora bien, para el caso del Distrito Federal, en donde se contempla que a pesar de que los cónyuges se casen bajo el régimen de separación de bienes, existe el derecho a la compensación, a favor del cónyuge que se dedique al cuidado del hogar, los hijos o que no haya adquirido bienes de igual valor a su pareja, se estipula que tendrá un derecho de hasta el 50% de los bienes adquiridos durante el matrimonio. Para este caso las capitulaciones matrimoniales también pueden ser utilizadas, a efecto de establecer la forma y porcentajes que deberán tomar como base para el caso de la actualización de la misma y con eso evitar un juicio extenso y costoso.
El problema que se presenta actualmente es que las parejas al unirse en matrimonio no conocen de la obligación que tienen en celebrar las capitulaciones matrimoniales, y al momento de llegar el divorcio, este podría ser sumamente rápido, y sin problema alguno, ya que simplemente se aplica dicho acuerdo y no hay nada que discutir.
Comments