Es importante comenzar a ordenar lo exterior para promover paz, y tranquilidad no solo en nuestro interior, sino de cara al mundo que nos rodea.
Reflexionando sobre el tiempo, sobre los días que pasan podemos decir que hay días en los que parece que la vida no tiene sentido, y en otros…nos aferramos a ella con todas nuestras fuerzas. La diferencia muy frecuentemente es una circunstancia elemental que puede estar al alcance de nuestra mano y de nuestra sensibilidad. No sólo se trata de mirar hacia adentro de uno mismo, sino mirar también hacia afuera de si… De lo que se trata es saber dónde volver la mirada, como expresar los sentimientos, darse cuenta de cómo y qué pensar…con qué palabras o gestos comunicarnos unos con otros, para ser comprendidos y comprender mejor.
Abrumados por las necesidades materiales y sociales urgentes impuestas por la vida moderna, son pocas las ocasiones en que el hombre y la mujer inteligentes pueden detenerse a reflexionar sobre temas fundamentales como el paso del tiempo, lo nuevo, que no es sino alguna inédita forma de expresar lo viejo; la vida que transcurre sin prisa, pero sin pausa, el amor que los unió o los separó. También es importante echar una mirada a las personas que nos rodean en la actualidad, las que con su calidez nos enriquecen, pero también sobre aquellas que nos dañan y empobrecen nuestra existencia, aunque solo están convertidas en recuerdos.
Cuando tenemos a alguien cerca que nos ilumina, no podemos darnos el lujo de perder su cercanía, la idea es facilitar el camino para participar en el juego del amor con alegría, emoción y placer del permanente re-encuentro.
La idea es disfrutar con otro sabiendo cómo, cuándo y dónde, para que cuando aparezcan los tropiezos, las equivocaciones o los sufrimientos por la falta de análisis, auto-análisis o falta de comunicación podamos controlarnos, razonar en conjunto, hablar, oír, entender y sentir.
Todo eso sirve para poder luego actuar coherentemente, sin buscar culpables, pues siempre hallaremos a quién echarle la culpa de nuestros errores y fracasos.
Eso se llama: Comunicación y es la base para que podamos asociar las ideas y los esfuerzos de codificar y decodificar los mensajes entre los humanos, en una pareja, entre los miembros de una familia, puesto que, sin hablar los problemas, no hay preguntas, ni contestaciones, ni querer saber de las razones de otro.
Aprendamos primero a pensar, o sea hablar en silencio, para después comunicarnos y a hacer las paces y no la guerra concepto al parecer muy trillado, pero absolutamente actual.
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